18/01/2016@11:26:39
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Luis
María ANSON
Persona
cercana al entorno directo de Pedro Sánchez me ha explicado la necesidad de
otorgar a los soberanistas catalanes cuatro senadores para la maniobra de fondo
que el líder socialista está haciendo con el objetivo de ocupar el palacio de
la Moncloa en lugar de recluirse en su casa.
Las
cifras están claras y el PSOE derrotado las está manejando a pesar de la
hostilidad de Felipe González y Susana Díaz. Pedro Sánchez cuenta en su plan A
con los votos favorables de PSOE, Podemos, PNV, IU y CC, es decir, 168 escaños
frente a los 163 que sumarían PP y Ciudadanos. Si los dos partidos
nacionalistas catalanes se sumaran al voto en contra, Sánchez no resultaría
investido. Era imprescindible asegurarse al menos la abstención y eso explica
el trasvase de senadores.
Pedro
Sánchez no descarta un plan B con la suma de PSOE, Ciudadanos, PNV y Coalición
Canaria, es decir, 137 escaños frente a los 123 del Partido Popular y la
abstención del resto de la Cámara, 90 escaños.
Tanto
con el plan A como con el plan B, Podemos es el árbitro de la situación. Si
Pablo Iglesias vota en contra, Pedro Sánchez termina en la cuneta. No se puede
descartar que Podemos se decida a nuevas elecciones, a pasar al PSOE y
convertirse en el representante de la izquierda española. El dirigente podemita
podría jugar también la retorcida carta de escabechar a Rajoy, encumbrar a
Sánchez y más adelante plantear la moción de censura en el momento más oportuno
para él.
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