jueves, 12 de enero de 2017

1 de enero de 1959:


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El general Batista llegó en avión a Ciudad Trujillo, procedente de La Habana, de donde había salido precipitadamente a las cinco de la madrugada.
Le acompañan unos cuarenta miembros de su gobierno y jefes del Ejército, entre ellos, el presidente electo, Andrés Rivero Agüero; el hasta ahora primer ministro de Cuba, Gonzalo Güell; el presidente del Senado, Anselmo Allegro; el contraalmirante Rodríguez Calderón, que era jefe de la Marina, y el general Pedraza, quien fue nombrado miembro de la Junta Militar que preside el general Cantillo, pero luego renunció a formar parte de ella y acordó salir de Cuba.
Fuentes informadas dicen que Batista convocó a los altos oficiales del Estado Mayor, con los que se reunió en Campo Columbia antes de abandonar el país. El presidente -según estas fuentes- dijo a los oficiales del Estado Mayor que no deseaba un mayor derramamiento de sangre y que resignaba sus poderes sobre el general Cantillo.

«No confiéis en nadie»
El dirigente del Movimiento 26 de Julio, Fidel Castro, ha rechazado esta noche la oferta de paz hecha por la Junta de Gobierno que ha asumido el poder en Cuba.
En una emisión por radio, Fidel Castro dijo que sus Fuerzas «continuarían las operaciones en todos los frentes. El régimen de Batista ha caído a causa de los últimos golpes rebeldes -agregó-. No confiéis en nadie, ni permitáis que nadie os engañe.»
Fidel Castro ha dirigido un ultimátum por radio a la guarnición de Santiago de Cuba, en el que dice que si no se rinde a las dieciocho (hora local), sus Fuerzas tomarían por asalto la ciudad. «La guerra no ha terminado -dice el ultimátum de Fidel Castro- porque los asesinos están todavía armados.»
En su alocución a la población de Santiago de Cuba, el dirigente revolucionario agrega: «Contamos con vuestro apoyo y os pedimos que esa ciudad «quede paralizada».
Todos deben abandonar su trabajo, a excepción de las fábricas de energía eléctrica.»
Por otra parte, los jefes de las Fuerzas de Fidel Castro han recibido la orden de avanzar en la provincia de Camagüey y cortar las carreteras que conducen a la capital de la misma.
También se ha dado orden de avanzar sobre La Habana, Guantánamo y Holguín, y de detener a todos los oficiales del Ejército, que serán sometidos a Consejos de guerra.
Castro ha dispuesto también que «no cese el fuego por ninguna razón y que se concedan treguas a las Fuerzas armadas solamente cuando éstas se rindan».
«Las operaciones militares -agrega- deben continuar contra las Fuerzas armadas de La Habana, que se han rebelado (refiriéndose a los miembros de la Junta Militar). Hasta que no se rindan incondicionalmente, no habrá paz.»

Liberación de presos políticos
Apenas comenzaron a extenderse por las calles las noticias de la partida de Batista se produjo el asalto al cuartelillo de Policía número 5 y la liberación de un númeno no determinado de presos políticos. En la prisión de La Habana organizaron una manifestación otros presos políticos, mientras centenares de familiares suyos se agolpaban en el exterior.
Algunos presos han resultado heridos en las manifestaciones. Varias mujeres se desmayaron y otras fueron pisoteadas en el pánico que siguió, en la multitud del exterior, al hacer fuego contra ella soldados y policías desde los muros de la cárcel. Los manifestantes se alejaron al arriarse en el interior la bandera de Batista.
En los suburbios los revolucionarios arrojan sus automóviles contra los contadores de estacionamiento y se apoderan de las monedas que contienen.
También fueron asaltadas, además de los casinos del hotel Sevilla Baltimore y del hotel Plaza, las oficinas de varias compañías aéreas: K. I. M., Iberia, Air France, Aerolíneas Argentinas y Línea Aeropostal Venezolana, así como bancos y otras instituciones. Se escuchan disparos en toda la ciudad y algunos policías han comenzado a hacer aparición en los lugares de los disturbios, pues las turbas están entregándose al pillaje y la destrucción en el centro de la capital.

Fidel entrará en La Habana
Fidel Castro llegará a La Habana a las ocho de esta noche (hora española), según se afirma en círculos fidelistas, aunque no ha habido confirmación de la noticia.
También se espera en la capital a Antonio Varona, que representa al ex presidente Carlos Prío Socarrás.
Al mismo tiempo se anuncia que el general Pedraza, miembro de la Junta Militar, ha abandonado el país. La situación en Campo Columbia es muy inquieta y se ha aplazado una conferencia de Prensa convocada para las tres de la tarde. Circulan rumores de que la Junta consideró inaceptable al general Pedraza.
La futura constitución de la Junta es muy incierta.


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