Hay que negociar hasta la extenuación
pero no valen ya las medias tintas. Mariano Rajoy ha hecho bien en llamar a
Pedro Sánchez y Albert Rivera y también en anunciar su decisión de enfrentarse
al desafío secesionista del Parlamento de Cataluña
Sería conveniente no necesitar el artículo 155 de la
Constitución, que avala la suspensión total o parcial de la Autonomía de cualquier
Comunidad española en caso de incumplimiento de la ley. Pero si fuera necesario
hacerlo, el pulso no le puede temblar al presidente del Gobierno.
Cualquier
muestra de debilidad sería aprovechada por los secesionistas catalanes para
instalarse en los hechos consumados.
La reacción del Gobierno no se puede
quedar en declaraciones teóricas. Es necesario que se tomen medidas
contundentes dentro de la ley y, por supuesto, con la obligada prudencia.
Las
espadas están en alto.
A Mariano Rajoy le corresponde defender la unidad de
España, consagrada por la Historia y la Constitución, que los españoles, y
entre ellos los catalanes, votaron en 1978.
No se puede dar un paso atrás si se
quiere evitar la gran catástrofe política e histórica.
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