En este periodo se desarrolló el
Estado de las Autonomías.
El Titulo VIII de la Constitución establecía
la posibilidad de que todas las regiones y no sólo las nacionalidades
históricas se convirtieran en Comunidades Autónomas. En ellas habían de
conformarse órganos legislativos (parlamentos autónomos) elegidos por sufragio
universal y órganos ejecutivos (gobiernos autónomos).
Se preveía la transferencia de
competencias legislativas y ejecutivas a los poderes autonómicos (artículo 143
de la constitución).
Se establecían dos grados de autonomía,
puesto que los poderes autonómicos podían recibir competencias de diferente
grado y a un ritmo distinto.
El procedimiento más rápido y completo
era el previsto en el artículo 151, al que podían acceder directamente las
nacionalidades históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia) e incluso otras si
cumplían determinados requisitos y se ratificaba en referéndum. El resto se
regirían por artículo 143 -con excepción de Navarra debido a su sistema foral-
Se aprobaron los Estatutos de Autonomía.
Los primeros fueron el catalán y el vasco en 1979, aprobados en referéndum,
luego Galicia y Andalucía, en 1980 y luego todos hasta 17 Comunidades
Autónomas. En 1995 se aprobaron los estatutos para Ceuta y Melilla.
Se celebraron también las primeras
elecciones municipales democráticas (abril de 1979) con victoria de la
izquierda, generalmente el PSOE o el PSOE-PCE, en las principales ciudades. El
Estatuto de los Trabajadores (1980) y la Ley del Divorcio (1981) fueron
aprobados. España entró en la OTAN, con la fuerte oposición de la izquierda; el
PSOE se comprometió a convocar un referéndum sobre la permanencia en la OTAN
del país cuando llegara al poder. El PSOE renunció a la ideología marxista tras
un Congreso extraordinario del partido, y endureció su oposición; el PCE sufrió
una crisis debido a que Carrillo no pudo controlar las disidencias. AP se
reforzó con la incorporación de políticos de UCD.
La UCD entró en crisis. El PSOE presentó
una moción de censura contra el gobierno en mayo de 1980 y Suárez empezó a
recibir críticas de los barones de su propio partido, escindido en dos grupos:
liberales y socialdemócratas en el centro- izquierda; democristianos y conservadores,
en el ala derecha. Suárez cambió varias veces su gobierno. Abril Martorell,
vicepresidente del Gobierno, dimitió (julio de 1980) y también Suárez en enero
de 1981.
Moción de censura: un grupo de diputados
del Congreso -por lo menos la 10ª parte- puede presentar por escrito una moción
de censura contra el gobierno, alegando sus motivos y proponiendo un candidato
con un programa alter-nativo. Esta moción será debatida en la cámara y si
alcanza la mayoría absoluta en una votación, el candidato pro-puesto podrá
formar gobierno.
La UCD eligió como sucesor a Leopoldo
Calvo Sotelo. El 23 de febrero de 1981 se produjo un intento de golpe de Estado
del teniente coronel de la Guardia Civil, Tejero, durante la sesión de votación
en el Congreso para su investidura como nuevo presidente de gobierno. En la III
Región Militar (Valencia), el general Jaime Miláns del Bochs declaró el estado
de guerra y sacó los tanques a la calle. La falta de apoyo al golpe de Estado
por parte de los altos mandos militares y la firme postura en contra del Rey,
frustró la operación .
Tejero, pistola en mano, desde la
tribuna de oradores, gritó "Todos al suelo" y obligó a agacharse a
los parlamentarios que fueron secuestrados durante diecisiete horas y media.
Tejero, junto al capitán Ricardo Saénz
de Ynestrillas, ya había protagonizado un complot golpista en noviembre de
1978, la llamada Operación Galaxia, por el nombre de la cafetería madrileña, en
el barrio de Argüelles, donde celebraban sus encuentros.
Planeaban secuestrar al gobierno durante
un consejo de ministros y sustituirlo por una junta militar. Fueron
descubiertos por el CESID, detenidos y condenados a leves penas de cárcel
(siete meses a Tejero y seis meses y un día a Ynestrillas).
El 23 de febrero también participó el
general Alfonso Armada, antiguo preceptor del rey, que confiaba en lograr la
aceptación de éste y ser nombrado presidente del gobierno.
También estaban implicados mandos de la
División Acorazada Brunete, que debían tomar Madrid y algún civil. Los
españoles, aterrorizados, pudieron seguir en directo por TVE y radio, los
sucesos.
Don Juan Carlos consiguió parar el golpe
de estado; primero, a través de llamadas telefónicas con los principales
implicados y por último, con el mensaje televisado, en que el Rey manifestaba
claramente que no lo autorizaba. Don Juan Carlos ganó ese día la legitimidad
democrática que le faltaba, con una actuación muy diferente a la de su abuelo,
Alfonso XIII, ante el golpe de Estado de Primo de Rivera.
En Valencia, a las cuatro de la mañana
el general Milans del Bosch ordenó a las tropas regresar a los cuarteles.
Tejero, presionado, puso fin al secuestro a las doce de la mañana. Entre
febrero y junio de 1982 tuvo lugar un consejo de guerra contra los principales
implicados en la intentona. Las penas fueron muy leves y el gobierno recurrió
contra la sentencia. El Tribunal Supremo aumentó las penas.
Calvo Sotelo no pudo detener la
descomposición del partido que sufrió el abandono de personalidades hacia
derecha (AP) e izquierda (PSOE). En las elecciones de octubre de 1982 ganó por
mayoría absoluta el PSOE. Es el punto final de la etapa de transición democrática
en España.
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