Los
cambios en las propuestas programáticas son numerosos, pero por el camino se
han ido quedando también frases célebres y conceptos con los que el partido se
dio a conocer
IVÁN
GIL. 07.12.2015 – 05:00 H.
La
moderación programática, o el programa “para gobernar”, como contradice el
líder de Podemos, Pablo Iglesias, cada vez que se le insinúa este viraje, ha
ido acompañada también de un cambio discursivo.
El
propio candidato de Podemos reconoce que en el escaso año y medio que ha pasado
desde las elecciones europeas su formación ha experimentado una notable
evolución.
Según
resume el candidato, la formación ha pasado "de ser la expresión de la
indignación a convertirse en alternativa de Gobierno".
Un
salto cualitativo que podría definirse como una evolución del rupturismo hacia
el reformismo.
Los
cambios en las propuestas son varios, pero por el camino se han ido quedando
también frases célebres y conceptos con los que el partido se dio a conocer en
sus orígenes.
“El
cielo se toma por asalto”
La
proclama más famosa de Pablo Iglesias que cargó de intencionalidad su discurso
durante la asamblea constituyente del partido en Vistalegre.
Una
afirmación que parafraseaba unas palabras empleadas por Karl Marx en una carta
dirigida a su amigo el doctor Ludwig Kugelmann para describir el fracasado
intento revolucionario de la Comuna de París en 1871. Sobre esta afirmación
corrieron ríos de tinta e inmediatamente definió a la formación.
Esta
frase apenas volvió a ser utilizada por el líder de Podemos, hasta que el
pasado 19 de noviembre volvió sobre ella cual revisionismo histórico, en un
desayuno informativo organizado por el Foro Nueva Economía en el hotel Ritz.
En
plena precampaña, Iglesias dijo que el cielo se tomaba por asalto pero llamando
antes al timbre.
La
estupefacción fue tal que el presentador lo despidió con un simbólico:
“Bienvenido a la normalidad”.
La
revisión de esta frase concuerda con el nuevo discurso del partido, menos
rupturista y más reformista, defendiendo un cambio que apela a los consensos.
Por si
quedase algún tipo de duda, en el prólogo de su último libro, 'Una nueva
Transición' (Akal), presentado el pasado martes, el propio autor añade esta
frase: "Vamos a seguir asaltando el cielo, sí, pero llamando al
timbre".
"Luchamos
contra la casta"
El
maximalista término de la 'casta' es otro de los que llegaron a convertirse en
sinónimo de Podemos en sus orígenes y que ahora ha desaparecido completamente
del vocabulario de los dirigentes del partido.
La
palabra casta era la que representaba con mayor precisión esa expresión de la
indignación inicial a la que recientemente se refería Iglesias, pero que ahora
ha dejado paso a la construcción de la “alternativa de gobierno”.
Es
decir, a zambullirse en la complicada discusión sobre cifras económicas y
modelos de gobernabilidad.
La
lucha, reduccionista, del pueblo contra la casta se transformó en una lucha por
construir alternativas reales de gobierno.
"Romper
los candados del régimen del 78"
El
nuevo Podemos, el Podemos de 2015 que aspira a gobernar, ha evolucionado para
pasar de reclamar la apertura de un proceso constituyente, que "rompiese
los candados del régimen del 78", a concretar esa indignación iniciática en
cinco garantías constitucionales. A la sazón, la reforma de cinco artículos
constitucionales y la derogación de uno, el 135. Reformas sobre las que,
insiste ahora Pablo Iglesias, existe un "consenso mayoritario". Es
precisamente en esos "consensos" donde Podemos quiere moverse, por lo
que una enmienda a la totalidad de la Carta Magna ha dejado de ser el objetivo
del partido.
Auditoría
e impago de la deuda ilegítima
La
auditoría de la deuda, que en estos momentos roza el 100% del PIB, fue una de
las propuestas que más horas de debate televisivo y páginas de periódico
llenaron. En consonancia con las organizaciones de la sociedad civil que habían
trabajado en esta cuestión, Podemos se comprometió en las elecciones europeas a
llevar a cabo una “auditoría ciudadana de la deuda pública y privada". El
objetivo era delimitar qué partes de la deuda podían considerarse ilegítimas y,
basándose en ello: “Tomar medidas contra los responsables y declarar su
impago”. De esta auditoría, Podemos ha pasado ahora a la reestructuración a
secas.
“Syriza,
Podemos: venceremos”
"A
algunos no les gusta, pero somos amigos y compañeros luchando por una Europa
democrática. Syriza-Podemos: venceremos". Esta fue la arenga con que Pablo
Iglesias terminó su mitin en el cierre de campaña de Syriza en la plaza
Sintagma. Eran los tiempos en que Podemos quería mirarse en el espejo de la
formación de Alexis Tsipras. Unos días después, en la marcha del cambio del 31
de enero, que abarrotó la Puerta del Sol y sus calles aledañas, Pablo Iglesias
saludó el cambio en Grecia capitaneado por Alexis Tsipras, con el que mantiene
una relación muy cercana, y defendió como logros sus primeras medidas de
gobierno. Un hermanamiento que con el tiempo se ha acabado por tapar para
evitar asociar un Gobierno de Podemos a la intensificación de la crisis griega
tras el tercer rescate. En las últimas elecciones griegas, los líderes de
Podemos no fueron a hacer campaña.
"La
sonrisa va a cambiar de bando"
La clásica proclama del
15-M “el miedo está cambiando de bando” fue dulcificada por Podemos dándole un
tono más positivo y menos combativo: la sonrisa va a cambiar de bando. Con
todo, es otra de las frases que han sido despejadas de los discursos de Pablo
Iglesias. Las razones son las mismas que las de 'casta', pues conlleva una
fuerte polarización y confrontación que la formación prefiere evitar para
llegar a todas las capas de la sociedad
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