Los catalanes están cada vez más convencidos de que el resultado de la consulta, en caso de que se pueda celebrar, no puede tener valor legal para proclamar la independencia.
Barcelona
A una semana del referéndum de autodeterminación de Cataluña convocado por la Generalitat y suspendido por el Tribunal Constitucional, los catalanes están cada vez más convencidos de que, en caso de que se pueda celebrar, su resultado no puede tener valor legal para proclamar la independencia. Una clara mayoría de catalanes defienden la celebración de un referéndum acordado, pero no el que plantea la Generalitat: sin garantías, sin pacto con el Gobierno y sin que se establezca un mínimo de participación.
Casi dos tercios de los catalanes (61%) consideran que este referéndum no puede ser considerado válido internacionalmente y, de hecho, solo cuatro de cada diez (40%) creen que se podrá celebrar con normalidad en todo el territorio de Cataluña.
Con el ruido en la calle en aumento por la detención de los organizadores del referéndum y con las medidas de intervención económica del Gobierno sobre la Generalitat en marcha aumenta la sensación de que el referéndum no está bien planteado. Así lo refleja el sondeo de Metroscopia elaborado sobre la base de 2.200 encuestas entre el lunes y el jueves, justo antes y después de que se activaran dichas medidas. Comparado con la última encuesta, publicada por EL PAÍS hace 15 días, van en aumento los críticos con el referéndum planteado. Los defensores de la forma como se ha tramitado la votación han bajado del 41% al 39%, mientras que los contrarios han aumentado ocho puntos, hasta el 52%.
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