20/06/2016@11:30:32
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Luis
María ANSON
Clamor
en Ferraz. Si las encuestas se confirman y Pedro Sánchez instala al PSOE en un
tercer lugar, deberá dimitir de forma fulminante y dejar el partido en manos de
una dirección provisional que gestione la posición socialista en las sesiones
de investidura. Luego se convocará un Congreso extraordinario con el fin de
elegir nuevo líder y el horizonte despejado para Susana Díaz.
Ni
Felipe González ni los principales barones están por la labor de encumbrar a
Pablo Iglesias. Tapándose la nariz, se abstendrán en favor de un Gobierno del
Partido Popular. La abstención no será gratuita. Le pondrán precio. Y el precio
es alto y con barba: la cabeza de Mariano Rajoy. No habrá ni terceras
elecciones ni el alzamiento de Podemos si el PP acepta que el presidente del
Gobierno sea un nombre razonable para el PSOE.
Así
están las cosas cuando el 32% de indecisos condiciona la situación. Los
ciudadanos que no saben todavía a quién votar pueden encumbrar a Rajoy,
robustecer a Rivera, envanecer a Iglesias o salvar a Sánchez. Hay que esperar
unos días para saber lo que las urnas dirán y no pueden hacer las encuestas. La
palabra que planea sobre las elecciones del domingo está clara: incertidumbre.
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