VENEZUELA
Será el
1 de mayo
Maduro
convoca una marcha contra el "imperialismo gringo y decadente de
Madrid"
Tras
entrevistarse con el Jefe del Estado, Pedro Sánchez dio una rueda de prensa
lamentable que parecía el dictado de su epitafio político. Pero como es como
es, ayer mismo dio un giro a su discurso y rectificó. En su entrevista con
Carlos Herrera en COPE el secretario general del PSOE pareció abducido por el
sentido común, ése del que tanto ha carecido hasta el momento, y no sólo se
disculpó por llamar indecente a Rajoy, sino que centró su discurso donde debía:
recuperar el voto perdido que se fue a Podemos el 20-D.
No
imaginaba yo que este cambio iba a ser tan rápido y esto me permite hacer dos
reflexiones. La primera es que la idea de marginar al PP en las negociaciones
de Gobierno no fue de Sánchez sino de sus barones, que veían peligrar sus
endebles mayorías en las comunidades y ayuntamientos de toda España. Pedro
Sánchez, que se sumó a la idea cual eficaz mamporrero, una vez que ha visto la realidad
de lo que hay, ha iniciado un recule en toda regla. Sánchez, que tiene su
sentido de la supervivencia bastante desarrollado, podría haberse abstenido en
un eventual gobierno PP-Ciudadanos y ganarse así el puesto de jefe de la
oposición que ahora incluso le discuten los suyos y, por supuesto, Podemos.
La
segunda cuestión es más peliaguda. El ambiente que hay en Ferraz hoy es
«sálvese quien pueda». La gestión de Antonio Hernando como portavoz del PSOE en
el Congreso la mejora fácilmente la Gracita Morales de «Atraco a las tres»; y
la de César Luena, en fin... Es decir, Pedro Sánchez se enfrenta a la nueva
campaña electoral con un equipo tocado; y bajar un solo escaño de los noventa
del 20-D implicaría su sustitución. Y no tanto por el ascenso de Podemos –que
eso ya está descontado– como por la gestión que han hecho de estos cuatro meses
de impasse. Hubiera sido mucho más eficaz que Pedro Sánchez pactara con Garzón
e Izquierda Unida, que agonizar hasta el final intentando cerrar algún acuerdo
con los errejonistas o los valencianos de Compromís. Pero hasta en eso se les
adelantó Podemos, pese a los insultos que Pablo Iglesias dedicó a IU durante la
anterior campaña. Sánchez lo tiene crudo, y resulta que lo único que le sigue
quedando es Mariano Rajoy.
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