miércoles, 19 de marzo de 2014

En el mapa catalán de la Europa de las Naciones (oficial en Cataluña) Crimea no es de Rusia y si de Ucrania.

CATALUÑA, CRIMEA, MARGALLO
En Cataluña como en Crimea se ha planteado un referéndum ilegal, rechazado por la comunidad internacional. Ahí acaban las similitudes. El ministro de Asuntos Exteriores se ha referido con muy buen criterio a este aspecto: las especulaciones han tergiversado su intervención que fue certera, moderada y prudente.

Salvo la circunstancia de la ilegalidad del referéndum, la comparación entre Cataluña y Crimea es un despropósito. Cataluña ha formado parte de España desde la unidad nacional en 1492. Es España y nada más que España. Nuestro país es un Estado de Derecho que ampara todas las libertades. La Constitución especifica en su artículo 168 lo que debería hacer Oriol Junqueras y su escudero Arturo Mas para plantear la independencia de Cataluña con la reforma de la Carta Magna. Al Gobierno le corresponde cumplir y hacer cumplir la Constitución. Si Junqueras y Mas se burlan de la ley, el Estado de Derecho debe caer con todo su peso sobre ellos.

Crimea no ha sido nunca históricamente de Ucrania. Fue una decisión a dedo de Khruschef, dictador de la Unión Soviética. Crimea ha sido siempre Rusia y las autoridades de Moscú saben lo que la península significa para los intereses energéticos de su gran nación y para su defensa militar en el Mar Negro. Nada que ver en fin con Cataluña salvo un referéndum ilegal porque la anexión de Crimea a Rusia está en la lógica histórica.

Margallo solo se ha referido al rechazo que en el mundo internacional provocan los referendos ilegales. El órdago secesionista catalán no solo vulnera la legalidad internacional y la ley española sino que, además, es un despropósito histórico que pretende facturar la unidad de España mantenida durante cinco siglos.

Luis María ANSON de la Real Academia Española

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