En
los últimos años el desarrollo de la investigación arqueológica ha ido
aportando la suficiente información sobre la población prehispánica de las
Islas como para ir desbancando a las crónicas o a los mitos como principales
fuentes históricas para conocer este período.
Abordar
la prehistoria de Canarias significa conocer tanto el origen de la población
prehispánica como las características de su asentamiento y adaptación al medio
natural que con-forma el espacio geográfico de las distintas islas.
ORIGEN
Actualmente
se considera que la población aborigen canaria tuvo su origen entre los pueblos
bereberes del Norte de África que se van desplazando hacia el sur movidos por
dos tipos de circunstancias:
- En primer lugar, el progresivo proceso de
desertización norteafricano que empuja a los pueblos del sur de la cordillera
del Atlas a buscar nuevas tierras de cultivo y pastos para sus ganados.
- En segundo lugar, los restos humanos y de hábitat
más antiguos hallados por los arqueólogos en las Islas, se corresponden con un
período comprendido entre los siglos I antes de Cristo y I después de Cristo,
lo que lleva a los historiadores a pensar en la expansión de la frontera del
Imperio Romano en el Norte de África hacia la cordillera del Atlas sahariano y
el rechazo por parte de algunos sectores de la población de la zona a integrarse
en dicho Imperio, como causa del desplazamiento de estos pueblos por la costa
atlántica norteafricana y su posterior paso a las distintas islas del
Archipiélago Canario, pretendiendo encontrar en ellas los medios de vida y
sustento que no hallaban en su lugar de origen.
Probablemente,
el poblamiento de las Islas se realizaría en diferentes oleadas migratorias,
aportando cada una de ellas grupos de pobladores que, con un mismo origen,
conformarían diferentes estratos culturales.
El
bagaje cultural que cada uno de estos grupos de población trae consigo desde
África por un lado, junto a la necesidad de generar medios que les permitan
adaptarse a las características del nuevo espacio geográfico que presenta cada
una de las islas en las que recalan, por otro, van a conformar distintas formas
de vida, de organización social y de aprovechamiento de los recursos económicos
de los que puedan disponer.
ASENTAMIENTOS
De esta forma, los asentamientos aborígenes se
producirán, en general, junto a fuentes y manantiales que les aseguren el
abastecimiento constante de agua. Dichos asentamientos tomarán la forma de
poblados constituidos por edificaciones con una primitiva estructura arquitectónica
(por lo general, de planta circular, paredes de piedra y techo vegetal), aunque
también nos encontraremos, sobre todo en lugares altos y de difícil relieve,
con un hábitat en cuevas tanto naturales como excavadas.
ECONOMÍA
La
economía practicada por estos pueblos variará de una isla a otra en función de
las posibilidades del medio. Así, la de La Palma y Fuerteventura será
esencialmente ganadera, la de Gran Canaria fundamentalmente agrícola y,
combinando indistintamente la agricultura y el pastoreo, la de Tenerife, La
Gomera, El Hierro y Lanzarote.
Es
pues una economía muy básica, y dirigida al autoconsumo de cada grupo humano,
desarrollada con unos medios muy rudimentarios y sujeto de forma constante a
las inclemencias climáticas u otros condicionamientos naturales (sequía,
agotamiento y limitaciones del suelo agrícola y de pastos, etc.). La cultura
material, por otro lado, será muy rudimentaria, siendo la piedra, el barro, la
piel de los animales o la madera las principales materias primas.
ORGANIZACIÓN SOCIAL
En
lo que a organización social se refiere, en general, nos encontramos con
sociedades más o menos complejas, divididas en estratos o grupos sociales, que
se distinguen entre sí por su diferente nivel de riqueza y grado de apropiación
de los medios de producción (fundamental-mente la tierra y el ganado). Así
pues, constatamos la existencia de una nobleza aborigen tanto en Gran Canaria
como en Tenerife, erigida en grupo social dominante, junto a los sectores
mayoritarios de la población compuesta por grupos económicamente dependientes
de los po-seedores de los recursos económicos.
JERAQUIZACIÓN POLÍTICA
En
general, parece que existieron formas de jerarquización política según
estructuras o formas de gobierno basadas en la monarquía (menceyes en Tenerife,
guanartemes en Gran Canaria, o distintos jefes de tribu en las islas más
pequeñas). Dichos monarcas ejercen su poder sobre una parte de la isla o bien
sobre una isla entera. Así, nos encontraremos un solo jefe de tribu para toda
la isla de Lanzarote y lo mismo en El Hierro; Fuerteventura aparecerá dividida
en dos reinos, La Gomera en cuatro, La Palma en doce, Gran Canaria en dos y
Tenerife en nueve demarcaciones territoriales.
Junto
a estos monarcas o jefes de tribu estarán los nobles de cada reino, conformando
castas privilegiadas tanto a nivel político como religioso, que suelen asesorar
a su jefe y, a veces, en determinadas circunstancias, participar en la toma de
decisiones de gobierno.
En
general, la religión de estos pueblos se basaba en el culto a elementos
naturales, principalmente al Sol, que favorecían o perjudicaban las condiciones
de vida. Poder político y religioso van siempre íntimamente unidos a toda la
población (jefes o monarcas incluidos) en dis-posición de acatar los designios
divinos para obtener el favor permanente de los dioses y no provocar su ira
atrayendo la desgracia (hambre, enfermedades, etc.) sobre la población.
Este
va a ser el panorama que se van a encontrar los exploradores, navegantes y
conquista-dores europeos que a partir de la Baja Edad Media llegan a las costas
canarias iniciándose un proceso histórico que culminará con la integración del
Archipiélago en el reino de Castilla a finales del siglo XV.
Folklore
Las
danzas y canciones canarias tienen una acusada nota de exotismo debido a los
antecedentes de los primitivos pobladores guanche y a un curioso enlace entre
lo andaluz y lo hispa-noamericano. La guitarra y el timple, un instrumento
parecido al ukulele, llevan la música, acompañados por las maracas, flautas y
tambores.
El
floklore canario está marcado por la tradición cristiana, pero mantiene aún
rasgos cuyo origen se encuentra en las fiestas y ritos de los guanches. Por
ejemplo, la fiesta de la rama, en Gran Canaria, donde la gente se mete en el
mar y golpea el agua con ramas de árboles, rito para pedir que lluvia.
Actualmente hay la costumbre de bajar a las vírgenes de los santuarios situados
en algún lugar alto de la isla, hasta el borde del mar, y de subirlas
nuevamente al santuario.
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