Luis
María Anson publicó en el diario El Mundo un artículo que ha causado especial
impacto en la clase política, ante las elecciones autonómicas y municipales. Lo
reproducimos a continuación.
“Elecciones
autonómicas y municipales, Madrid, año 1987. El Partido Socialista Obrero
Español obtiene para la alcaldía de la capital de España, 24 concejales de los
55 posibles; Alianza Popular (luego Partido Popular), 20; Centro Democrático y Social,
8; Izquierda Unida, 3. En las elecciones autonómicas, el PSOE consigue 42
diputados de los 96 posibles; AP (luego PP), 32; CDS, 17; IU, 7.
Adolfo
Suárez, que fundó el CDS tras salir de estampida de UCD, se convierte en
árbitro de la situación en Madrid, aunque el bipartidismo permanece fuerte. El
señor Suárez tiene la posibilidad de dar el poder, tanto en el Ayuntamiento
como en la Comunidad, bien a los socialistas, bien a los populares. Siguiendo
su natural querencia, el fundador del CDS entrega a la izquierda socialista la
presidencia de la Comunidad y la del Ayuntamiento.
Dos
años después, Agustín Rodríguez Sahagún, que era un político sagaz y una
reconocida autoridad en el mundo de las Artes, convenció a su jefe de que era
posible un do ut des con Alianza Popular (luego Partido Popular): “Tú me das la
Alcaldía y yo te concedo la presidencia de la Comunidad”. En 1989, el pacto
quedó sellado. José María Álvarez del Manzano, que casi multiplicaba por 3 los
concejales del CDS, fue sacrificado por su partido y el exministro de Defensa,
Agustín Rodríguez Sahagún, se convirtió en alcalde de Madrid, desbancando a
Juan Barranco. En la Comunidad, el turbio chalaneo de un par de diputados
impidió que el pacto se consumara. Joaquín Leguina continuó y Alberto
Ruiz-Gallardón se quedó a las puertas. Las lenguas ofidias de la época aseguraban
que detrás de la maniobra estaba el propio Adolfo Suárez. Difícil contrastar la
información. Lo que parecía claro es que el señor Suárez, desde que fue
escabechado de UCD, distinguía a AP (luego PP) con “un odio africano”, al decir
de un destacado columnista de entonces. Con el tiempo, José María Álvarez del
Manzano fue un excelente alcalde, reconocido por todos. Ganó repetidamente las
elecciones por mayoría absoluta.
Madrid,
año 2015. Según las encuestas más solventes, Ciudadanos jugaría un papel idéntico
en Madrid al que correspondió al CDS de Adolfo Suárez en 1987. Albert Rivera
podría dar tanto la Alcaldía como la Comunidad al PSOE o al PP. Y si el hábil
político así lo decidiera, tendría también la posibilidad de plantear un do ut
des con cada uno de los dos grandes partidos.
Aunque
las encuestas son solo encuestas y los votos de los que callan, así como la
campaña electoral, pueden modificar los datos de que disponemos, Albert Rivera
tendría la posibilidad, por ejemplo, de plantear al presidente del Partido
Popular: “Elige, yo te doy la Alcaldía o la Comunidad y a cambio tú me otorgas
la Comunidad o la Alcaldía”. El PSOE quedaría relegado, el Partido Popular
conservaría una parte del poder que ahora tiene y Ciudadanos se encaramaría en
el faro madrileño.
El
lector de EL MUNDO se formulará de súbito la pregunta del millón y medio: en
caso de que las cifras de las encuestas se hicieran realidad el 24 de mayo y
que Albert Rivera se decidiera a jugar el do ut des, ¿a quién sacrificaría
Mariano Rajoy, a Cristina Cifuentes o a Esperanza Aguirre?”
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