CARMEN FORCADELL HACE AÑICOS EL PROCESO SECESIONISTA
Viernes 10 de noviembre de 2017, 10:48h
La taimada Carmen Forcadell, alfil destacado de la maniobra separatista catalana, se ha envainado sus altiveces, ha cantado la palinodia, ha rectificado sus posiciones y le ha dicho al juez Llarena que acata la Constitución y su artículo 155. Con el exvicepresidente Oriol Junqueras padeciendo en la cárcel y el expresidente felón Carlos Puigdemont haciendo el payaso en Bruselas, la expresidenta del Parlamento catalán está descoyuntada y ha hecho la finta necesaria para eludir de momento la cárcel. Airadas voces independientes la han llamado traidora.
Decía Pedrol Ríus que la cárcel doblega los espíritus más firmes. También la amenaza de cárcel. El mequetrefe de Carlos Puigdemont se ha fugado con el rabo entre las piernas dedicándose a dañar la imagen de España con insufrible tenacidad. Oriol Junqueras, si no rectifica, será difícil que eluda la prisión aunque el Tribunal Supremo reclame entender en el completo proceso del secesionismo catalán. Carmen Forcadell, al rectificar su posición, ha permitido una decisión blanda por parte del magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena.
Ninguno de los tres líderes catalanes, por supuesto, sufre persecución de la Justicia por manifestarse independentistas sino por violar la Constitución y las leyes del Estado de Derecho. Han cometido presuntamente delitos muy graves y será muy complicado para sus abogados sortear las penas establecidas. Desgarrar la unidad territorial de España es, en efecto, cuestión de gravedad extrema. Pero no es por eso por lo que se les va a juzgar sino porque, para conseguir sus propósitos, han violentado reiteradamente las leyes.
Luis María ANSON
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