domingo, 30 de abril de 2017

Varapalo de EE.UU. al secesionismo

La firmeza de Estados Unidos deja en rídiculo a Puigdemont, que ha tratado de vender sus contactos con dos congresistas americanos como un aval al referéndum en Cataluña
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (d), habla con el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras -  Madrid13/04/2017 10:08h - Actualizado: 13/04/2017

Estados Unidos propinó ayer dos severos golpes al independentismo catalán. Por una parte, su embajada en España hizo público un comunicado en el que deja meridianamente claro que defiende «una España fuerte y unida». Por otra, el Carter Center reveló que el expresidente americano Jimmy Carter rechazó de plano apoyar un referéndum en Cataluña, como le pidió el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante su reciente reunión. La contundencia de Estados Unidos deja en evidencia los patéticos esfuerzos del secesionismo por escenificar una «internacionalización» de sus disparatadas pretensiones, tan manipuladas como ilegales.

La Generalitat se apresuró a improvisar una respuesta basada en su tradicional victimismo. «Seguramente es un comunicado a petición del gobierno español a causa del éxito de los contactos recientes con representantes de los Estados Unidos». El Ejecutivo catalán respira por la herida y acusa un duro golpe para su imagen, especialmente ante sus partidarios. La firmeza de la postura de Estados Unidos se une a la que mantiene la Unión Europea y coloca a Puigdemont ante la cruda realidad de una quimera que carece de apoyos a nivel internacional. Además, deja en completo rídiculo al presidente catalán, que ha tratado de vender sus contactos con dos controvertidos y cuestionados congresistas americanos como un aval al referéndum en Cataluña.

Los partidos independentistas han entrado en una dinámica surrealista. Cada día tratan de dar una vuelta de tuerca a una supuesta hoja de ruta que no conduce a ninguna parte. Sus dirigentes están vulnerando la legalidad vigente una y otra vez. El proyecto de crear una bolsa de parados para trabajar en la consulta ilegal es una vergüenza que refleja la total falta de escrúpulos de quienes han puesto todos sus esfuerzos en avanzar a través de un callejón sin salida. Mientras tanto, no hay que olvidar que los partidarios del «no» a la independencia se imponen a los que se inclinan por un Estado catalán, según el último barómetro de su propio centro de estudios de opinión. Esta sucesión de reveses tal vez ayude a entender las muestras de nerviosismo que deja ver el independentismo, frustrado igualmente por el fracaso de sus intentos de chantaje al Gobierno de Mariano Rajoy.


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