ATENTADO EN LONDRES
“La última vez que
vi a Ignacio estaba consciente, en el suelo y con el patín en la mano”
Uno de los dos
amigos que estaba con el español fallecido en el atentado de Londres narra cómo
ocurrió el ataque
Madrid 8 JUN 2017 - 11:27 CEST
Varios agentes buscan pruebas en uno de los lugares donde se
produjeron los ataques en el centro de Londres. LEON NEAL (GETTY IMAGES) /
EPV
- London victim’s friend: “The
last time I saw him, he was on the ground holding his skateboard”
Guillermo Sánchez conoció a Ignacio
Echeverría en uno de los skateparks de Londres, a
principios del curso pasado. Compartían la afición por el patinaje y solían
quedar a practicar. La
tarde del atentado de Londres se encontraron junto al Tate Modern, a
unos dos kilómetros y medio del Borough Market, donde se toparon con los
terroristas. Sánchez había llegado más tarde y sin patín porque no se
encontraba bien, pero Javier —un tercer amigo español— e Ignacio llevaban ya
tiempo allí grabando algunos trucos, cuenta este estudiante de 25 años por
teléfono. Cuando les entró hambre, Sánchez sugirió un restaurante por la zona
de Whitechapel y los
tres emprendieron un camino que no llegaron a terminar.
- Ignacio
Echeverría, el español desaparecido en Londres, es uno de los muertos en
el atentado
- Vídeo
| Así abatió la policía a los tres terroristas de Londres
Cogieron una de las bicicletas públicas que hay repartidas
por la ciudad. Ya en Borough Market, vieron a un hombre que se tambaleaba y
parecía estar "borracho". Eso fue lo que les detuvo. El amigo del
español fallecido recuerda que se pararon en fila india, con Echeverría a la
cabeza, seguido de Sánchez y de Javier, cada uno con su bicicleta. Fue entonces
cuando vieron aproximarse lo que en un principio creían que era una pelea. Un
instante después, un policía pasó corriendo, alcanzó la reyerta y se desplomó.
A su lado, una mujer recibía lo que califica de puñetazos —ahora entiende que
eran cuchilladas—. "Me estoy fijando en ella y, de repente, veo a Ignacio
que está allí y comienza a pegarles con el patín", afirma Sánchez.
"Entonces cae al suelo, no sé cómo, no sé si porque se resbala o lo que
sea, pero se cae", prosigue.
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Tras unos "microsegundos", se aproximó hasta donde
yacía su amigo "bocarriba" y vio cómo uno de los atacantes le asestó
un "cuchillazo" en el costado. En ese momento él no oyó ningún
disparo. "Yo no vi que le dieran más cuchillazos", explica. Luego uno
de los terroristas miró a Sánchez y le gritó algo que no entendió. Lo tenía a
un metro y medio. Javier estaba algo más retrasado. Los otros atacantes se
mantenían juntos, cerca de Echeverría —duda entre dos o tres—. "Lo último
que recuerdo es a Ignacio consciente, tumbado bocarriba agarrando el
patín". En ese momento él no oye ningún disparo.
Ante el miedo de que los atacantes se abalanzaran sobre él y
"temiendo por su vida", Sánchez les tiró una de las bicicletas y
salió corriendo junto a Javier. "Llevaban cuchillos jamoneros",
manifiesta. Fue la última vez que vieron a Echeverría. En aquel momento no era
consciente de si aquello se trataba de un ataque terrorista o de otra cosa;
siguieron la carrera entre la “marabunta” de gente, hasta que pensaron en
volver a por su amigo. Pero ya era tarde. La policía les impidió el paso.
Los agentes les llevaron a un bar, donde permanecieron unos
minutos junto a más viandantes. Sánchez pensó que la policía no sabía qué
estaba pasando y trató de apercibirles. “Yo sé quiénes son. He estado ahí. Sé
lo que está pasando”, les gritó. Mientras estaban en el local, escuchó algunos
disparos. Tras dejarles salir, la policía les mandó salir corriendo.
Juntos y en estado de shock, Guillermo y Javier
comenzaron a llamar a la Embajada y a números de emergencia que aparecían en
los medios para localizar a su amigo. Acordaron no avisar a la familia de
Echeverría para "no alertarles" innecesariamente. A la mañana
siguiente y al verse sin noticias de su amigo ni de las autoridades, decidieron
poner en conocimiento de la situación a sus allegados. Buscaron a una de las
hermanas por Facebook y le contaron lo ocurrido. Desde entonces se han
mantenido en contacto por teléfono con ella y con otros parientes del hasta hoy
desaparecido.
Hasta este miércoles por la mañana, cuando Sánchez ha
contado a EL PAÍS su testimonio, no conocía a los familiares de su amigo
Ignacio físicamente. Pero se disponía a hacerlo y había quedado con uno de sus
hermanos unas horas más tarde. Poco después, una de las hermanas comunicó en su
perfil de Facebook que Echeverría había
sido identificado como una de las ocho víctimas mortales del atentado
terrorista.
Joaquín Echeverría ha contado a EFE que en el encuentro que
mantuvo este miércoles con los amigos de Ignacio volvieron a relatarles con más
calma los últimos momentos de su hermano. "Estaban hechos polvo y nos
pedían perdón. Y les hemos tranquilizado", ha manifestado.
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