Los acontecimientos
de Rusia en 1917 tuvieron un enorme impacto. La dinastía Románov
desapareció de la noche a la mañana. Unos meses después, los bolcheviques
tomaron el poder, en el cambio más súbito y amenazante que conoció la historia
del siglo XX.
1914
2 de agosto. Nicolás
II lanza a su Ejército y a su pueblo a la guerra contra Alemania y
Austria-Hungría. La guerra fue desastrosa y muy pronto derivó en una
carnicería, con 15 millones de hombres movilizados, de los que, a finales de
1916, casi la mitad habían resultado muertos, heridos de gravedad o prisioneros
de guerra.
1917
2 de marzo. El
zar abdica después de que las movilizaciones sociales, iniciadas en febrero en
Petrogrado (San Petersburgo, capital rusa), resultaran imparables. Era la
culminación del descontento y de la crisis de autoridad que se había propagado,
de forma creciente, durante la Gran Guerra. De golpe, todo el edificio del
Estado ruso se desmoronó.
3 de abril. Regreso
de Lenin a Rusia. Lenin llegó del exilio a la estación Finlandia de Petrogrado
la medianoche del 3 de abril de 1917, y fue recibido como un héroe por obreros
y soldados. Al día siguiente presentó en público sus Tesis de Abril, el
programa de una nueva revolución que transferiría el poder "al
proletariado y a los campesinos más pobres".
25 de octubre. Conquista
del poder por los bolcheviques. El 24 de octubre por la tarde Trotski dio las
órdenes finales para el golpe. Kerensky y las autoridades militares de
Petrogrado buscaron en vano el apoyo de tropas leales. A las diez de la mañana
del 25, Lenin escribió el anuncio del derrocamiento del Gobierno y de que el
poder del Estado había pasado al sóviet de Petrogrado.
7 de
diciembre. Creación de la Checa. La nueva policía del Estado
bolchevique, la Comisión Extraordinaria Rusa para el Combate contra la
Contrarrevolución y el Sabotaje, conocida como Checa, fue un Estado dentro del
Estado para destruir a sus enemigos, silenciar a sus críticos y eliminar toda
forma de oposición política y cultural.
1918
6 de enero. Cierre
de la Asamblea Constituyente. La Asamblea Constituyente abrió sus sesiones en
la tarde del 5 de enero de 1918 en el palacio Táuride. Al día siguiente, los
bolcheviques ordenaron su disolución. Solo la fuerza los podría echar. La
guerra civil determinaría el futuro de Rusia.
3 de marzo. Firma
del Tratado de Brest-Litovsk. Si los bolcheviques querían conservar el poder y
salvar su revolución, tenían que negociar una paz con los poderes centrales.
Esa paz en el frente sirvió a los bolcheviques para poder concentrarse en otra
guerra que empezaba entonces, la lanzada por el Ejército Blanco.
1918-1921. Guerra
civil entre los bolcheviques y los contrarrevolucionarios. Tras duros combates
y buenas dosis de terror en la retaguardia por parte de los dos bandos, la
guerra acabó con la derrota del Ejército Blanco. El triunfo permitió a los
bolcheviques retener el poder y aplastar, al mismo tiempo, muchas de las
aspiraciones y libertades populares.
Noche del 16 al 17
de julio. Toda la familia real es asesinada por miembros de la
Checa de Yekaterimburgo en el sótano de una casa confiscada a Nikolái Ipátiev,
un hombre de negocios. Los cuerpos fueron enterrados cerca de la casa, aunque
el lugar exacto de las fosas no se descubrió hasta después de la caída del
régimen soviético.
1924
21 de enero. Muerte
de Lenin. La idea muy extendida de que Stalin, al implantar después su régimen
de terror, traicionó a Lenin y a la revolución contrasta con la de los
historiadores que sostienen que los elementos básicos del régimen estalinista
estaban ya presentes en enero de 1924. Sobre el terror y la violencia que
prevalecieron en Rusia durante la revolución y la guerra civil se levantó el
posterior régimen estalinista. La revolución, la guerra civil, el terror, el
hambre y las enfermedades causaron 10 millones de muertos entre 1917 y 1922.
Julián Casanova es historiador. Su libro La venganza de los
siervos. Rusia 1917 (Crítica) se publica el 27 de abril.
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