Raúl del
Pozo / El Mundo, 01 de abril de 2016 a las 07:58
Raúl del
Pozo comenta divertido el carajal político que hay en España y dice que antes,
en tiempos de los griegos y de los romanos, era mucho más entretenido:
"Por
lo menos tenéis que aceptar que Mariano Rajoy es discreto y no participa en el
circo". Para mi confidente en La Moncloa, las últimas escenas de los tres
que aspiran a gobernar tienen las características del circo, con
contorsionistas y payasos, mientras el presidente del Gobierno rehúye el
exhibicionismo mediático. Las encuestas, según este testimonio, les favorecen,
mientras Podemos se precipita al abismo. Le recuerdo que eso también lo decían
los sondeos en vísperas del 20-D, pero contraataca diciendo: "Eso de que
Pablo Iglesias renuncia a la Vicepresidencia es como si yo renunciara a Miss
Mundo".
Dice
que:
Nuestra
naturaleza está tan ávida de espectáculos como en tiempos del circo romano, o
incluso antes, en la época de Pericles. Entonces la democracia era muy
divertida y el poder de los rivales podía decidirse con un cuerno. Apareció la
cabeza del carnero que no tenía más que un cuerno y el adivino dijo que había
dos bandos en Atenas: el de Pericles y el de Melesias, y que el cuerno era
señal de Apolo, para que ganara el dueño del morueco. Pero Anaxágoras abrió la
cabeza e hizo ver el cerebro, que no rellenaba toda su cavidad, sino que
adelgazaba en la punta como un huevo en el lugar en que empezaba la raíz del
cuerno. Otra elección divertida fue la de Aristóteles. El filósofo debía
designar un sucesor para su escuela y la elección era entre uno de Rodas y uno
de Lesbos. Aristóteles deliberó largo tiempo y finalmente pidió que le
sirvieran vino de ambas islas; reflexionaba, bebía a sorbos de los dos. Como
juzgó a ambos excelentes, le dio la palma al de Lesbos porque tenía más cuerpo.
Ahora no pasan cosas tan divertidas como en Atenas, donde nació la democracia y
se elegía a generales y jueces por sorteo. Aquí todo es solemne, demagógico,
con poses y sofismas, sin que nadie sepa de quién es el cuerno.
"¿De
quién es el cuerno?", se pregunta un dirigente de Podemos. "De
Ciudadanos, no. Te aseguro que ésta será la semana de pasión y hasta puede que
de matrimonio, pero nunca de bigamia. Ciudadanos tiene dos opciones, o seguir
siendo un alicatador de la restauración o abstenerse ante un Gobierno de izquierdas,
participando en un pacto de legislatura por la regeneración democrática".
Y
remata:
En
Podemos esperan que Pedro Sánchez decida ser desobediente para que haya un
Gobierno del cambio. Juan Carlos Monedero, que está sembrado desde que no
participa en la grasienta burocracia partidista, me explica con su acostumbrada
cortesía: "Pablo Iglesias ha hecho concesiones al PSOE mucho más allá de
lo que le gusta a la militancia de Podemos. Decide quedarse fuera del Gobierno
y le entrega a Sánchez un margen en fiscalidad, un nivel de déficit a pactar
con Europa, reforma laboral y gasto público. Sólo le falta ofrecerle el Camino
de Santiago en compañía de Inda a la pata coja".
Esperan
que el PSOE esté a la altura, pero ven a Sánchez maniatado por la arrogancia de
Rivera, al que llaman "vendedor de preferentes". O sea, que habrá,
según los vigías de Podemos, una pequeña gran coalición o nuevas elecciones.
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