martes, 27 de febrero de 2018

DESAIRE AL REY, DESAIRE A ESPAÑA

DESAIRE AL REY, DESAIRE A ESPAÑA

Lunes 26 de febrero de 201811:20h
Mariano Rajoy no puede permanecer impasible cuando se anuncia un grave desaire al Rey, que es, sobre todo, un desaire a España. De acuerdo con los partidos constitucionalistas, el presidente, en lugar de situarse una vez más a la defensiva, debió organizar toda una operación para contrarrestar el descarado y anunciado agravio.
Pudo robustecer, para recibir al Rey, el número de autoridades nacionales y autonómicas, también de otras autonomías. Pudo movilizar a personalidades de máximo relieve en la sociedad española. Pudo alentar una manifestación multitudinaria que diera la réplica a los insultos y caceroladas contra el Rey, es decir, contra España. No hizo nada. Se situó a la defensiva y a verlas venir.
Mariano Rajoy no quiere conflictos. Defender al Rey en Barcelona, es decir, defender a España, podía suponer algún conflicto. Así que cumplió, una vez más, la máxima de su eminencia gris Pedro Arriola: “No hay que hacer nada porque el tiempo lo arregla todo y lo mejor es tener cerrado el pico”.
Ni el Rey ni España se merecen la lenidad del Gobierno. La pasividad gubernamental en el agravio al Monarca y a la nación española en Barcelona dará alas a los secesionistas que actúan impunemente porque conocen la debilidad del Gobierno. En las elecciones catalanas, los votantes del Partido Popular le pasaron agria factura a Mariano Rajoy, trasvasando sus sufragios a Ciudadanos. Si el presidente, mal aconsejado por los que le rodean, sigue así, esa factura se extenderá a toda España. ¿Ha olvidado Mariano Rajoy que el centro derecha español, ante las veleidades y los pasteleos de UCD, se pasó en bloque a Alianza Popular, hoy Partido Popular? La UCD tenía 165 escaños. Se quedó en 12, descalabro sin precedentes en la historia democrática europea.

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