Era un farol. Igual que lo era cuando en septiembre de 2015 Gabriel Rufián anunció solemne: "En 18 meses dejaré mi escaño para regresar a la República catalana".
A los diputados de ERC y el PDeCAT les ha durado un suspiro su decisión de abandonar todos los órganos del Congreso en protesta por la operación ordenada el miércoles por un juez de Instrucción de Barcelona para desmantelar los preparativos del referéndum ilegal.
Este jueves los parlamentarios independentistas catalanes dejaron los aspavientos a un lado u volvieron a sus escaños con motivo del Pleno. No sin bulla.
El portavoz de ERC, Joan Tardà, ha leído desde la tribuna los nombres de los 14 detenidos y ha pedido libertad para todos ellos.
Cuando Ana Pastor le ha recordado el reglamento, él ha insistido: "Libertad y solidaridad".
Para explicar el giro y que hayan optado por aferrarse al sillón y seguir cobrando, todos estos dirigentes independentistas alegan que tienen un mandato popular que les obgliga a seguir y reprresentar al 'pueblo'. Y cobrar, por supuesto
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