¿Cómo saber si has sufrido un bloqueo mental
o emocional?
Si en ocasiones te
quedas en blanco y no sabes qué decir…
O a veces te
cuesta pensar con claridad…
Si te sientes
estancado/a y no sabes por qué…
Es muy probable que estés sufriendo un
bloqueo mental, una sensación particularmente incómoda en la cual no logras coordinar las ideas o te sientes
atrapado, sin poder llevar a buen puerto tus planes. Se trata de
un síntoma frecuente de ansiedad y puede ocurrir en
cualquier contexto, ya sea en el trabajo, en el momento de un examen o incluso en el marco de una relación de pareja.
¿Qué es el bloqueo mental?
Básicamente,
el bloqueo mental es
una resistencia provocada por la negación de algún pensamiento o emoción. Por
tanto, es una especie de mecanismo de defensa que se pone en marcha
automáticamente cuando nuestra mente quiere mantener alejadas aquellas ideas o
sentimientos que pueden perturbarnos.
El bloqueo mental se puede manifestar de
diferentes maneras, pero lo más usual es la sensación de no poder pensar con
claridad. En esos momentos nuestra capacidad para organizar los
pensamientos merma considerablemente y no logramos solucionar problemas que en
otras circunstancias habrían sido pan comido. A menudo también se experimenta
una sensación muy incómoda de inmovilismo, ya que por mucho que nos esforcemos,
sentimos que no logramos avanzar.
Esta sensación
puede ser puntual y aparecer en periodos de gran estrés o cuando estamos muy
cansados, pero también puede perdurar a lo largo del tiempo, como cuando hemos
sufrido un trauma. En estos casos, el bloqueo mental suele venir
acompañado con un bloqueo emocional y se convierte en un obstáculo que nos
impide avanzar, generando emociones negativas como el miedo, la tristeza, el
enfado o incluso la culpa.
El problema es que
cuanto más bloqueados estamos, menor será nuestra capacidad para sentir y
pensar con libertad, por lo que si no salimos rápido de esta situación,
corremos el riesgo de caer en un círculo vicioso muy dañino.
Bloqueo mental: ¿Cómo reconocerlo?
La forma de presentación de un bloqueo mental
varía mucho de una persona a otra y depende fundamentalmente de la causa que
generó el problema. No obstante, algunos de los síntomas más
comunes son:
- Plano psicológico: pérdida de energía, agotamiento,
tensión interna, insatisfacción, sufrimiento, pérdida de sentido e
imposibilidad de llevar adelante los planes
- Plano físico: dolor de cabeza, náuseas, problemas en la
piel, trastornos gastrointestinales y/o una vida sexual insatisfactoria
Cuando el bloqueo
mental o el bloqueo emocional es un síntoma de ansiedad suele hacer su
aparición en las situaciones más inoportunas, como por ejemplo: cuando debes
presentarte a un examen y te quedas completamente en blanco, o cuando acudes a
una reunión de trabajo pero no logras concentrarte en lo que estás haciendo.
En algunas
ocasiones el bloqueo mental aparece como un síntoma de las fobia social. En estos casos la persona no logra hablar en
público o interactuar con los demás porque está completamente paralizada, lo
cual genera una gran angustia.
Las causas de los bloqueos mentales o emocionales:
- Trastornos psicológicos: algunas patologías, como la
ansiedad, el trastorno de pánico, la depresión, las fobias y el
trastorno por estrés postraumático pueden provocar un bloqueo mental más o
menos intenso ya que en estas condiciones las emociones toman el mando y
nos impiden pensar con claridad.
- Falta de conexión con las emociones: las emociones son
una vía para expresar lo que sentimos y pensamos, de esta forma también exorcizamos
nuestros demonios interiores. Sin embargo, cuando tenemos la costumbre de reprimir las emociones, estas
terminan enquistándose y en periodos de gran estrés, vuelven a salir y
pueden provocar un bloqueo mental.
- Traumas no resueltos: todo lo que nos ocurre se queda
grabado en nuestra memoria, aunque no siempre seamos capaces de acceder a
esa información. Algunas veces, cuando las situaciones han sido particularmente dolorosasdesde
el punto de vista emocional y no las hemos asumido, el más mínimo detalle puede reactivar el trauma y conducirnos
a un bloqueo mental.
- Creencias erróneas adquiridas en la infancia: en la base
de los bloqueos a menudo se encuentran experiencias infantiles de
desvalorización, desprecio y humillación. De hecho, los mensajes que
recibimos de nuestros padres o tutores cuando éramos niños pueden haberse
quedado en nuestro inconsciente. Frases tan destructivas como “eres
tonto”, “no sirves” o “nunca llegarás a nada” impiden que más tarde, de
adultos, consigamos lo que queremos y merecemos.
- Sentimiento de culpa: la culpabilidad es una de las
sensaciones más dañinas que existe ya que nos mantiene atados al pasado, a
un error que cometimos pero que no logramos superar. Por eso, en muchas
ocasiones los bloqueos se originan a raíz de una equivocación que no hemos
podido perdonarnos y que continúa determinando nuestro comportamiento a
través de creencias del tipo: “no soy lo suficientemente bueno” o “no
merezco que me pasen cosas buenas”.
- Idealización del yo: cuando la persona tiene una imagen
demasiado idealizada de sí mismo o cuando tiene una fuerte tendencia al
perfeccionismo, puede sufrir bloqueos mentales o emocionales si sospecha
que sus decisiones no estarán a la altura o que no le conducirán a un
resultado satisfactorio. Detrás de este problema se esconde un profundo
miedo al fracaso que puede llegar a ser muy inmovilizante.
- Situaciones muy tensionantes: en ocasiones sufrimos un
bloqueo puntual, que no se debe a nuestras creencias o a traumas
irresueltos sino al hecho de que la situación en la que estamos inmersos
genera tanta tensión que no somos capaces de soportarla, casi siempre
porque pensamos que no vamos a estar a la altura de las expectativas. En
estos momentos podemos quedarnos en blanco, ya que nos sentimos
desbordados y nuestro cerebro reacciona a esa sobretensión
“desconectándose”.
Las consecuencias de un bloqueo mental o
emocional
El bloqueo emocional o mental puede llegar a
ser una situación muy angustiante, ya que la persona siente que no puede
avanzar. Si esta situación se mantiene durante mucho tiempo, puede
generar depresión, desesperanza e incluso la pérdida
de sentido de la vida ya que cuando no vemos la salida, nos resulta difícil
mantener una actitud positiva y no derrumbarnos.
Cuando no se busca
ayuda y el bloqueo emocional o mental se mantiene durante mucho tiempo, puede
llegar a provocar daños en la autoestima, ya que normalmente esta situación
afecta considerablemente el desempeño intelectual. Como a la persona le resulta
difícil concentrarse, puede tener problemas en la escuela o en el trabajo; de
hecho, en los casos más extremos incluso pueden aparecer dificultades para leer
o mantener el hilo de un discurso.
En
cierto punto del camino, muchas personas comienzan a preguntarse por qué les
está sucediendo eso y asumen un papel de víctima que no hace sino potenciar la
sensación de pérdida de control y sumirles en una espiral de negatividad.
A la larga, el
bloqueo mental también puede generar problemas en el aprendizaje, pues a la
persona le resulta complicado retener información nueva. Por supuesto, cuando
se trata de alguien que debe desarrollar un trabajo creativo, el bloqueo mental
puede llegar a ser abrumador, ya que limita la fluidez de las ideas y merma
considerablemente la creatividad.
El bloqueo mental como una oportunidad para
el cambio
Aunque las
sensaciones que genera un bloqueo mental suelen ser muy desagradables, lo
cierto es que se trata de una
señal de alarma y, como tal, debemos prestarle atención. De hecho, en algunas
ocasiones los bloqueos emocionales nos protegen de sentimientos, pensamientos o
emociones que no estamos preparados para enfrentar en ese momento,
pues no contamos con los recursos necesarios.
En otros
casos, ese bloqueo puede estar
indicándonos que la forma en la que estamos manejando algunos aspectos de
nuestra vida no es la más adecuada y deberíamos reflexionar al
respecto. Por tanto, sufrir un bloqueo emocional también puede convertirse en una
oportunidad para cambiar y mejorar. Recuerda que no se trata de ocultar las
preocupaciones y obviar los sentimientos sino de enfrentarlos y salir
fortalecidos de esa experiencia.
El tratamiento de los bloqueos mentales o
emocionales
Los bloqueos
emocionales nos impiden crecer, ya que nos mantienen sometidos al miedo o a
creencias limitantes que no tienen razón de ser. Por tanto, para eliminar un bloqueo mental hace falta
que nos enfrentemos a su carga emocional y descubramos cuál es su origen.
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