viernes, 30 de junio de 2017

La liberación de Ortega Lara y el secuestro de Miguel Ángel Blanco

Cuatro nombres y un posible éxito rotundo en la lucha contra ETA. Los agentes de la Guardia Civil de la 513 Comandancia, situada en el famoso cuartel de Intxaurrondo, en San Sebastián, sabían que el primer reto de la madrugada del 1 de julio de 1997 era detener de la forma más rápida y limpia a cuatro terroristas de ETA: Jesús María Uribetxeberria Bolinaga, Javier Ugarte Villar, José Luis Erostegui Bidaguren y José Miguel Gaztelu Ochandorena.


De que todo sucediera así podría depender la liberación del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, que había sido secuestrado por la organización terroristas 532 días antes, el 17 de enero de 1996. La profesionalidad de los agentes quedó de manifiesto y los cuatro etarras fueron detenidos según lo previsto. Tres de ellos fueron trasladados entonces al complejo de la Guardia Civil en la capital guipuzcoana.

Un importante dispositivo de guardias civiles se trasladó entonces, acompañados por el cuarto terrorista, hasta una nave industrial de Mondragón. Junto a ellos iba también el entonces magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que había llegado desde Madrid para coordinar el operativo antiterrorista. Los agentes entraron por la fuerza a la nave, sin encontrar ningún tipo de resistencia en su interior.


Pese a que estaban preparados para la posible presencia de terroristas de ETA en la nave industrial, la misma estaba vacía. Sólo había maquinaria. No había rastro tampoco de la posible presencia de un secuestrado en su interior. El etarra allí presente, Josu Uribetxebarria Bolinaga, negó a los agentes que hubiese persona secuestrada alguna en la nave y mantuvo que solo guardaba un perro, condenando a Ortega Lara a morir de hambre si no se le hubiera localizado.

Las horas fueron pasando y el nerviosismo y el desánimo cundía entre agentes y magistrado, que no conseguían localizar el paradero del funcionario de prisiones. Cuando todo parecía perdido, uno de los agentes notó que en la nave había dos grandes máquina iguales, pero que el anclaje al suelo de las mismas era diferente. Decidieron mover una de las máquinas, la que su anclaje al suelo parecía más endeble, y comprobaron que la base se desplazaba, por lo que podría haber algo debajo.

Los etarras habían diseñado un sofisticado sistema para entrar al zulo que evitaba que el secuestrado fuese librado si ellos eran detenidos. Habían creado un sistema hidráulico que elevaba la máquina, de 3 toneladas de peso, dando acceso a la entrada del zulo. Pero el mecanismo que lo accionaba todo estaba camuflado. Como los guardias civiles no localizaron el botón la levantaron a pulso entre unos 60 agentes, dejando al descubierto la trampilla que daba acceso al zulo.

El zulo de Ortega Lara


Los guardias civiles prepararon el dispositivo para bajar. El primero en hacerlo fue un agente de la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil, una unidad de operaciones especiales preparada, entre otras cosas, para misiones de asalto. La posibilidad de que hubiese terroristas armadas en el interior del zulo complicaba la operación cuando todo parecía indicar que la misma estaba cerca de resolverse con éxito.

Este agente fue el primer en bajar al zulo, en el que no había presencia etarra y, por tanto, fue el primero en encontrarse la estructura que habían preparado los terroristas para retener a sus secuestrados y, en caso de ser necesario, enterrarlos en vida. Por el pequeño ascensor hidráulico preparado por los etarras bajó hasta un pequeño cubículo que daba acceso a una sala un poco más amplia.

Esta sala, muy fría y húmeda, permitía ver de primera mano el esqueleto metálico que soportaba la estructura del zulo. Los terroristas la habían decorado, en su macabro delirio, con un cartel de varios surfistas y una imagen de la Playa de la Concha cubierta de nieve. Ambas estaban corroídas por los hongos. Las paredes estaban llenas de mugre y de flora debido de la humedad que producía la cercanía del río Deba.

En la pared también había un ventilador, utilizado para remover el aire, y un halógeno, encendido de manera permanente, junto a una cortinilla negra que corrida sobre el mismo marcaba la noche. En uno de los lados, una pared con una puerta, una mesa y una trampilla para que los terroristas pasaran los alimentos a los cautivos. El tamaño de la sala era tan reducida que una persona de envergadura normal podría tocar casi ambas paredes con poner sus brazos en forma de cruz.

Con la sala vacía fueron bajando más agentes del Instituto Armado y la comisión judicial encabezada por Garzón. Fue entonces cuando abrieron la puerta de madera y se encontraron con la persona a la que habían ido a buscar, José Antonio Ortega Lara. Con 23 kilos menos que cuando fue secuestrado y el cuerpo entumecido, el funcionario de prisiones pidió en un primer momento a los agentes que le mataran, pues los confundió con etarras. No era consciente de que 532 días después podía volver a retomar su vida en libertad.

"Ortega 5K BOL", la pista clave


Los investigadores de la Guardia Civil siguieron durante meses decenas de pistas para localizar a Ortega Lara, pero ninguna les llevada a nada en claro. Hasta que una operación antiterrorista en el sur de Francia puso un poco de luz al final del túnel. La policía francesa desarticuló buena parte de la estructura logística de ETA en una operación en el País Vasco francés y en la misma fue arrestado el máximo responsable de la misma, Julian Atxurra Egurola Pototo.
En una de las páginas de la agenda personal del dirigente etarra, que con anterioridad había formado parte del grupo Vizcaya de ETA, encontraron la inscripción "Ortega 5K". Junto a la misma, estaban escritas las siglas "BOL". Los investigadores relacionaron la inscripción con el posible pago de una cantidad económica –presumiblemente, 5 millones de las antiguas pesetas– para el sostenimiento del secuestrado del funcionario de prisiones.
Quedaba por descubrir qué significaban las siglas "BOL", pues con una alta probabilidad podrían corresponder a una persona en contacto con los secuestradores o, directamente, con uno de ellos. Comenzó entonces una carrera contrarreloj para buscar un nombre a esas siglas, que terminaría desembocando en Josu Uribetxebarria Bolinaga, un hombre de mediana edad de Mondragón muy próximo a las estructuras político-sociales de ETA.
Los agentes del Instituto Armado comenzaron entonces a seguir de cerca al posible secuestrador y descubrieron una rutina diaria sospechosa. Frecuentaba junto a otros tres hombres una nave industrial a las afueras de Mondragón de la que entraban y salían varias veces al día. De manera habitual, compraban comida que aparentemente no consumían y con la que entraban en la nave pero no salían. La opción de que pudiesen mantener allí a una persona secuestrada ganaba enteros.

El secuestro y el traslado

La liberación de Ortega Lara ponía fin a 532 días de secuestro. Los terroristas habían recibido la orden de secuestrar a un funcionario de prisiones para que ETA pudiese chantajear al Gobierno: su liberación a cambio del acercamiento de los terroristas encarcelados a centros penitenciarios cercanos al País Vasco y Navarra. Siguiendo esas directrices, hicieron varios seguimientos y mandaron sus macabras propuestas a la dirección de la banda.
Pototo da el visto bueno para el secuestro de Ortega Lara y los terroristas se ponen manos al delito. El citado 17 de enero de 1996, sobre las cinco de la tarde, el funcionario de prisiones llega desde la cárcel de Logroño donde trabaja hasta su domicilio familiar en Burgos. En el garaje, le estaban esperando Bolinaga y Erostegui, que lo abordan pistola en mano. Pese a que ofrece resistencia, finalmente le vendan los ojos, esposan y amordazan, y lo introducen en el maletero de su vehículo.
Los dos etarras condujeron hasta las afueras de Burgos, donde les estaban esperando los otros dos terroristas –Ugarte y Gaztelu– con un camión que transportaba lo que aparentaba ser una pesada máquina. La misma no era tal, sino que era un artilugio hueco fabricado para poder transportar secuestrados sin levantar sospechas alguna. Dentro de esa máquina trasladaron a Ortega Lara hasta la nave industrial de Mondragón, donde lo introdujeron en el zulo.

Un grupo etarra con mucha trayectoria

Los terroristas detenidos formaban un grupo de ETA que comenzó a actuar sobre 1978. Ninguno estaba a sueldo de la organización, sino que realizaban vida normal acudiendo a sus respectivos puestos de trabajo y socializando con la gente de la localidad como si no formaran parte de una estructura criminal. Además, su actividad terrorista aparecía y desaparecía durante temporadas en función a los intereses de ETA, que cambió el nombre del grupo etarra en varias ocasiones.
Este modo peculiar de funcionamiento hizo que fueran muy difícilmente detectables para los expertos de la lucha contra el terrorismo. Sabían que la organización criminal tenía o había tenido una estructura estable en la zona, pero no eran capaces de dar con ella. Mientras tanto, los cuatro terroristas realizaban importantes labores artesanales para ETA, aprovechando que tenían cierta maestría en el trato del metal y el acero.
Fue en el año 1987 cuando alquilan la nave industrial a las afueras de Mondragón y constituyen de forma conjunta una sociedad mercantil –Jalgi– dedicada a la fabricación de piezas de repuesto. Un año más tarde, en verano de 1988, realizan la primera excavación en el interior de la nave, un zulo de cinco metros cuadrados destinado a guardar armas y explosivos para que otros grupos de ETA puedan realizar atentados en la zona de Mondragón y Vergara.
Ese depósito de armas se convirtió en zulo para secuestrados en 1993. Allí los terroristas mantienen retenido al ingeniero Julio Iglesias Zamora durante 116 días, desde el 5 de julio al 29 de octubre de ese año. El tío del secuestrado, propietario de la empresa Ikusi, se había negado a pagar la extorsión que le exigía ETA y, ante la dificultad de secuestrar al tío, los terroristas decidieron secuestrar a su sobrino, un objetivo mucho más fácil.
Meses después de la liberación de Iglesias Zamora, los cuatro terroristas de ETA realizan nuevas obras en el zulo subterráneo para acondicionarlo definitivamente a los secuestros. Lo amplían con un segundo habitáculo de 3,5 metros cuadrados que recubren, para evitar la humedad que producía la cercanía del río Deba, con madera, algunos metros de forro de plástico, un toldo y algo de aislante acústico.

Miguel Ángel Blanco, la venganza

La liberación de José Antonio Ortega Lara fue una explosión de júbilo para la sociedad española. Las portadas de los medios de comunicación y las declaraciones de los dirigentes políticos fueron una demostración de ello. Sin embargo, hubo quienes se salieron de la senda y aquella operación de la Guardia Civil no les hizo la más mínima gracia. Es el caso del diario Egin, que al día siguiente abría su portada con el desagradable titular "Ortega vuelve a la cárcel".
El diario clausurado posteriormente por ser altavoz de ETA jugaba con el hecho de que Ortega Lara era funcionario de prisiones y que, por tanto, volvería a su puesto de trabajo en el centro penitenciario de Logroño tras quedar libre. Para colmo, en su editorial de ese día lamentaba que tras la operación de rescate de los agentes del Instituto Armado "había cuatro prisioneros políticos más", en alusión a los cuatro secuestradores.
Tampoco hizo ninguna gracia el éxito policial a los dirigentes de Herri Batasuna, brazo político de ETA. Su dirigente Floren Aoiz, entonces miembro de la Mesa Nacional de HB y actualmente miembro de la Ejecutiva de Sortu y director de la fundación del partido batasuno (Iratzar), compareció ante los medios de comunicación y lanzó una advertencia-amenaza que se entendería mejor varios días después: "Después de la borrachera policial vendrá la resaca".
La advertencia-amenaza cristalizó tan sólo nueve días más tarde. El jueves 10 de julio de 1997, tras un intento fallido la tarde anterior, ETA secuestró al concejal del PP en Ermua (Vizcaya) Miguel Ángel Blanco. La etarra Iranzu Gallastegui Amaia le abordó a punta de pistola en la estación de trenes de Eibar (Guipúzcoa), localidad donde trabajaba el joven edil, y lo trasladó a un coche en el que esperaban Francisco Javier García Gaztelu Txapote, futuro jefe de los pistoleros de ETA, y José Luis Geresta Múgica Oker.
Los terroristas le trasladaron hasta el lugar de su cautiverio, el cual todavía se desconoce, y telefonearon a Egin Irratia para reivindicar el secuestro. De este modo, hicieron también público su nuevo chantaje al Estado de Derecho: si antes de las 16:00 horas del sábado 12 de julio (48 horas) el Gobierno no trasladaba a prisiones en el País Vasco a todos los terroristas de ETA encarcelados, el edil del PP sería asesinado.
La sociedad española salió a la calle para reivindicar la liberación del joven concejal del PP. En el plazo del ultimátum marcado por ETA, más de 6 millones de personas se congregaron en más de 1.500 manifestaciones celebradas por todo el país. Más de una treintena de ellas se celebraron en el País Vasco. Como ejemplo, el mismo día que se cumplía el ultimátum, medio millón de personas pidieron la liberación de Miguel Ángel Blanco en las calles de Bilbao. Pero todo fue en balde.
Pasada la hora clave, los tres terroristas del grupo etarra trasladaron al edil del PP hasta un paraje boscoso cercano a la localidad de Lasarte-Oria (Guipúzcoa). Mientras Gallastegui permanecía en el coche, Geresta y García Gaztelu se adentraron entre los árboles con Miguel Ángel Blanco. El primero hizo que el joven se arrodillase y le sujetó mientras el segundo etarra le disparaba dos tiros en la cabeza.
El cuerpo moribundo de Miguel Ángel Blanco fue encontrado por dos hombres que pasaban por la zona sobre las 16:40 horas del sábado 12 de julio. Aún con vida, se encontraba boca abajo y con las manos atadas por un cable eléctrico. Fue trasladado de urgencia al hospital donostiarra de Nuestra Señora de Arántzazu pero, tras pasar más de doce horas en coma neurológico, se decretó la muerte cerebral alrededor de las 4:30 horas del domingo 13 de julio.

EL ACOJONANTE MOTIVO POR EL QUE PODEMOS NO QUIERE DEDICAR UNA CALLE A IGNACIO ECHEVERRÍA

Dan la espalda al homenaje del héroe español en el Pleno del Ayuntamiento de Alicante, aunque la iniciativa ha salido adelante gracias al respaldo de los demás grupos municipales

Supremo congela las cuentas de la fiscal general y le prohíbe salir de Venezuela


El Supremo congela las cuentas de la fiscal general y le prohíbe salir de Venezuela

El régimen ha respondido, así, al pronunciamiento crítico de la jurista.
Luisa Ortega Díaz es la fiscal general de Venezuela. La dirigente judicial del país americano denunció este miércoles que se está registrando "terrorismo de Estado" en el régimen chavista y, además, explicó que iba a desconocer al Tribunal Supremo del país y a sus decisiones. Ortega Díaz argumentó que el Gobierno de Nicolás Maduro pretende cambiar las Constitución por el cauce de una Asamblea constituyente que será elegida el 30 de julio y juró defender la ley "hasta con su "propia vida".
Pues bien, el Ejecutivo bolivariano no ha tardado en reaccionar. El Tribunal Supremo de Justicia aprobó, horas después del pronunciamiento público de la fiscal e interpuso medidas cautelares contra ella por medio de una solicitud efectuada por el diputado chavista Pedro Carreño. La directriz de la institución impuso la prohibición de salir del país y la congelación de las cuentas bancarias de la jurista.
El comunicado echo público por el tribunal citó a la fiscal, además, a una audiencia oral y pública el 4 de julio. A partir de ese punto se activará el enjuiciamiento de Ortega Díaz, crítica con el régimen hasta el punto de denunciar que el Tribunal Supremo mantiene una "ruptura del hilo constitucional y esta desmantelando el Estado". El organismo, por su parte, aclaró que la imposición punitiva fue tomada por unanimidad "en aras de garantizar el cauce procesal respectivo".

También se prohibió a la abogada de 59 años enajenar y gravar sus bienes, y reiteró expuso que los motivos de su acusación y cita a declarar está basada "en la presunta comisión de faltas graves en el ejercicio de su cargo" como fiscal general. Así, el Alto Juzgado notificó la resolución al diputado Carreño como demandante, a Ortega Díaz como demandada y al defensor del pueblo, Tarek William Saab, "a los fines de comparecer a la celebración de la aludida audiencia" la semana próxima.
La fiscal habría incurrido en las faltas de "atentar, lesionar, o amenazar la ética publica y la moral administrativa; actuar con grave e inexcusable ignorancia de la Constitución; y de violar, amenazar o menoscabar los principios fundamentales establecidos en la Constitución". Y la legislación venezolana establece que la remoción de los integrantes del Consejo Moral Republicano (Fiscalía, Contraloría, Defensoría del pueblo) está en manos de la Asamblea Nacional. Pero el actual desacato del Parlamento, en manos de opositores, no deja un panorama nítido para el objetivo del Ejecutivo con este enjuiciamiento.

CIFUENTES Y HERNANDO SUGIEREN QUE HAY MÁS CORRUPTOS QUE SU PARTIDO

El PP contraataca y denuncia a los "delincuentes" de Podemos

Martínez-Almeida y Sánchez hacen pública una lista de 'pederastas, narcotraficantes, agresores y terroristas'.
Martínez-Almeida y Sánchez hacen pública una lista de "pederastas, narcotraficantes, agresores y terroristas".

miércoles, 28 de junio de 2017

PEDRO SÁNCHEZ EN BRAZOS DE PABLO IGLESIAS

PEDRO SÁNCHEZ EN BRAZOS DE PABLO IGLESIAS

Todas las informaciones que llegan a mi mesa de trabajo subrayan la abducción de Pedro Sánchez por Pablo Iglesias. El líder podemita es un conversador formidable, un encantador de serpientes, un político sagaz, un peso pesado de verdad. Juega con el cuitado Pedro Sánchez como el gatazo con el ratoncillo menor.
En un excelente editorial, el diario El Mundo condensa la realidad política del encuentro en la tercera fase entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. “El PSOE -se lee en la página editorial de El Mundo- puede quedar atrapado en su laberinto. Porque echarse en brazos de Iglesias sin ser capaz de hacer una oposición útil y responsable no parece buen negocio. La repentina abstención ante el Tratado de Libre Comercio de la UE y Canadá ha sido el primer guiño a Podemos. Y todo apunta que se repetirá con el rechazo a negociar el techo de gasto. Pero el PSOE tiene mucho que perder si es percibido como un partido de bloqueo cada vez más lejano de la centralidad política”.
Lo que no me parece tan seguro es que Pedro Sánchez esté personalmente equivocado. El líder socialista no da preferencia a los intereses generales de España. Tampoco a los de su partido. Solo piensa en él mismo. Sabe que en el Congreso actual puede sumar 179 escaños, gracias a Podemos y a los aliados de Podemos. Y eso le basta para tumbar a Mariano Rajoy en una moción de censura. El problema de Sánchez es que Rajoy también lo sabe y convocará elecciones generales si se intenta plantear de nuevo una moción de censura. En esas elecciones, Pedro Sánchez puede sufrir su tercera derrota, retroceder aún más y, sobre todo, resultar sorpassado por Podemos. Menudo negocio para su partido pero también para él.

La "democracia", según Podemos

Manuel Llamas
La "democracia", según Podemos
La única "democracia" legítima para Podemos es el anticapitalismo, y éste ya ha demostrado ser incompatible con la libertad del individuo.
2017-04-14
Podemos irrumpió en la vida política española, aprovechándose muy hábilmente de la grave crisis institucional y económica que ha padecido el país en los últimos años, con un claro discurso antistablishment que, en última instancia, cuestionaba la legitimidad del sistema democrático vigente e incluso la ejemplar y admirada transición que se llevó a cabo a finales de los años 70.
Por esta misma razón, el partido de Pablo Iglesias acordó una fórmula muy particular para que sus miembros tomaran posesión de sus cargos como diputados y senadores tras las pasadas elecciones generales. Así, en lugar de jurar la Constitución sin más, prometieron acatarla, sí, pero también "trabajar para cambiarla". No es ninguna casualidad que la frase en cuestión esté inspirada en la toma de posesión de Hugo Chávez como presidente de Venezuela en 1999: "Juro delante de Dios, juro delante de la patria, juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución haré cumplir e impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la república nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos. Lo juro".
Es decir, podemitas y chavistas coinciden en que su principal cometido no es cumplir y hacer cumplir la Constitución, sino cambiarla por otra, modificando así los cimientos sobre los que se asienta la democracia representativa moderna. No en vano, el propio Pablo Iglesias se comprometió durante su primer discurso como secretario general del partido morado, en noviembre de 2014, a "abrir el candado de la Constitución de 1978" por la vía de un "nuevo proceso constituyente". Y, aunque un año después, justo antes de las elecciones generales, maquilló su promesa para no asustar demasiado al personal, insistió en que la Carta Magna necesita una reforma de calado -lo cual también implicaría abrir un proceso constituyente, solo que no lo dijo de forma expresa-.
Pero, ¿cambiarla para qué? ¿Qué modelo proponen a cambio? La "democracia popular", también conocida como "república popular" o "república democrática", cuyo título alberga la construcción de estados socialistas, a imagen y semejanza de la antiguas exrepúblicas soviéticas, entre otros modelos de similar naturaleza. Regímenes, en definitiva, donde la "democracia" tan sólo figura en la denominación del país, como en la antigua RDA (República Democrática Alemana), pero que, en la práctica, no son más que retrógradas y crueles dictaduras cuyo ejercicio condena a la población a la más absoluta represión, miseria y violación de derechos y libertades fundamentales.
La Constitución Bolivariana de Venezuela, la nueva Carta Magna que prometió Chávez blandiendo como bandera el "socialismo del siglo XXI", logró su objetivo: derrocar el sistema previo, gravemente herido por la corrupción y el nefasto rentismo estatista que instauró el tradicional bipartidismo durante décadas, para, a continuación, sustituirlo por un modelo socioeconómico mucho más politizado donde el poder se concentra casi única y exclusivamente en las manos del jefe supremo, el presidente de la República -ayer Chávez, hoy Maduro-, sin contrapesos de ningún tipo.
El chavismo mantuvo cierto apoyo popular mientras los ingentes ingresos procedentes del petróleo llenaban las arcas del Estado para repartir prebendas y subvenciones de todo tipo entre una población que, desde hace tiempo, vivía infantilizada y deseaba ser mantenida por el poder político en lugar de prosperar por sí misma mediante el libre comercio y la empresarialidad. Sin embargo, una vez desaparecido el espejismo petrolero, la muy estatalizada economía venezolana comenzó a mostrar sus miserias tras años de expropiaciones, inseguridad jurídica y nula productividad. Fue entonces cuando, tal y como se ha encargado de demostrar la historia una y mil veces, el "socialismo del siglo XXI" mostró su verdadero rostro sin ambages, avanzando hacia la dictadura en la que se ha convertido hoy, en medio de la peor recesión, hiperinflación y desabastecimiento que ha sufrido Venezuela a lo largo de su historia.
El golpe de estado de Maduro
Tras el reciente golpe de estado que propició Nicolás Maduro a la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, pocos se atreven hoy a afirmar que Venezuela sigue siendo una "democracia", puesto que el Parlamento y sus miembros han sido desposeídos de toda autoridad y competencias… Y esos pocos son, precisamente, los de Podemos. Cuando el petróleo cotizaba en máximos y el régimen disponía de recursos, los miembros de la cúpula podemita no dejaban de lanzar loas a la "República Bolivariana" venezolana, tildando a Chávez de héroe y libertador y a su revolución de "fiesta ciudadana" y ejemplo de "democracia". De hecho, Luis Alegre afirmaba en 2006 que la experiencia de Venezuela demostraría "la compatibilidad entre comunismo y democracia".
Erró como yerran todos los comunistas. Cuando se acabó el maná petrolero y los venezolanos comenzaron a padecer los destrozos de más de una década de socialismo chavista, los podemitas justificaron el desastre económico y social de la revolución escudándose en argumentos surrealistas, como que las colas kilométricas en los supermercados se debían a que los venezolanos tenían mucho dinero para gastar (Errejón dixit) o que la escasez de productos básicos era culpa de especuladores y "empresarios ladrones" (Monedero dixit). Y, finalmente, cuando Maduro ejecutó su golpe e instauró la dictadura de forma oficial, ¿qué hizo Podemos? Avalar y apoyar a los suyos…
En sus tres años de vida, el partido morado nunca ha condenado el estado de represión y profunda pobreza que padecen los venezolanos: en el Parlamento Europeo evitaron pedir en su día la liberación del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma; en enero de 2016 se negaron a firmar un manifiesto en el que se pedía a Maduro que respetase la victoria de la oposición en la Asamblea; en abril de ese mismo año evitaron pedir la pronta liberación de presos políticos en Venezuela; el pasado septiembre Monedero tildaba de "golpista" la protesta social en las calles de Caracas contra Maduro; y el pasado marzo, tras el golpe a la Asamblea, Podemos también se negó a apoyar en el Congreso una declaración institucional de condena.
De hecho, algunos van incluso más allá y apoyan abiertamente esta particular deriva. Es el caso de Alberto Garzón cuando afirma que "los grandes empresarios de distribución se han coordinado en no pocas ocasiones para provocar episodios de escasez que enfurecieran a las masas", cuando critica "la sobreactuación de los poderes políticos europeos, entre ellos de PP, PSOE y CS, en relación a la justa y razonable detención y encarcelamiento del golpista Leopoldo López", o cuando señala que la suspensión de las atribuciones de la Asamblea "ha sido una acción legal y constitucional y desde luego en ningún caso un Golpe de Estado como repiten los voceros de la derecha oligárquica".
Y lo mismo sucede con Juan Carlos Monedero al señalar que "cuando la Asamblea decidió desconocer el poder legítimo del Presidente se estaba poniendo al margen de la Constitución. Se colocaron por voluntad propia en desacato", y, como no fue disuelta, "no hay tal golpe de Estado". Más bien al revés, puesto que "la Asamblea es la que está complicando el Estado de derecho".
"Democracia" es socialismo
¿"Demócratas"?, ¿dónde? No pueden ser demócratas quienes avalan y apoyan un golpe de estado para instaurar una dictadura plena en Venezuela, en contra de la voluntad mayoritaria de la población; quienes veneran a dictadores y asesinos como Fidel Castro o el Che; quienes aspiran a reinstaurar en España la desastrosa y fratricida II República, cuya bolchevización y posterior pucherazo electoral en el 36 desembocó en una trágica guerra civil; y quienes, en definitiva, pretenden colectivizar los medios de producción y acabar con el actual marco de derechos y libertades que impera en España mediante una nueva Constitución… ¡La suya!
El problema de fondo es que, si bien Podemos usa constantemente el término "democracia" a modo de anzuelo para pescar votos, el significado que le otorgan es diametralmente opuesto al del común de los mortales. La única "democracia" legítima para Podemos es el anticapitalismo (más conocido como comunismo), y éste ya ha demostrado en todas y cada una de las ocasiones que es incompatible con la libertad y prosperidad de los individuos, tal y como también ejemplifica hoy Venezuela, su última víctima.


Felipe VI ha presidido hoy el acto conmemorativo de las elecciones del 15 de junio de 1977

Felipe VI ha presidido hoy el acto conmemorativo de las elecciones del 15 de junio de 1977 con un discurso en el hemiciclo del Congreso, uno de los de mayor calado que ha protagonizado desde su proclamación como rey hace tres años.
La de hoy, ha sido la tercera vez que don Felipe ha intervenido ante la Cámara Baja después de que lo hiciera cuando asumió la jefatura del Estado y en la apertura de la legislatura el pasado 17 de noviembre.
Éstas son las principales frases del discurso de algo más de 20 minutos de duración que el Rey ha pronunciado ante los diputados y senadores:
1- "Lo que hoy disfrutamos constituye un extraordinario patrimonio moral y material que no debemos silenciar ni ignorar, que no podemos dividir, ni mucho menos destruir".
2 - "Ningún camino que se emprenda en nuestra democracia puede, ni debe, conducir a la ruptura de la convivencia, al desconocimiento de los derechos democráticos de todos los españoles o a la negación de los valores esenciales de la Europa a la que pertenecemos".
3 - "Fuera de la ley, nos enseña la historia, solo hay arbitrariedad, imposición, inseguridad y, en último extremo, la negación misma de la libertad".
4- "El coraje, la valentía, la ilusión, la determinación y la esperanza deben seguir plenamente vigentes en nuestro ánimo para proyectar nuestra convivencia hacia el futuro y seguir impulsando el progreso de nuestra Nación".
5 - "40 años después, la Corona reafirma, ante los legítimos representantes de la soberanía nacional, su compromiso irrevocable con la democracia, con el entendimiento entre todos los españoles y con su convivencia en libertad".
6- "A pesar de que ha habido errores y equivocaciones, luces y sombras, como en todos los asuntos humanos, que debemos cambiar, corregir y reformar, los españoles podemos sentirnos orgullosos de lo que hemos construido juntos en estas cuatro décadas".
7 - "Al rey Juan Carlos, junto con toda aquella generación que abrió el camino de nuestra democracia, quiero ofrecerles el testimonio más profundo de nuestra gratitud, homenaje y admiración".
8- "Los diputados y senadores elegidos en 1977 tenían ante sí una responsabilidad histórica: dar la respuesta política a nuestros errores del pasado y superar las diferencias entre los españoles, convencidos de que la Guerra Civil y la dictadura eran (...) una inmensa tragedia sobre la que no cabía fundar el porvenir de España".
9- "Los diputados y senadores de la legislatura constituyente pueden estar muy orgullosos y satisfechos de su tarea. Porque al renunciar cada uno de ellos, consciente y deliberadamente, a imponer su visión de España o sus propias convicciones sobre las de los demás, construyeron con una gran generosidad y voluntad integradora la España que querían construir los españoles".
10- "Si hoy la democracia y la libertad son una evidencia, se lo debemos a ellos".
11- "La Constitución del 78 proclamó su voluntad de proteger a todos los pueblos de España en el ejercicio de sus culturas y tradiciones, de sus lenguas y de sus instituciones, y reconoció el autogobierno de sus nacionalidades y regiones, que son también patrimonio de todos los españoles".
12- "El terrorismo felizmente derrotado con toda la fuerza de la sociedad española, con el peso de nuestro estado de derecho y con la cooperación internacional".

Podemos


Tras varios meses de protestas pacíficas y con el país totalmente destrozado social y económicamente por los años de chavismo, la situación en Venezuela se torna cada día más complicada y la cúpula de la dictadura se muestra cada día más nerviosa.
Así, las menciones a la violencia y las amenazas son más y más frecuentes aunque en pocas ocasiones han resultado tan explícitas como este martes durante un discurso del propio Nicolás Maduro este martes, en el que ha hablado de lo que ocurría "si Venezuela fuera sumida en el caos y la violencia –como si la situación actual no fuera de caos y violencia– nosotros iríamos al combate".

Maduro ha asegurado también que "jamás nos rendiríamos" y, para que no quede ninguna duda, ha asegurado que "lo que no pudimos con los votos lo haríamos con las armas", ha gritado entre los aplausos del público.

Maduro amenaza a los venezolanos: "Lo que no se pueda con los votos lo haríamos con las armas"




Tras varios meses de protestas pacíficas y con el país totalmente destrozado social y económicamente por los años de chavismo, la situación en Venezuela se torna cada día más complicada y la cúpula de la dictadura se muestra cada día más nerviosa.
Así, las menciones a la violencia y las amenazas son más y más frecuentes aunque en pocas ocasiones han resultado tan explícitas como este martes durante un discurso del propio Nicolás Maduro este martes, en el que ha hablado de lo que ocurría "si Venezuela fuera sumida en el caos y la violencia –como si la situación actual no fuera de caos y violencia– nosotros iríamos al combate".
Maduro ha asegurado también que "jamás nos rendiríamos" y, para que no quede ninguna duda, ha asegurado que "lo que no pudimos con los votos lo haríamos con las armas", ha gritado entre los aplausos del público.

martes, 27 de junio de 2017

Por qué no existe la «Plurinacionalidad»


Expertos consultados por LA RAZÓN alertan sobre la peligrosa ambigüedad del concepto propuesto por Pedro Sánchez. Todos coinciden en que este término «inventado» no es la respuesta al fin de las tensiones territoriales en España: «Es vacío y peligroso».
Por qué no existe la «Plurinacionalidad»
Expertos consultados por LA RAZÓN alertan sobre la peligrosa ambigüedad del concepto propuesto por Pedro Sánchez. Todos coinciden en que este término «inventado» no es la respuesta al fin de las tensiones territoriales en España: «Es vacío y peligroso».
Reforma constitucional
Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa ofrecida hoy en Bruselas, tras asistir a la reunión del Consejo Europeo.
Rajoy insta a Sánchez a ser claro y explicar qué es la plurinacionalidad
25 de junio de 2017. 04:21h
Andrés Rojo,
Por qué no existe la «Plurinacionalidad»
«New Deal», «Perestroika»... son ejemplos de como espontáneamente, en un ámbito político determinado, surge un nombre, una denominación, que logra polarizar el debate y dar forma tangible a algo que hasta ese momento no era más que una idea, un escurridizo concepto llamado, quizá, a cambiar la manera que tenemos de ver nuestro país o nuestro mundo. ¿Podría pertenecer el término «plurinacionalidad» a este linaje privilegiado de vocablos proféticos? ¿Podríamos estar ante la clave para la solución de las tensiones territoriales en España? La respuesta de los expertos a estas preguntas parece inclinarse por un rotundo «no».
Santiago Muñoz Machado, catedrático de Derecho Administrativo y secretario de la Real Academia Española, concede que el vocablo «lingüísticamente hablando, no es una palabra mal montada» ya que se compone de «nacionalidad» y del prefijo «pluri» que significaría algo así como «pertenecer a muchas naciones». Esa es la acepción que maneja el diccionario de la RAE ya que «nacionalidad» no está en el diccionario en el sentido del artículo dos de la Constitución sino en el sentido de pertenencia a un país o nación determinados. «Sin embargo, desde un punto de vista jurídico es un concepto que no existe», recuerda Muñoz Machado, autor de más de cincuenta títulos y experto en derecho constitucional, administrativo y comunitario europeo. «En el mundo del derecho se conoce la doble nacionalidad pero no conozco el caso de nacionales de un Estado que lo sean al mismo tiempo de tres o cuatro». Para el profesor, la expresión que vienen utilizando los políticos –en el sentido de que «España es una nación de naciones y por tanto un Estado plurinacional»– parece darle al término «nación» un significado estrictamente cultural. «No pueden referirse se a la nación como titular de la soberanía sino como un hecho cultural, con unas costumbres propias, un territorio, una historia, etc... pero claro, esto nos llevaría a decir que todas las provincias españolas son pequeñas naciones, porque ¿que provincia española no tiene una cultura propia y una historia singular?». Se trataría por tanto de un «concepto un poco vacío que puede tener proyecciones políticas preocupantes». Desde el punto de vista del derecho constitucional no hay más nación que la española y no hay más sujeto soberano que la nación española, explica Muñoz Machado. Y añade: «Usar el término ‘‘plurinacionalidad’’ para asignar a determinados territorios la cosoberanía con el Estado es un empeño del que podría hablarse sólo si se modifica la Constitución, pero no creo que el soberano pueblo español acepte una repartición de la soberanía».
Más que un concepto articulado, «plurinacionalidad suena más bien a una maniobra táctica, a un juego de palabras sin apoyo ni en el derecho constitucional, ni en la historia de España, ni en la propia teoría política». Son palabras de Benigno Pendás, director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Aunque es cierto que existen casos de Estados plurinacionales –está el ejemplo de Suiza– «España es una gran nación histórica que se integra, como dice la Constitución, por nacionalidades y regiones», recuerda este académico Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Letrado de Cortes Generales y jefe de la asesoría jurídica del Senado. Pendás considera positivo que, por lo menos, el PSOE no haya puesto en entredicho la unidad de España y recuerda que el texto del articulo dos de la Constitución está escrito por el socialista Tierno Galván. «De momento es sólo retórica de momento pero el reconocimiento de una realidad nacional implica en buena medida el tránsito hacia un estado propio. Nuestro estado autonómico parte en cambio de una única realidad nacional y un amplísimo reconocimiento a la pluralidad de España». Sin embargo ha de cuidarse la terminología porque «con las palabras que a veces introducen factores que son luego difíciles de controlar y lo cierto es que solo una lectura interesada de la Constitución puede llevar a hablar de pluralidad de naciones».
Algo de sabiduría sobre el poder de las palabras puede atribuírsele al dramaturgo catalán Alberto Boadella, que nos recuerda: «Invenciones literarias sobre Cataluña se pueden hacer las que se quieran pero la realidad no admite estos matices. Y la realidad es la que es: en Cataluña el Gobierno y una parte importante de la sociedad no quiere ni hablar de estar unida a España». Boadella cree que, aunque los políticos se inventen cosas como «plurinacionalidad» pensando en «marear la perdiz», lo necesario es «atacar la realidad directamente». Es inútil tratar de seducir a una gente que no está dispuesta a ninguna seducción, a gente que está dispuestos a la separación y cualquier compensación económica significaría siempre atentar contra la igualdad de los españoles. «El PSOE y Podemos hacen el típico juego que ha hecho siempre la izquierda, que ha sido muy responsable de lo que pasa en Cataluña». Boadella cree que «intentan estar con Dios y con el César pensando que así su mina de votos les dará buenos resultados». «Yo creo que se equivocan con Cataluña como se han equivocada siempre», resume.
El historiador Henry Kamen confiesa su perplejidad ante un término como «plurinacionalidad» y recuerda que debe establecerse una definición clara y un contexto ante de utilizar un concepto como ese para describir una realidad compleja. Recuerda que Baltasar Gracián en el siglo XVII no tenía ningún problema en admitir que en España coexisten muchas naciones pero matiza que el concepto de nación que se manejaba entonces apenas tiene nada que ver con el que se le da ahora a la misma palabra. Juan Valera llegó incluso a afirmar que si con nación se hace referencia a un Estado completamente formado y articulado, entonces la España de finales del XIX no era una nación. «Da la impresión de que los políticos que utilizan ‘‘plurinacionalidad’’ no tienen conciencia del concepto ni de la noción que están utilizando. Me parece bastante insensato y no tiene ningún sentido».
Jesús Laínz, autor de «España contra Cataluña», opina sencillamente que el término «es una estupidez que no se sostiene desde ningún punto de vista» y recuerda que no se trata de una invención pues la izquierda lo resucita ahora aunque siempre ha estado latente, como demuestran los documentos internos del PSOE en los años 70 y durante la Transición. «La izquierda, desde la guerra Civil, se ‘‘nacionalistizó’’», explica. «Antes era un partido internacionalista para el que las patrias y las fronteras eran cosas burguesas sin interés. Pero entonces comparten derrota y trinchera con el separatismo vasco y catalán y se contagian de ello». Para Laíz, cuarenta años después de la transición, la izquierda está resucitando el concepto «por convencimiento pero también por estrategia para hacer un Frente Nacional y aislar a la derecha». «La razón es que Pedro Sánchez sabe que no va a llegar a la Moncloa sin este tipo de concesiones que, por supuesto, son suicidas porque es imposible llegar a un pacto con los que quieren acabar con la nación que aspiras a presidir», explica. Parte del problema es la falta de contundencia en la derecha, algo que «ya sucedió en el 78 con el famoso concepto de ‘‘nacionalidad’’ en la Constitución que, no se nos olvide, es la puerta semántica y jurídica para todo esto». Lo más preocupante de la actitud del PSOE es que este parche que quieren llevar a cabo será utilizado por los separatistas, que se servirán de él hasta el paso siguiente, que es la secesión. Así lo confesó el propio Joan Tardá en una entrevista el pasado mes de octubre en la revista «Jot Down»: «Vamos a hacer con la izquierda española una parte del viaje hasta la estacion federal. Cuando lleguemos al estado federal español la izquierda española bajara del tren y nosotros continuaremos hasta la estación final, que es la república de Cataluña».
No estará de más escuchar en estas líneas la voz de otros «expertos» en España, los del pasado, aquellos que murieron hace años pero nos dejaron su voz en negro sobre blanco para iluminar el presente. Como por ejemplo el inevitable Ortega: «Un estado federal es un conjunto de pueblos que caminan hacia su unidad. Un estado unitario que se federaliza es un organismo de pueblos que retrógrada y camina hacia su dispersión». Y otro español y vasco con su innegable dosis de espíritu profético, Miguel de Unamuno, quien parecía tener delante de los ojos el estado autonómico nacido de la Transición cuando avisó de que «con ese grupito de parlamentillos, de pequeños parlamentos regionales –o nacionales, nos es igual– sobre los que haya una especie de Reichstag, de Dieta del Estado español, no se corregirá ninguno de nuestros males, sino que se agravarán más bien. Y si no, al tiempo».
Y el tiempo es hoy.


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Reforma constitucional



Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa ofrecida hoy en Bruselas, tras asistir a la reunión del Consejo Europeo.
ESPAÑA
Rajoy insta a Sánchez a ser claro y explicar qué es la plurinacionalidad
25 de junio de 2017. 04:21h
Andrés Rojo,
Por qué no existe la «Plurinacionalidad»
«New Deal», «Perestroika»... son ejemplos de como espontáneamente, en un ámbito político determinado, surge un nombre, una denominación, que logra polarizar el debate y dar forma tangible a algo que hasta ese momento no era más que una idea, un escurridizo concepto llamado, quizá, a cambiar la manera que tenemos de ver nuestro país o nuestro mundo. ¿Podría pertenecer el término «plurinacionalidad» a este linaje privilegiado de vocablos proféticos? ¿Podríamos estar ante la clave para la solución de las tensiones territoriales en España? La respuesta de los expertos a estas preguntas parece inclinarse por un rotundo «no».
Santiago Muñoz Machado, catedrático de Derecho Administrativo y secretario de la Real Academia Española, concede que el vocablo «lingüísticamente hablando, no es una palabra mal montada» ya que se compone de «nacionalidad» y del prefijo «pluri» que significaría algo así como «pertenecer a muchas naciones». Esa es la acepción que maneja el diccionario de la RAE ya que «nacionalidad» no está en el diccionario en el sentido del artículo dos de la Constitución sino en el sentido de pertenencia a un país o nación determinados. «Sin embargo, desde un punto de vista jurídico es un concepto que no existe», recuerda Muñoz Machado, autor de más de cincuenta títulos y experto en derecho constitucional, administrativo y comunitario europeo. «En el mundo del derecho se conoce la doble nacionalidad pero no conozco el caso de nacionales de un Estado que lo sean al mismo tiempo de tres o cuatro». Para el profesor, la expresión que vienen utilizando los políticos –en el sentido de que «España es una nación de naciones y por tanto un Estado plurinacional»– parece darle al término «nación» un significado estrictamente cultural. «No pueden referirse se a la nación como titular de la soberanía sino como un hecho cultural, con unas costumbres propias, un territorio, una historia, etc... pero claro, esto nos llevaría a decir que todas las provincias españolas son pequeñas naciones, porque ¿que provincia española no tiene una cultura propia y una historia singular?». Se trataría por tanto de un «concepto un poco vacío que puede tener proyecciones políticas preocupantes». Desde el punto de vista del derecho constitucional no hay más nación que la española y no hay más sujeto soberano que la nación española, explica Muñoz Machado. Y añade: «Usar el término ‘‘plurinacionalidad’’ para asignar a determinados territorios la cosoberanía con el Estado es un empeño del que podría hablarse sólo si se modifica la Constitución, pero no creo que el soberano pueblo español acepte una repartición de la soberanía».
Más que un concepto articulado, «plurinacionalidad suena más bien a una maniobra táctica, a un juego de palabras sin apoyo ni en el derecho constitucional, ni en la historia de España, ni en la propia teoría política». Son palabras de Benigno Pendás, director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Aunque es cierto que existen casos de Estados plurinacionales –está el ejemplo de Suiza– «España es una gran nación histórica que se integra, como dice la Constitución, por nacionalidades y regiones», recuerda este académico Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Letrado de Cortes Generales y jefe de la asesoría jurídica del Senado. Pendás considera positivo que, por lo menos, el PSOE no haya puesto en entredicho la unidad de España y recuerda que el texto del articulo dos de la Constitución está escrito por el socialista Tierno Galván. «De momento es sólo retórica de momento pero el reconocimiento de una realidad nacional implica en buena medida el tránsito hacia un estado propio. Nuestro estado autonómico parte en cambio de una única realidad nacional y un amplísimo reconocimiento a la pluralidad de España». Sin embargo ha de cuidarse la terminología porque «con las palabras que a veces introducen factores que son luego difíciles de controlar y lo cierto es que solo una lectura interesada de la Constitución puede llevar a hablar de pluralidad de naciones».
Algo de sabiduría sobre el poder de las palabras puede atribuírsele al dramaturgo catalán Alberto Boadella, que nos recuerda: «Invenciones literarias sobre Cataluña se pueden hacer las que se quieran pero la realidad no admite estos matices. Y la realidad es la que es: en Cataluña el Gobierno y una parte importante de la sociedad no quiere ni hablar de estar unida a España». Boadella cree que, aunque los políticos se inventen cosas como «plurinacionalidad» pensando en «marear la perdiz», lo necesario es «atacar la realidad directamente». Es inútil tratar de seducir a una gente que no está dispuesta a ninguna seducción, a gente que está dispuestos a la separación y cualquier compensación económica significaría siempre atentar contra la igualdad de los españoles. «El PSOE y Podemos hacen el típico juego que ha hecho siempre la izquierda, que ha sido muy responsable de lo que pasa en Cataluña». Boadella cree que «intentan estar con Dios y con el César pensando que así su mina de votos les dará buenos resultados». «Yo creo que se equivocan con Cataluña como se han equivocada siempre», resume.
El historiador Henry Kamen confiesa su perplejidad ante un término como «plurinacionalidad» y recuerda que debe establecerse una definición clara y un contexto ante de utilizar un concepto como ese para describir una realidad compleja. Recuerda que Baltasar Gracián en el siglo XVII no tenía ningún problema en admitir que en España coexisten muchas naciones pero matiza que el concepto de nación que se manejaba entonces apenas tiene nada que ver con el que se le da ahora a la misma palabra. Juan Valera llegó incluso a afirmar que si con nación se hace referencia a un Estado completamente formado y articulado, entonces la España de finales del XIX no era una nación. «Da la impresión de que los políticos que utilizan ‘‘plurinacionalidad’’ no tienen conciencia del concepto ni de la noción que están utilizando. Me parece bastante insensato y no tiene ningún sentido».
Jesús Laínz, autor de «España contra Cataluña», opina sencillamente que el término «es una estupidez que no se sostiene desde ningún punto de vista» y recuerda que no se trata de una invención pues la izquierda lo resucita ahora aunque siempre ha estado latente, como demuestran los documentos internos del PSOE en los años 70 y durante la Transición. «La izquierda, desde la guerra Civil, se ‘‘nacionalistizó’’», explica. «Antes era un partido internacionalista para el que las patrias y las fronteras eran cosas burguesas sin interés. Pero entonces comparten derrota y trinchera con el separatismo vasco y catalán y se contagian de ello». Para Laíz, cuarenta años después de la transición, la izquierda está resucitando el concepto «por convencimiento pero también por estrategia para hacer un Frente Nacional y aislar a la derecha». «La razón es que Pedro Sánchez sabe que no va a llegar a la Moncloa sin este tipo de concesiones que, por supuesto, son suicidas porque es imposible llegar a un pacto con los que quieren acabar con la nación que aspiras a presidir», explica. Parte del problema es la falta de contundencia en la derecha, algo que «ya sucedió en el 78 con el famoso concepto de ‘‘nacionalidad’’ en la Constitución que, no se nos olvide, es la puerta semántica y jurídica para todo esto». Lo más preocupante de la actitud del PSOE es que este parche que quieren llevar a cabo será utilizado por los separatistas, que se servirán de él hasta el paso siguiente, que es la secesión. Así lo confesó el propio Joan Tardá en una entrevista el pasado mes de octubre en la revista «Jot Down»: «Vamos a hacer con la izquierda española una parte del viaje hasta la estacion federal. Cuando lleguemos al estado federal español la izquierda española bajara del tren y nosotros continuaremos hasta la estación final, que es la república de Cataluña».
No estará de más escuchar en estas líneas la voz de otros «expertos» en España, los del pasado, aquellos que murieron hace años pero nos dejaron su voz en negro sobre blanco para iluminar el presente. Como por ejemplo el inevitable Ortega: «Un estado federal es un conjunto de pueblos que caminan hacia su unidad. Un estado unitario que se federaliza es un organismo de pueblos que retrógrada y camina hacia su dispersión». Y otro español y vasco con su innegable dosis de espíritu profético, Miguel de Unamuno, quien parecía tener delante de los ojos el estado autonómico nacido de la Transición cuando avisó de que «con ese grupito de parlamentillos, de pequeños parlamentos regionales –o nacionales, nos es igual– sobre los que haya una especie de Reichstag, de Dieta del Estado español, no se corregirá ninguno de nuestros males, sino que se agravarán más bien. Y si no, al tiempo».

Y el tiempo es hoy.

LOS DRONES TERRORISTAS

Martes 27 de junio de 2017, 13:12h

Scotland Yard ha lanzado el primer aviso. El terrorismo yihadista está dispuesto a utilizar drones con explosivos en los países europeos. Y, además, en un futuro inmediato. En Francia, en Alemania, en Italia, en España y sin duda en los Estados Unidos de América, el procedimiento anunciado ha causado especial alarma. Se sabe que los yihadistas están utilizando ya en la guerra de Siria, y con gran eficacia, la fórmula explosiva de los drones.
A diferencia de los misiles, los drones son relativamente baratos y su eficacia terrorista podría resultar demoledora. Por referirnos a España, sería fácil explosionar un dron en una plaza de toros, en un partido de futbol, en una procesión de Semana Santa, sobre el Palacio de la Zarzuela, sobre la catedral de Santiago, sobre el ministerio del Interior, sobre el Palacio Real o el de la Moncloa. Los ejemplos podrían multiplicarse.
Las furgonetas asesinas, los camiones desbocados, los suicidas con cinturones explosivos, los cuchillos de cocina desenvainados o la bomba lapa son procedimientos anticuados. Al dron se le dirige desde lejos sin riesgo para los asesinos. Y si no se los controla en origen, solo cabe la complicada operación de tirotearlos y que exploten en el aire. La prohibición de fabricar drones, aparte de resultar compleja, no evitaría que el terrorista se hiciera con el artefacto y lo utilizara cuando le vinera en gana.
Se comprende la preocupación de las Fuerzas de Seguridad ante la nueva amenaza que se vislumbra nítidamente en el horizonte. De nada servirán los registros individuales a la entrada de las manifestaciones artísticas o deportivas. El dron dispone de vida propia y de muerte segura si el terrorista decide utilizarlo. En Inglaterra se ha dado la primera voz de alarma. En España, nación que está bajo el punto de mira del terrorismo yihadista, se están estudiando ya las fórmulas para controlar la nueva amenaza que se cierne sobre todos.