lunes, 30 de octubre de 2017

Lo que ERC ocultó de la independencia: «Si decimos la verdad estamos muertos...» La investigación de los preparativos del referéndum evidencia que los «fontaneros» de ERC tenían claro que la independencia era imposible: «No hay capacidad ni tenemos control de aduanas ni tenemos un banco donde meter...»



Lo que ERC ocultó de la independencia: «Si decimos la verdad estamos muertos...»

La investigación de los preparativos del referéndum evidencia que los «fontaneros» de ERC tenían claro que la independencia era imposible: «No hay capacidad ni tenemos control de aduanas ni tenemos un banco donde meter...»

  • Junqueras saluda efusivamente a Jové tras su detención el 20 de septiembre



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La investigación de los preparativos del referéndum del 1-O que lleva a cabo el titular del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, Juan Antonio Ramírez Sunyer, dejan al descubierto que los «fontaneros» de ERC encargados de preparar la votación ilegal eran perfectamente conscientes de que la independencia era una quimera. El sumario judicial contiene un rosario de conversaciones telefónicas intervenidas en las que afloran las dudas de los hombres de confianza de Oriol Junqueras sobre el futuro de la república catalana. Pero ese horizonte negro no impidió que silenciaran la evidencia para proteger a su jefe y evitar que desde las filas soberanistas se le señalara como el culpable del fracaso del referéndum.
En una conversación intervenida por orden judicial el pasado 30 de agosto, el secretario de Hacienda de Junqueras, Josep Lluis Salvadó, muestra su desazón por la situación a un asesor de la Generalitat, Raúl Murcia. Ante la inminente visita de una enviada de Puigdemont, Salvado comenta: «Aquí tenemos el patio en una situación que el mes de octubre no hay capacidad ni tenemos control de aduanas ni tenemos un banco donde meter...». «La cosa pinta... –reconoce a su interlocutor–, está muy verde, eso cualquiera que tiene dos dedos de cerebro lo sabe».
Pero, lejos de exponer esa incertidumbre a la enviada de Puigdemont, a la que en todo momento identifica como Elsa, deja claro su temor a hacerle partícipe del pronóstico. «A mí me da pánico que si transmitimos las cosas como son en realidad a Elsa, al presidente y a su entorno», confiesa, «esto no lo acaben autorizando para decir» que Junqueras «no ha preparado el país para que el 2 de octubre declaremos la independencia».
«La han hecho de todos los colores esta gente –continúa el responsable de Hacienda de la Generalitat, detenido el pasado 20 de septiembre por la Guardia Civil en la operación para desmantelar la organización del 1-O – y un poco la sensación es que si somos sinceros y explicamos las cosas como son, que ellos también lo saben, al final... el problema es Junqueras».
«Podemos torearla (dice en relación a la enviada de Puigdemont), pero si le decimos la verdad (...) estamos muertos». «Si le decimos la realidad –tercia su interlocutor– acabarán diciendo que el departamento de Economía no hace el trabajo y por lo tanto la culpa es de Junqueras». Salvadó asiente. «Si estuviéramos jugando en un equipo donde la gente jura lealtad no habría problema, pero ya sabes que eso no es así».
Un día antes, en otra conversación intervenida a Salvadó, el secretario de Hacienda de Junqueras le sugiere al responsable de Comunicación de Junqueras, Albert Puig, un posible titular para la presentación de la Agencia Tributaria catalana. «Dejemos la Agencia Tributaria preparada (según lo que decidan los ciudadanos de Cataluña) para recaudar y gestionar 75.000 millones de euros». Salvadó comenta que también «hay que sacar los impuestos locales», pero que «no deja de ser una cifra guapa».
El 21 de agosto, Salvadó ya evidenciaba en otra conversación el papel que debían cumplir los Mossos durante el referéndum. «Su función es obedecer las leyes del Gobierno de Cataluña», aseguraba. «Si el Gobierno (en referencia a la Generalitat) dice que los Mossos tienen que garantizar que se puede votar, ellos garantizarán que se pueda votar, y si España o el juez dice que no, nosotros obedecemos al Gobierno de Cataluña y ya está, y bien, bien, bien». El secretario de Hacienda catalán también desgrana sus planes para después del 1-O: «Implementar todo lo que es la tramitación de impuestos, el plan de empresas públicas (...) Y ahora estamos trabajando en esto muy chulo de montar una unidad de inspección para fraude internacional y está en proyecto ya... de jugar en primera división». «Una faena de narices», enfatiza.
En la operación policial de los pasados 20 y 21 de septiembre para desmantelar la organización del 1-O, la Guardia Civil se incautó de un documento manuscrito en el despacho del «número dos» de Junqueras en la Consejería de Economía, Josep Maria Jové. En el mismo, también incorporado al sumario, apunta que «la clave es la movilización es hacer de la preparación un gran proceso ciudadano coordinado por el Govern. Esto es imbatible».
Para hacer frente a la presión judicial, Jové apuesta –según reseña la Guardia Civil en un informe– por un «proceso participativo y festivo por todo el país para fabricar las urnas a partir de la compra de material en bruto que se vaya guardando en el local que se haya decidido o en locales de la ANC». «No es lo mismo comprar urnas que metacrilato», aconseja para burlar una posible incautación del material por orden judicial.




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