ARTURO MAS CONVOCA
ELECCIONES PLEBISCITARIAS
Luis María ANSON
Mariano Rajoy
puede escudarse en la legalidad virtual de la convocatoria de las elecciones
catalanas para el 27 de septiembre. Pero está claro que lo que ha firmado hoy
Arturo Mas, el político de las cortas entendederas y la sonrisa insufrible, es,
sin lugar a la menor duda, elecciones plebiscitarias.
El presidente de
la Generalidad, Oriol Junqueras y sus cómplices han sorteado eventuales
impugnaciones pero se han hartado de proclamar a los cuatro vientos
audiovisuales que el 27 de septiembre se celebrarán elecciones plebiscitarias.
La gran política consiste en prever, no en curar. Rajoy y su Gobierno se han
enfrentado al órdago secesionista de un sector de la clase política catalana,
que lo que quiere es mandar más, con una cachaza lamentable, con indignante
pasividad, con tórpida lenidad.
Arturo Mas ha
conseguido que no se juzgue en las elecciones autonómicas el fracaso de su
gestión en la gobernación de Cataluña. Ha enmascarado además con el órdago
secesionista su responsabilidad en el escándalo Pujol y, si la plataforma unida
ganara, conservará además su poltrona en la Generalidad.
Se frota, además,
las manos porque el Gobierno de la nación, en lugar de actuar de forma rotunda,
demuestra su debilidad enrocándose en tecnicismos jurídicos. No estaría de más
que el entorno de Mariano Rajoy se diera cuenta de que las elecciones generales
no las ganará solo por el incuestionable éxito económico de su gestión sino por
la contundencia con que resuelva el órdago secesionista catalán. A un
porcentaje muy alto de los votantes del Partido Popular les importa más la
unidad de España que la tranquilidad económica.
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