No es cierto que Cataluña fuese un estado soberano en 1714,
sino un territorio con algunas instituciones propias, como en cualquier otro
lugar de la Europa del Antiguo Régimen, y parte constituyente de la Corona de
Aragón, es decir, de España. No es cierto que se tratase de una guerra entre
castellanos y catalanes, sino entre partidarios de dos candidatos al trono de
España. No es cierto que lo que moviese a los catalanes fuera la
castellanofobia, sino la francofobia. No es cierto que Felipe V suprimiera la
soberanía nacional representada en las Cortes catalanas, pues eran estamentales
y no representaban a soberanía nacional alguna. No es cierto que Felipe V
incorporara Cataluña a Castilla, sino que uniformizó legislaciones y centralizó
el gobierno, fenómeno general en toda la Europa de aquel tiempo, lo que también
conllevó grandes cambios en la vieja planta castellana, detalle que no suele
recordarse.
No es cierto que los catalanes fuesen austracistas y los
castellanos, borbónicos: muchos de los más importantes gobernantes castellanos
fueron austracistas y en Cataluña hubo comarcas enteras que se destacaron por
su borbonismo. No es cierto que Cataluña fuese austracista desde el primer
momento, pues las cortes catalanas juraron por rey a Felipe V en 1702, tres
años antes de hacer lo propio con el Archiduque Carlos tras el desembarco
angloholandés en Barcelona. No es cierto que en el famoso 11 de septiembre
combatieran catalanes contra castellanos, pues hubo castellanos defendiendo
Barcelona del mismo modo que el ejército de Felipe V contó con miles de
voluntarios catalanes. Y no es cierto que los catalanes austracistas fueran
separatistas, sino que presumieron de ser los más españoles de todos.
Cataluña es otra nación por tener otra lengua
La falsificación de la Historia al servicio del
independentismo catalán
Carod Rovira y el conseller balear, Albert Moragues, en París
para participar en la inauguración de Expolangues, febrero de 2010
Una lengua no equivale a una nación. Si en la ONU hay 193
naciones y en el mundo varios miles de lenguas, ¿faltan miles de naciones en la
ONU o sobran miles de lenguas en el mundo? Todos los países europeos son
multilingües, con la única excepción de Islandia. Y España no es precisamente
el más multilingüe de todos: más variedad de lenguas hay en Francia o en
Italia. Además, si una lengua es igual a una nación, ¿pertenecerían los
araneses a la nación catalana? Finalmente, ¿por qué de la existencia de una
lengua han de deducirse consecuencias políticas?
La castellana es una lengua impuesta a los catalanes por la
fuerza
La falsificación de la Historia al servicio del
independentismo catalán
La extensión del castellano sobre tierras catalanas comenzó
en la Edad Media, cuando fue consolidándose como la lengua franca, la lengua en
la que era más fácil entenderse dada su mayor extensión territorial, su mayor
número de hablantes y su posición geográfica central. Los lingüistas lo han
explicado mil veces. Un solo ejemplo: Jaime II de Aragón, siglo XIII, escribía
sus cartas a los reyes musulmanes de Granada en castellano, sin que el rey de
Castilla tuviese participación, influencia, autoridad ni culpa alguna en ello.
Por otro lado, el cultivo literario de la lengua castellana,
que no alcanzó ninguna otra lengua española, su prestigio y su peso económico
provocaron el abandono paulatino de las lenguas de alcance regional, como ha
sucedido siempre en todo el mundo. Fueron los propios catalanohablantes,
empezando por las elites sociales e intelectuales, los que fueron pasándose a
la lengua castellana y abandonando la lengua catalana. Así lo hicieron Despuig,
Martí de Viciana, Viñoles, Boscán y Timoneda en los siglos XV y XVI. Muchos
catalanes incluso recomendaron el abandono de la lengua catalana, como Antonio
Capmany, que la consideró «un idioma antiguo y provincial, muerto hoy para la
república de las letras»; o nada menos que Aribau, que animó al gobierno
español a que «generalizase en todos sus dominios una misma lengua».
Las medidas de extensión de la lengua común de la monarquía
(que no es lo mismo que la extirpación de las regionales, lo que sí se hizo,
por ejemplo, en la Francia republicana), tomadas desde el comienzo del siglo
XVIII, palidecen en comparación con el abandono por parte de los hablantes. Así
lo reconocieron todos los ideólogos nacionalistas. Cambó, por ejemplo, declaró
en 1916 que «quienes más han trabajado para la destrucción de la personalidad
catalana han sido los propios catalanes».
El periódico de su partido, «La Veu de Catalunya», escribió
en 1910 que «el castellano no se ha impuesto por decreto en Cataluña, sino por
adopción voluntaria, lenta, de nuestro pueblo, efecto del gran prestigio
adquirido por la lengua castellana. Éramos libres, teníamos completa autonomía
política, con Cortes más soberanas que las propuestas por las Bases de Manresa,
y ya se hablaba y escribía en castellano».
1 comentario:
És muy gracioso cuando emfatizas que Cataluña pertenecia a la Corona de Aragón, es decir "España", supongo que el blog se llama entiendo la historia como me sale de los....
Quiero suponer también que eres consciente que España no existía como tal en esos momentos.
Entiendo pues que los Aragoneses con sus puertos fueron muy buenos navegantes y conquistaron así parte del mediterráneo, por eso en algunas zonas aún se habla el "Aragonés" o quizás sea el Catalán??
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