El economista Ramón Tamames presentó ayer su libro sobre el general jerezano que rigió los destinos de España desde 1923 hasta 1930·
En este ensayo contrapone su figura a las de Franco y Mussolini.
La figura de Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, general jerezano que rigió los destinos de España desde 1923 hasta 1930 fue ayer analizada, junto con sus principales actuaciones, por el economista Ramón Tamames, que quiso ayer venir hasta la cuna del dictador para presentar su libro 'Ni Mussolini ni Franco: la dictadura de Primo de Rivera y su tiempo'.
El libro ha sido publicado por editorial Planeta, prologado por el historiador Fernando García de Cortázar y, según explicó Ramón Tamames, "he querido sacar a la luz todas las claves de una etapa de la Historia de España prácticamente desconocida, muy eclipsada por la II República y, más aún, por la Guerra Civil".
Tamames aseguró que "la dictadura de Primo de Rivera es un tiempo que se prolongó por seis años y cuatro meses y que actualmente ignoran la mayoría de los españoles".
El economista defendió la tesis de que "Primo de Rivera no puede compararse con Mussolini ni con Franco, dictadores fascistas con los que se ha asociado su figura. Al contrario que ellos, no quiso perpetuarse en el poder y el suyo no fue un duro régimen fascista como el italiano, pues tenía una raíz socialcristiana y se proclamó pacifista a ultranza".
El economista insistió asimismo que Primo de Rivera "tuvo también un talante ajeno a la crueldad que le diferenció claramente de Franco".
La teoría que da título al libro es que "Primo de Rivera fue un dictador sin carácter de dictador". En su opinión, "si no hubiera sido Primo de Rivera habría sido cualquier otro militar, incluso el propio rey".
Tamames está convencido incluso de que sobre esta dictadura "se han proyectado numerosos prejuicios por su muy pasajera relación con el fascismo de Mussolini, o su pretendido carácter de antecedente de la dictadura de Franco".
Tamames recordó asimismo que el general y su régimen "pusieron fin a la crisis por la que atravesaba en 1923 la Restauración canovista iniciada en 1875, que hacía aguas por todas partes y por eso Primo de Rivera se hizo con el poder sin oposición.
También tuvo ideas pacifistas sobre Marruecos, lo que pasó fue que el ejército no le dejó, pero finalmente acabó con las guerras del Rif".
El economista insistió en que el golpe del general "fue recibido con satisfacción o alivio por casi todo el mundo. Incluso llegó a entenderse bien con los socialistas".
Tamames recordó asimismo cómo el general "intensificó su amplia acción social con actuaciones como la enseñanza pública, la ciudad universitaria de Madrid, la sanidad, comités paritarios para negociar colectivamente los salarios y, en definitiva, mejoró notablemente la economía impulsando la creación de empleo y aumentando el gasto público en infraestructuras, urbanismo, escuelas y universidades".
El libro de Tamames destaca asimismo cómo la dictadura de Primo de Rivera "impulsó la creación de empresas públicas como Campsa, Telefónica, Iberia, Banco Exterior de España o Paradores Nacionales y fue en este período cuando el país pasó a disfrutar de carreteras de primera calidad, con el Circuito de Firmes Especiales, a lo que hay que sumar las mejoras ferroviarias, portuarias y aeroportuarias".
El economista defendió asimismo que "se propició además un intenso crecimiento industrial y toda una serie de mejoras en el campo, incluyendo la creación de las Confederaciones Hidrográficas para una nueva política de regadíos, con la previsión del trasvase Tajo-Segura, para corregir la descompensación hidrológica de España".
Tamames reconoció como una de las sombras de esta dictadura el recorte de algunas libertades, pero también recordó que Primo de Rivera renunció él mismo a su mandato el 30 de enero de 1930, "cuando se sintió no respaldado ni por el rey ni por el ejército.
Se marchó a su casa, y luego a París, a un hotel modesto, para morir de pena, dice la mayoría, seis semanas después".
Otra de las diferencias que destacó Tamames entre la dictadura de Primo de Rivera y la de Mussolini o Franco fue que el primero "nunca tuvo ambiciones imperiales y su talante era totalmente ajeno a la crueldad, lo que le diferenció claramente de Franco, "En honor de la memoria histórica" Tamames ha querido escribir sobre un período "que duró más que la II República en paz, seis años y cuatro meses frente a cinco años y tres meses, que dejó una estela de modernizaciones y progreso que históricamente se ha barrido casi de forma total; por el hecho de que no supo encontrar una salida democrática, aunque lo intentara en algún momento, a su mitigado régimen dictatorial".
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