Sábado 18 de febrero de 2017, 17:52h
Luis María ANSON
Reproducimos a continuación un artículo de Luis María Anson
publicado en El Mundo y que ha tenido amplia repercusión en las redes sociales.
“Durante el pasado mes de julio, el PSOE de Sánchez y el
Podemos de Iglesias llegaron a un acuerdo firme porque sumando a los suyos los
escaños de los partidos nacionalistas disponían de mayoría absoluta para la
investidura.
Como el PP había ganado las elecciones era conveniente que Rajoy
se estrellara, justificando a continuación, en aras de la estabilidad política,
la aceptación por parte del PSOE del apoyo directo o indirecto de las
agrupaciones independentistas.
Había que engañar, eso sí, a Rajoy para que se
presentara a la investidura y para ello el primer engañado debía ser Felipe
González.
Así es que Sánchez aseguró al expresidente que el PSOE se abstendría
en la segunda votación de la investidura para permitir a Rajoy superar el
trance.
El líder del PP aceptó el encargo del Rey creyendo en la abstención del
Partido Socialista. Y se estrelló.
A continuación Sánchez pretendía presentarse a la
investidura con el apoyo de Podemos y contando con los secesionistas, conforme
a lo que habían acordado enmascaradamente.
Así lo ha revelado el juez Vidal.
Felipe González montó en cólera. Declaró públicamente que había sido engañado
por Sánchez. Y como consideraba que la operación en marcha significaba la
fagocitación del PSOE por parte de Podemos alentó aquel borrascoso fin de
semana en el que Sánchez fue escabechado. Se restablecía la lógica y el PSOE
socialdemócrata, a pesar de sus profundas discrepancias con el PP, permitió que
Rajoy ganara la investidura.
En esa decisión de la Gestora influyó que las
encuestas otorgaban a Podemos un sorpasso abrumador en las
hipotéticas elecciones de diciembre.
Pedro Sánchez, político de tan cortos alcances como larga
ambición, pretende ahora a la desesperada reproducir la situación que le puso
el caviar en los labios. Si ganara las primarias podría llegar a disponer en el
actual Congreso de los Diputados de 179 escaños.
Parece claro que, ante el
riesgo de una moción de censura, Mariano Rajoy convocaría nuevas elecciones.
Difícil aventurar si se reproduciría una situación electoral semejante a la
actual, pero no se puede descartar que un Frente Progresista, es decir, el
Frente Popular ampliado, con los socialistas radicales de Sánchez, los
comunistas de Podemos y la suma de los partidos secesionistas, bordee la
mayoría absoluta.
Claro que antes los militantes socialistas tienen que elegir
en primarias entre un PSOE moderado o un PSOE radical. Otra vez entre Indalecio
Prieto y Largo Caballero.
La volatilidad política exige no elucubrar. Pero la alianza
entre el sector comunista de Podemos, robustecido el inteligente Pablo Iglesias
por el Congreso del domingo, y la facción extremista del PSOE que respalda a
Sánchez, más el voto enmascarado de los secesionistas, podría enterrar el
espíritu de la Transición. Aquella proeza política, que significó el pacto
entre el centro derecha y el centro izquierda en cuestiones sustanciales de
territorialidad, política internacional, terrorismo y grandes crisis, ha
proporcionado a los españoles cuatro décadas de estabilidad, progreso y
libertad. La aventura de Sánchez, si el PSOE no se desembaraza de una vez de
semejante personaje, puede suponer la fractura del sistema de la Transición,
consolidado tras la larga victoria en 1982 de los socialistas de Felipe
González”.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española |
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