A la luz de la sucesión de los errores cometidos a
lo largo de los últimos días, en relación a mis explicaciones de mis
actividades empresariales anteriores a mi entrada en política en 1995, debidos
a la falta de información precisa sobre hechos que ocurrieron hace más de
veinte años; sin perjuicio de que ninguna de tales actividades empresariales
haya tenido relación ni vínculo de tipo alguno con el ejercicio de tales
responsabilidades políticas; considerando el daño evidente que esta situación
está causando al Gobierno de España, al Partido Popular, a mis compañeros de
militancia y a los votantes, singularmente grave en el momento político actual,
comunico que, tras conversación con el presidente del Gobierno, le he
trasladado mi decisión irrevocable de presentar mi renuncia expresa a las
funciones que como ministro de Industria, Energía y Turismo tengo encomendadas
desde el pasado día 21 de diciembre.
Añade
que:
He comunicado también al Presidente del Gobierno mi
decisión de renunciar a mi acta de diputado del Grupo Parlamentario Popular.
Por último, he comunicado a la secretaria general
de mi partido mi renuncia a la presidencia autonómica del PP de Canarias.
Concluye
que:
Por todo ello comunico que a partir del día de hoy
dejo todo tipo de actividad política. La política es una actividad que debe ser
en todo momento ejemplar también en la pedagogía y en las explicaciones. Cuando
así no ocurre, deben asumirse las responsabilidades correspondientes".
UNA DIMISIÓN QUE VATICINABA
IGNACIO CAMACHO EN ABC
Este 15
de abril de 2016 el periodista de ABC, Ignacio Camacho, daba por amortizado al
ya exministro de Industria por el caso de los 'papeles de Panamá'
Ignacio
Camacho da por amortizado al ministro Soria: "En el laberinto de papeles
panameños, ha perdido algo más que la credibilidad"-:
A este Gobierno agónico se le está haciendo eterno
el final de etapa. Ganó las elecciones a trancas y barrancas, como esos ciclistas
escapados que van perdiendo ventaja sobre sus perseguidores, y no ve el momento
de cruzar la pancarta. Ni siquiera está claro que llegue intacto a la meta
neutralizada del 2 de mayo. El caso Soria es un tropezón serio sobre el que
revolotea la sombra de una inédita renuncia en funciones. Por contrastadas que
resulten la capacidad de aguante y la resiliencia de Rajoy, existen dudas
objetivas de que amparen a nadie más que a él mismo.
Sostenía
que:
Soria está en un aprieto. Su vehemente explicación
del lunes no se sostuvo ni 24 horas. Se ha enredado en contradicciones
inexplicables y parece imposible que desconociese su propia presencia en el
entramado off shore de su familia. En el partido y en la propia Moncloa están
perplejos ante la debilidad de la versión inicial del ministro, cuyo tono
contundente quedó refutado de un día para otro por la aparición de su firma. No
se le acusa de ningún delito, aunque es evidente la incomodidad que un
currículum fiduciario en paraísos fiscales supone para alguien que se dedica a
la política. Y además es un hombre que tiene experiencia en acusaciones
infundadas; estuvo años luchando contra un proceso por corrupción del que logró
salir indemne defendiéndose con pruebas. En aquel caso la justicia y el tiempo
lo rehabilitaron de una imputación tan sesgada que la jueza que lo empapeló es
hoy diputada de Podemos. Por eso nadie entiende este torpe balbuceo con el que
se ha puesto en solfa a sí mismo.
En el laberinto de papeles panameños, el ministro
ha perdido algo más que la credibilidad de partida, tan importante a la hora de
reivindicar confianza ante la opinión pública. Se le escapan las opciones de
futuro que ha venido alimentando sin alharaca pero con persistencia. Sí, Soria
era, o se consideraba, un aspirante a dirigir el posmarianismo, esa especie de
entelequia que alimenta la estrategia de algunos dirigentes del PP. Tiene la
amistad personal del presidente, que suele poner su peripecia penal como
ejemplo de los juicios precipitados sobre la culpabilidad de los políticos.
Sentenciaba
que:
Y lleva tiempo cultivando relaciones de fondo
-políticas, financieras y mediáticas- con vistas a la toma de posiciones en un
eventual relevo de liderazgo. Eso podría explicar también el desapego que le
muestra la dirigencia del partido, por otra parte muy escaldada ya de salir al
paso de sospechas. La debilidad de sus argumentos, su inhábil autodefensa, el
desmentido exprés con que los hechos han triturado en apariencia sus
argumentos, han incrementado la presión sobre el Gabinete y le han metido a él
en un lío notable del que tendrá que salir solo como buenamente pueda. Rajoy es
decidido partidario de la resistencia, pero ha basado la suya en ir dejando
caer a su alrededor todas las piezas.
TRAYECTORIA PROFESIONAL
Nacido el 5 de enero de 1958 en Las Palmas de Gran Canaria, casado y con dos hijos, Soria es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y pertenece al cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado.
Entre 2003 y 2007 fue alcalde de las Palmas de Gran Canaria, y presidente del Cabildo de Gran Canaria entre 2003 y 2007, así como consejero de Economía y Hacienda y Vicepresidente del Gobierno de Canarias (2007-2010).
Tras la
derrota electoral de 2008, se convirtió en uno de los apoyos fundamentales de
Mariano Rajoy, participando activamente en la renovación del PP iniciada en el
Congreso de Valencia de 2008, donde fue uno de los autores de la ponencia
política, cuya redacción provocó la retirada de la entonces presidenta del PP
vasco, María San Gil.
Soria
asumió la cartera de Industria en diciembre de 2011. Rajoy valoró para su
elección la sólida experiencia económica del canario, curtido en Ejecutivos de
muy distinto color político, comenzando en su tarea como analista de mercado
para Venezuela y el Caribe en la Embajada de España en Venezuela entre 1980 y
1981.
En 1984
Soria fue nombrado jefe del Servicio de Importaciones del Ministerio de
Comercio y, un año después, jefe del Servicio de Comercio Exterior del
Ministerio de Comercio un año después.
Posteriormente,
pasó a ser asesor del Gabinete del Ministro de Economía y Hacienda entre 1986 y
1987, de donde pasó a dirigir el Gabinete de la Secretaría General de Comercio
entre 1988 y 1989. Además, entre 1995 y 1999 fue vicepresidente de la Caja de Ahorros
de Canarias.
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