Lo que Luis Herrero escribe sobre Adolfo
Suárez
“Los que le llamábamos Adolfo”, escrito
por el periodista Luis Herrero, se ha convertido en libro de moda: figura entre
los diez más vendidos en estos momentos. Y hay motivo para ello.
Un empujón para su difusión fue la
polémica entre el autor y el hijo del protagonista, Adolfo Suárez Illana. El
libro estaba pensado para cuando Suárez falleciera, pero Luis Herrero justifica
la publicación ahora diciendo que la situación del ex presidente, completamente
enajenado, es casi lo mismo que una desaparición. Por eso se atreve a
reproducir confidencias y comentarios escuchados a solas, de los que solamente
podría dar fe de autenticidad el protagonista.
Es la acusación principal que le ha
hecho Suárez Illana. Además de negar que Herrero hubiera tenido una cercanía
especial e íntima con su padre, le echa en cara que ponga por escrito esas
revelaciones. El artículo que firmó en El Mundo terminaba así: Luis Herrero, o
miente (porque cuenta cosas que no son ciertas) o traiciona.
Otro estímulo para las ventas: algunos
lo situaron dentro de la ofensiva contra la Monarquía y contra la figura de don
Juan Carlos (no queda muy bien en el libro), entre otras cosas por el polémico
párrafo de Suárez apuntando una abdicación del rey.
Estas son algunas de las cosas más
interesantes o llamativas que cuenta Luis Herrero:
*.-Tras la crisis de Gobierno de 1969,
Suárez fue nombrado director general de RTVE. Carrero explicó: “Es lo único que
me ha pedido el príncipe”. Más adelante, pidió a Fernando Herrero-Tejedor,
ministro del Movimiento, que le designara su número dos.
*.- En RTVE, el ministro Sánchez Bella
le ordenó retransmitir la boda de Alfonso de Borbón con la nieta de Franco.
Suárez se negó. Se había fijado como prioridad promover la figura de Juan
Carlos de Borbón.
*.- A Suárez le repugnó que Emilio
Romero redactara un dossier contra el ministro Pío Cabanillas. Antonio Oriol se
lo llevó a Franco. Suárez nunca hablaba bien ni de Romero ni de Oriol.
*.- Luis María Anson contó a Luis que
don Juan Carlos planeaba que Fernando Herrero-Tejedor fuera presidente del
Gobierno tras la muerte de Franco. Un accidente de tráfico terminó con su vida.
José Manuel Lara dijo a Luis: “A tu padre lo asesinaron.
No te digo porque lo crea, te lo digo porque lo sé”. Luis Herrero descarta por
completo la tesis de un atentado.
*.- Antes de la muerte de Franco, Juan
Carlos iba dando vueltas a quién podría nombrar presidente del Gobierno. No
podían ser Arias, ni Fraga (eclipsaría el rey), ni Silva (en las monarquías
occidentales no hay partidos confesionales), ni López Rodó (por su significada
pertenencia al Opus Dei). En la lista figuraba Adolfo Suárez, pero con dos
notas en contra: la reciente aparición con camisa azul y su condición de socio
supernumerario del Opus Dei.
*.- Nombrado delegado del Gobierno en
Telefónica (1975-1976), pidió la lista de personalidades con teléfonos
intervenidos. Se extendió el rumor (Herrero dice que no se lo cree) de que
Suárez utilizó una íntima conversación de José María Areilza con su secretaria
para desacreditar a ese rival político. El dossier llegó al rey. Siendo
vicesecretario general, recibía informes de los servicios de información del
Movimiento, uno de ellos la conversación de un ministro en ejercicio (no da el
nombre) con cierta dama con la que mantenía una apasionada relación extramatrimonial.
*.- Muerto Franco, contó a Luis que le
habían descartado para el nuevo Gobierno. “No se fían de mí. Dicen que soy
demasiado hablador. Quieren dárselo todo hecho al rey. El peor de todos es
Armada”.
*.- Herrero apunta alguna llamada
telefónica indiscreta del rey a Carmen Díez de Rivera.
*.- Al príncipe no acababa de
convencerle la propuesta de Fernández Miranda de nombrar presidente a Suárez:
“Yo a Adolfo lo encuentro muy verde. ¡Y sabes que le quiero mucho!”. Luego lo
asumió, y se lo anticipó al menos a Carmen Díez de Rivera, que lo anotó así en
su diario.
*. Sabiendo que era el candidato, para
ganarse a Alfonso Osorio, Suárez “pactó” con él que, si uno de los dos era
designado, el otro le acompañaría. El día del cese de Arias, comentó a Luis
Herrero: “La situación de Arias era insostenible. Su desprecio por el rey había
llegado a rebasar los límites razonables. Decía que era como un niño pequeño
que no decía más que tonterías. Le ocultaba los discursos y a veces estaba una
semana entera sin llamarle por teléfono para demostrar su enfado”.
*.- El día de su nombramiento, 3 de
julio de 1976, el rey hizo a Suárez una primera llamada, de broma, diciéndole
que sólo quería “saber cómo estaba”. La segunda ya fue: “¿Puedes venir a
verme?”. Acudió a La Zarzuela en el Seat 127 de Amparo Illana. “Te quiero pedir
un favor”, fue el saludo de don Juan Carlos. Suárez respondió: “¡Sí que habéis
tardado en pedírmelo! ¡Si no me lo pedís, os mato!”.
*.- Herrero da por cierto que en la
conversación el rey le sugirió el problema de su pertenencia al Opus Dei, del
que se desvinculó a partir de ese momento. “Dos vocaciones habían entrado en
conflicto de intereses por exigencia real y Adolfo tenía muy claro cuál de las
dos debía prevalecer”.
*.- Alfonso Osorio le puso como
condición, para ayudarle a formar Gobierno, que se comprometiera a acaudillar
una gran formación de fondo cristiano. Respondió: “Condición aceptada porque en
el fondo soy un democristiano”.
*.- De su única visita al palacete de
Castellana 3, Luis Herrero recuerda que le dijo, sobre su mesa de despacho: “Es
la mesa que usaba Isabel II para cepillarse a O’Donnell. Por eso es tan grande
y tan sólida”.
*.- La primera
entrevista a solas con Felipe González se celebró en una casa de Joaquín Abril.
Se dio cuenta de que buscaba con la mirada micrófonos ocultos y le ofreció
registrarla juntos, cosa que hicieron. Su impresión: “Muy buena. Es un hombre
inteligente. Y además creo que es un buen patriota. Pero está demasiado
obsesionado por llegar pronto al poder”.
*.- Cesó a Carmen Díez de Rivera por
deslealtad, comprobada después de que le grabaran conversaciones telefónicas.
*.- El vicepresidente De Santiago se
plantó con el proyecto de libertad sindical: “Te recuerdo, presidente, que en
este país ya ha habido más de un golpe de Estado”. “Y yo a ti te recuerdo,
general, que en España sigue existiendo la pena de muerte”.
*.- Con ocasión de la matanza de Atocha
y de los secuestros de Oriol y Villaescusa, se apuntaba la posibilidad de un
pronunciamiento militar. Suárez pidió a José Luis Graullera que se llevara a su
casa a Amparo Illana y a sus hijos.
*.- Suárez se indignó por el
comportamiento de Oriol durante el secuestro. “Ha estado solo, custodiado por
una mujer y un niño, y jamás ha intentado escapar”. Y por las cartas que le
dirigió, “en las que trataba a sus secuestradores como si fueran personas
llenas de ideales”. Le dijo, tras la liberación, que “se iba a comer” una por
una esas cartas.
*.- Al poco de llegar a presidente,
recibió a Emilio Botín padre y le tuvo esperando mucho antes de recibirle.
Quería enseñarle quién mandaba más de los dos. Cuando entró en la sala, vio que
tenía la pierna sobre la mesa: “¿Quién le ha dado a usted permiso para poner la
pierna encima de la mesa?”, fue el saludo. “Es que padezco gota”, dijo el
banquero. “Y yo soy el presidente del Gobierno”, zanjó Suárez.
*.- Abril Martorell era partidario de
negociar con los socialistas un Gobierno de coalición. “Yo, no. No estaba dispuesto
a consentirlo bajo ningún concepto. Además, pretendían que lo presidiera
Armada”. Abril llegó a proponérselo a Alfonso Guerra. También le pidió que, en
la moción de censura, no utilizaran la economía, porque era su responsabilidad
como vicepresidente.
*.- Sobre la salida de Abril Martorell:
“Llegó a creerse que el presidente del Gobierno era él y no yo, y entonces no
tuve más remedio que cesarle”.
*.- Ambición económica de Miguel
Herrero, portavoz parlamentario de UCD: “No hace otra cosa que pedir puestos en
los consejos de administración”. Exigió dinero por su trabajo como ponente de
la Constitución, y cobró con cargo a la cuenta de fondos reservados.
*.- Cada vez que iba a La Zarzuela, el
rey trataba de conseguir el nombramiento de Armada como segundo jefe de
Estado Mayor del Ejército, porque creía que había un golpe militar en marcha y
él podría pararlo. Suárez se negaba porque pensaba que Armada era quien
alimentaba el golpe. Discutieron “y, a menudo, con cajas destempladas”.
Rodríguez Sahagún firmó el nombramiento a sus espaldas.
*.- Se había opuesto a la visita a la
Casa de Juntas de Guernica. Tras el incidente, hizo ver al rey que, si seguía
desoyendo sus consejos, el golpe no tardaría en producirse, sobre todo después
de la promoción de Armada. Fue una de las conversaciones más desabridas entre
los dos.
*.- ¿Por qué dimitió Suárez? Herrero
considera disparates las teorías de que un grupo de militares (con una pistola
sobre la mesa) le exigió la renuncia, de que los servicios secretos hubieran
confeccionado un dossier que arruinaba su reputación, o de que se lo hubiera
pedido el rey. Aunque éste se dedicaba a hablar mal de él ante terceros para
que se lo hicieran llegar. Manuel Prado, que “siempre ha sido un bocazas”,
planteó la candidatura de Calvo Sotelo ante colaboradores de Adolfo meses antes
de su dimisión.
*.- Descubrió que existía una
conspiración en el grupo parlamentario para hacerle perder la votación en otra
moción de censura que el PSOE iba a presentar. “Varios diputados de UCD –según
Suárez- ya habían estampado su firma en ella y los papeles se guardaban en una
caja fuerte”. En la conspiración participaban Fernández Ordóñez, Joaquín
Garrigues y hasta Miguel Herrero.
*.- Antes de comunicar al rey que se
marchaba, lo dijo a una docena de personas. Para que nadie pudiera atribuir al
rey la iniciativa. Don Juan Carlos ni estuvo cariñoso ni trató de disuadirle.
*.- Quería que le nombrara duque de
Ávila y el rey se resistía por ser título de la Familia Real. Al final le hizo
duque… de Suárez, con la condición de una retirada definitiva de la política.
Aceptó, “pero nunca tuvo la intención de cumplirla”.
*.- El 22 de febrero, comentó a Alberto
Recarte. “No descarto que haya un golpe militar. Y, si lo hay, Armada habrá
sido el inductor”. El 23, Aurelio Delgado pidió a sus hermanos que reunieran
todo el dinero que pudieran y estuvieran preparados por si tenían que llevarse
a Portugal a Amparo Illana y sus hijos. Una avioneta estuvo lista en el
aeródromo de Ávila.
*- Durante la madrugada del 23-F, Suárez
se planteó retirar la dimisión, el 24 se ofreció, pero Felipe González se
opuso. Otros apuntan que quien se negó fue el rey.
*.- Ya en dificultades económicas, se le
acercaron los buitres carroñeros, Antonio Navalón (se hizo amigo de Aurelio
Delgado), Mario Conde (y de su mano conspiraciones y negocios) y el expropiado
Ruiz Mateos, que le pidió que intermediara ante Felipe González (no sirvió para
nada). Hubo rumores de maletines y pagos irregulares. “Nunca me preocupé de
averiguar si eran verdad o mentira”, dice Herrero. Suárez fue honrado cuando se
trataba de sí mismo, pero con el partido… “Se rodeó de un puñado de ilustres
mangantes”.
*.- Herrero: “Que Conde ayudo a la
financiación del CDS es un hecho cierto. Y que su ayuda dio lugar a la leyenda
de un misterioso maletín con 300.000.000 pesetas, también. Doy por hecho, por
tanto, que Adolfo tenía con él deudas de gratitud”.
*.- Lara ,
propietario de Planeta, le ofreció un cheque en blanco por sus memorias, pero
declinó la oferta.
*.- Suárez, sobre la OTAN. “Felipe no
tiene cojones a convocar el referéndum”. Los tuvo. Y tomó la decisión de
dimitir si no salía. Llamó a Suárez a La Moncloa, le dijo que habían detectado
un complot libio para asesinarle, y luego le pidió ayuda en el referéndum. “Le
dije que no. ¿Y sabes qué? A los pocos días dio la orden de que me retiraran la
escolta”.
*.- “Nosotros pudimos detener varias
veces a la cúpula de ETA, pero no lo hicimos. Si controla la cabeza, controlas
los movimientos de la organización. Si la descabezas, la banda se convierte en
el rabo de una lagartija: sigue moviéndose, pero sin control”.
*.- A Herrero: La monarquía es útil,
pero corre peligro de desaparecer. “Está seriamente amenazada. El príncipe
Felipe lo haría mejor. Está más preparado. Y, sobre todo, tiene algunos límites
morales. El rey, no. Sólo dice que guarda algunas lealtades. La reina es otra
cosa. La reina es formidable. El rey está celoso de mi relación con ella y no
quiere que me cuente cosas”.
*.- “Estuve a punto de ser el secretario
general de la ONU antes que Butros Ghali. Menos mal que al final se torció la
cosa, porque estoy seguro de que me habrían echado a mitad de mandato”.
*.- “Sonsoles se ha empeñado en casarse
con ese mariquita de Pocholo Martínez Bordiú… Hice llamar a ese cretino y le dije:
Te lo diré sólo una vez: si tratas mal a mi hija, si le haces daño o le pones
la mano encima, te juro que yo mismo te doy dos hostias y no te dejo un solo
hueso en su sitio”.
*.- Sabino Fernández Campo trasladó a
Luis Herrero que el rey estaba preocupado por el libro sobre Mario Conde que
preparaba. Lara quería un título nobiliario y, si no se
lo daban, pensaba publicarlo a bombo y platillo. El rey pidió a Suárez que
mediara, y Herrero retiró alguna parte. Suárez comentó a Herrero: “No descarto
la posibilidad de que, muy pronto, me toque ir al despacho del rey para
decirle: Majestad, no tiene más remedio que abdicar por el bien de España”.
Este último párrafo es que más escándalo
ha provocado sobre un libro que molestará a muchos de los que aparecen en él.
Está bien escrito, se lee con facilidad y resulta entretenido, sobre todo para
quienes han vivido los años políticos que cubrió Suárez. Y, a pesar de las
pegas de su hijo y de algunos recuerdos discutibles, la figura de Adolfo Suárez
sale bien parada. De lo que no queda duda, es que tiene el aprecio sincero del
autor.
*.- Lara, propietario de Planeta, le
ofreció un cheque en blanco por sus memorias, pero declinó la oferta.
*.- Suárez, sobre la OTAN. “Felipe no
tiene cojones a convocar el referéndum”. Los tuvo. Y tomó la decisión de
dimitir si no salía. Llamó a Suárez a La Moncloa, le dijo que habían detectado
un complot libio para asesinarle, y luego le pidió ayuda en el referéndum. “Le
dije que no. ¿Y sabes qué? A los pocos días dio la orden de que me retiraran la
escolta”.
*.- “Nosotros pudimos detener varias veces
a la cúpula de ETA, pero no lo hicimos. Si controla la cabeza, controlas los
movimientos de la organización. Si la descabezas, la banda se convierte en el
rabo de una lagartija: sigue moviéndose, pero sin control”.
*.- A Herrero: La monarquía es útil, pero
corre peligro de desaparecer. “Está seriamente amenazada. El príncipe Felipe lo
haría mejor. Está más preparado. Y, sobre todo, tiene algunos límites morales.
El rey, no. Sólo dice que guarda algunas lealtades. La reina es otra cosa. La
reina es formidable. El rey está celoso de mi relación con ella y no quiere que
me cuente cosas”.
*.- “Estuve a punto de ser el secretario
general de la ONU antes que Butros Ghali. Menos mal que al final se torció la
cosa, porque estoy seguro de que me habrían echado a mitad de mandato”.
*.- “Sonsoles se ha empeñado en casarse
con ese mariquita de Pocholo Martínez Bordiú… Hice llamar a ese cretino y le
dije: Te lo diré sólo una vez: si tratas mal a mi hija, si le haces daño o le
pones la mano encima, te juro que yo mismo te doy dos hostias y no te dejo un
solo hueso en su sitio”.
*.- Sabino Fernández Campo trasladó a Luis
Herrero que el rey estaba preocupado por el libro sobre Mario Conde que
preparaba. Lara quería un título nobiliario y, si no se lo daban, pensaba
publicarlo a bombo y platillo. El rey pidió a Suárez que mediara, y Herrero
retiró alguna parte. Suárez comentó a Herrero: “No descarto la posibilidad de
que, muy pronto, me toque ir al despacho del rey para decirle: Majestad, no
tiene más remedio que abdicar por el bien de España”.
Este último párrafo es que más escándalo ha provocado sobre
un libro que molestará a muchos de los que aparecen en él. Está bien escrito,
se lee con facilidad y resulta entretenido, sobre todo para quienes han vivido
los años políticos que cubrió Suárez. Y, a pesar de las pegas de su hijo y de
algunos recuerdos discutibles, la figura de Adolfo Suárez sale bien parada. De
lo que no queda duda, es que tiene el aprecio sincero del autor.
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