BIEN POR PEDRO SÁNCHEZ
Martes 30 de mayo de 2017, 11:00h
Luis María ANSON
Abandonando la radicalidad que hasta ahora le había
caracterizado, Pedro Sánchez ha llamado a Mariano Rajoy para comunicarle que el
PSOE está al lado del Gobierno en su defensa de la Constitución y contra el
referéndum ilegal perpetrado por Arturo Mas, Carlos Puigdemont y sus cómplices.
El espíritu de la Transición fue el pacto de Estado acordado en 1978 entre el centro izquierda español, representado por el PSOE, y el centro derecha, representado por UCD, más tarde Alianza Popular y Partido Popular. Aquel pacto significaba que en cuestiones de terrorismo, de territorialidad, de alta política internacional y de defensa de la Constitución, ambos partidos, que han venido representando al 80% de los votantes, actuarían de acuerdo para mantener la estabilidad democrática en España. Tanto Suárez como Calvo Sotelo, Felipe González y José María Aznar mantuvieron en su integridad aquel acuerdo de Estado. Con Rodríguez Zapatero, que envió al zaquizamí de la Historia al Partido Popular, empezó a quebrarse el espíritu de la Transición.
Parece altamente positivo que Pedro Sánchez lo haya retomado anunciando su colaboración con el Gobierno en defensa del orden constitucional. Puigdemont y el pobre Mas están en la sedición y el golpismo. Fracasadas las negociaciones, el Gobierno tiene la obligación de descargar sobre ellos todo el peso de la ley. La Constitución otorga a Mariano Rajoy fórmulas suficientes para poner a los sediciosos y a los golpistas a disposición de los jueces y aplicar, si fuera necesario, el artículo 155 de nuestra Carta Magna.
El espíritu de la Transición fue el pacto de Estado acordado en 1978 entre el centro izquierda español, representado por el PSOE, y el centro derecha, representado por UCD, más tarde Alianza Popular y Partido Popular. Aquel pacto significaba que en cuestiones de terrorismo, de territorialidad, de alta política internacional y de defensa de la Constitución, ambos partidos, que han venido representando al 80% de los votantes, actuarían de acuerdo para mantener la estabilidad democrática en España. Tanto Suárez como Calvo Sotelo, Felipe González y José María Aznar mantuvieron en su integridad aquel acuerdo de Estado. Con Rodríguez Zapatero, que envió al zaquizamí de la Historia al Partido Popular, empezó a quebrarse el espíritu de la Transición.
Parece altamente positivo que Pedro Sánchez lo haya retomado anunciando su colaboración con el Gobierno en defensa del orden constitucional. Puigdemont y el pobre Mas están en la sedición y el golpismo. Fracasadas las negociaciones, el Gobierno tiene la obligación de descargar sobre ellos todo el peso de la ley. La Constitución otorga a Mariano Rajoy fórmulas suficientes para poner a los sediciosos y a los golpistas a disposición de los jueces y aplicar, si fuera necesario, el artículo 155 de nuestra Carta Magna.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española |
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