CATALUÑA, CRIMEA, MARGALLO
En Cataluña como en Crimea se ha
planteado un referéndum ilegal, rechazado por la comunidad internacional. Ahí
acaban las similitudes. El ministro de Asuntos Exteriores se ha referido con
muy buen criterio a este aspecto: las especulaciones han tergiversado su
intervención que fue certera, moderada y prudente.
Salvo la circunstancia de la ilegalidad
del referéndum, la comparación entre Cataluña y Crimea es un despropósito.
Cataluña ha formado parte de España desde la unidad nacional en 1492. Es España
y nada más que España. Nuestro país es un Estado de Derecho que ampara todas
las libertades. La Constitución especifica en su artículo 168 lo que debería
hacer Oriol Junqueras y su escudero Arturo Mas para plantear la independencia
de Cataluña con la reforma de la Carta Magna. Al Gobierno le corresponde
cumplir y hacer cumplir la Constitución. Si Junqueras y Mas se burlan de la
ley, el Estado de Derecho debe caer con todo su peso sobre ellos.
Crimea no ha sido nunca históricamente
de Ucrania. Fue una decisión a dedo de Khruschef, dictador de la Unión
Soviética. Crimea ha sido siempre Rusia y las autoridades de Moscú saben lo que
la península significa para los intereses energéticos de su gran nación y para
su defensa militar en el Mar Negro. Nada que ver en fin con Cataluña salvo un
referéndum ilegal porque la anexión de Crimea a Rusia está en la lógica
histórica.
Margallo solo se ha referido al rechazo
que en el mundo internacional provocan los referendos ilegales. El órdago
secesionista catalán no solo vulnera la legalidad internacional y la ley
española sino que, además, es un despropósito histórico que pretende facturar
la unidad de España mantenida durante cinco siglos.
Luis María ANSON de la Real Academia
Española
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