¿Qué significa ser un jubilado?
Un jubilado es una persona que ya ha cumplido con todos sus
deberes con la sociedad y que inicia una etapa completamente distinta de su
vida, en la que no solo piensa en los demás, sino también en sí mismo. Aunque
la jubilación es una abstracción, ya que existen tantos jubilados como
jubilaciones. Y cada una es distinta, y eso depende en buena parte de la
persona, de ahí que la jubilación puede ser la mejor etapa de la vida o la
peor.
¿Hay que prepararse de alguna forma especial para la jubilación?
Hay que prepararse de todas las maneras. Después de haberlo
vivido, calculo que se necesitan al menos 20 años para preparar debidamente la
jubilación en tres terrenos específicos: la salud, la economía personal y una
actitud positiva.
En primer lugar, es necesario tener una salud suficiente
para poder gozar de los muchos beneficios que tiene esta etapa de la vida. La
forma de hacerlo es muy lógica: no cometiendo excesos a partir de la madurez,
de los 40 años en adelante. Es decir, no fumar, no beber excesivamente, hacer
ejercicio y comer cada vez menos y equilibrado.
En segundo término, la economía personal. La principal
angustia ante la jubilación es: "¿Me llegará el dinero? ¿Tendré
bastante?". Una preocupación importante, porque no tener dinero en la
juventud es normal, pero no tenerlo en la vejez es realmente un drama, por eso
conviene ir guardando una parte de los ingresos. La buena noticia es que se
necesita menos dinero, porque los grandes gastos ya están hechos. Además, uno
puede acogerse a los beneficios de la libertad, en el sentido de que puede irse
de vacaciones cuando los demás no viajan, aprovechar los descuentos, etc.
Y la tercera y más importante, la actitud. Una frase muy
típica y muy falsa de los jubilados es: "Ya no sirvo para nada". Pues
no es verdad. Los jubilados sirven para mucho. Se han convertido en canguros,
están sirviendo de ayuda a los hijos y hacen cada día más laborales sociales.
Países, como Estados Unidos, posiblemente no podrían funcionar si los jubilados
no se dedicaran de una manera desinteresada a ayudar en museos, hospitales o en
la enseñanza. Hay que sustituir esa actitud y decir: "Todavía puedo".
Y se pueden hacer un montón de cosas.
Pero lo fundamental es asumir que un día dejará de trabajar,
pero porque se lo ha ganado. Entonces empieza su verdadera vida, porque la vida
se compone de tiempo y el que es dueño de su tiempo es dueño de su vida, y esto
ocurre cuando uno se jubila. También es cierto, que sentirse de repente con
todo el tiempo a su disposición produce vértigo; sin embargo, la mejor forma de
vencerlo es tener planeado desde el mismo día que se jubila lo que se va a
hacer.
¿Qué es lo mejor y lo peor de esta nueva etapa?
Uno de los beneficios es poder decir no. Antes uno está
condicionado por las circunstancias, pero en esta etapa ya no necesita
someterse al imperativo de la sociedad. Otro es poder dedicarse a aquello que
siempre le hubiera gustado hacer y no tuvo tiempo ni ocasión.
Respecto a lo peor de la jubilación: uno, que la salud va
empeorando y dos, que se van las personas queridas y los amigos del alma.
¿Jubilarse cambia la forma de vivir la vida y la relación de
pareja?
Cambia todo, pero si uno ha preparado la jubilación bien, el
ritmo de vida no tiene por qué cambiar. Lo que hace ahora es porque le gusta y
quiere. La relación de pareja es uno de los capítulos más graves, si no se
tiene bien preparado. Un día te encuentras con ese señor que se iba por la
mañana y volvía por la noche, que no sabe qué hacer y que se mete en todo. Es
un momento crítico. Para el hombre, trabajar es una de las claves de su vida y
ante esta nueva situación se siente desposeído. Se han dado casos de separación
de parejas cuando llega la jubilación. Por eso, como en todo, tiene que haber
un grado de concesión por ambas partes. Ahora se ofrecen instantes para estar
mucho más tiempo juntos.
José María Carrascal: "Calculo que se necesitan al
menos 20 años para preparar debidamente la jubilación"
¿Existen diferencias en cómo afrontan la jubilación hombres
y mujeres?
Las mujeres no se jubilan nunca. Tienen dos trabajos, dentro
y fuera del hogar. Así, ellas no notan tanto la jubilación como los hombres.
¿Qué consejos da para sacar partido a estos años?
No hay que tener miedo a la jubilación, porque es una etapa
que si se afronta con ánimo positivo puede ser la mejor de la vida, y si en
algún momento uno se siente decaído, no tiene más que recordar los muchos
momentos amargos que ha pasado en la vida laboral, las faenas que le han hecho
o los desencantos que ha sufrido.
Y una advertencia: mucho cuidado con volver al lugar de
trabajo. Es un error gravísimo. El primer día dirán con sorpresa: "Mira
quién ha venido". El segundo día: "Hola, ¿qué tal? Disculpa, tengo
prisa". Y el tercero: "Ya está aquí el paliza otra vez".
¿Qué opina de la jubilación a los 67 años?
Mi padre se jubiló con 70 años. Tampoco hay que asustarse de
esas cosas. Lo que creo es que alguien que trabaja en la mina tendría que jubilares
antes que, por ejemplo, un catedrático. Las jubilaciones tendrían que abordarse
de una manera más sofisticada, pero tal vez no hemos prestado bastante atención
a algunas cuestiones y hemos dado carta blanca a los políticos para que hagan
lo que quieran. Tendríamos que elegir mejor a nuestros líderes.
¿Cómo fueron sus primeros años de jubilado?
Como lo habíamos planeado mi mujer y yo. Hacemos aquello que
siempre habíamos querido hacer, lo que ocurre es que últimamente se me echan
encima demasiadas cosas. Ahora casi no tengo tiempo para ver las 1.300
películas en versión original de los años 30, 40 y 50 que empecé a coleccionar
cuando me jubilé. Es una gozada encontrarse de nuevo con una de aquellas
películas que había visto de niño, como Miguel Strogoff, el correo del zar.
¿Se cuida mucho?
Mi mujer y yo salimos a andar todos los días, aunque ya no
es como antes. Por ejemplo, cuando estamos en Nueva York, vamos hasta la Zona
Cero andando, unos diez kilómetros, y volvemos en metro.
En el plano informativo, ¿qué le parece todo lo que está
sucediendo?
Me dejo asombrar. Cuando se alzó el Muro en Berlín y estaba
allí como corresponsal, creí que me moriría sin verlo derribar. Ahora me ocurre
lo mismo, creí que el mundo islámico era refractario a los cambios, que no
habría revolución... Y la está habiendo. El origen de todo esto está en las
comunicaciones instantáneas, en Internet. Hoy en día, todo ocurre al mismo
tiempo en todas partes y esto ha acelerado la marcha de la historia a una
velocidad tremenda.
Desde que se retiró, el periodismo ha cambiado mucho...
Sí, la forma de hacer periodismo es distinta. Ha cambiado el
aspecto técnico, pero los periodistas seguimos siendo los cronistas de la
actualidad o los profesionales de la información, y como tal, tenemos primero
que informar y poner orden en esa marabunta de datos, y después dar una opinión
autorizada. El periodista es quien decide qué es lo importante y explica por
qué ha ocurrido y qué consecuencias tendrá.
¿Y cree que Internet acabará jubilando al papel?
No lo creo. Cuando era joven se hablaba mucho de la
decadencia de la novela. El propio José Ortega y Gasset decía: "El
novelista se encuentra hoy como un leñador en el Sahara". Y hoy se
publican más novelas que nunca. En mi opinión, quedarán unos cuantos periódicos
como referencia, porque no hay nada más volátil que algo en Internet. La gente
no quiere ver las esquelas en la pantalla.
José María Carrascal: "Calculo que se necesitan
al menos 20 años para preparar debidamente la jubilación"
El conocido periodista José María Carrascal lleva más
de una década jubilado, lo que no significa que esté parado. Ahora, a sus 80
años, vive a medio camino entre Nueva York y Madrid, anda una media de diez
kilómetros diarios, disfruta de las películas antiguas en versión original y de
la compañía de su mujer, colabora puntualmente con el periódico ABC y lo más
reciente, aconseja a otros jubilados sobre cómo afrontar esta nueva etapa de la
vida. En definitiva, hace lo que quiere cuando quiere. Y es que desde su
experiencia, la libertad que da ser dueño de tu tiempo es impagable, aunque
reconoce que, en ocasiones, da vértigo. Por eso, señala en su libro Jubilación
para Dummies, es importante preparar la jubilación con tiempo, y en esta
entrevista para SENDA nos da algunas pistas.
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