El manifiesto electoral de las
Izquierdas
[16 de febrero de 1936]
Los partidos republicanos Izquierda Republicana,
Unión Republicana y el Partido Socialista, en representación del mismo y de la
Unión General de Trabajadores; Federación Nacional de Juventudes Socialistas,
Partido Comunista, Partido Sindicalista, Partido Obrero de Unificación
Marxista, sin perjuicio de dejar a salvo los postulados de sus doctrinas, han
llegado a comprometer un plan político común que sirva de fundamento y cartel a
la coalición de sus respectivas fuerzas en la inmediata contienda electoral y
de norma de Gobierno que habrán de desarrollar los partidos republicanos de
izquierda, con el apoyo de las fuerzas obreras, en el caso de victoria.
Declaran ante la opinión pública las bases y los límites de su coincidencia
política, y además la ofrecen a la consideración de las restantes
organizaciones republicanas y obreras, por si estiman conveniente a los
intereses nacionales de la República venir a integrar en tales condiciones el bloque
de izquierdas que debe luchar frente a la reacción en las elecciones generales
de diputados a Cortes.
Una amplia amnistía, reposición de
funcionarios, readmisión de obreros despedidos y reparación a las víctimas de
la represión.
Como supuesto indispensable de paz pública, los
partidos coligados se comprometen:
1.º A
conceder por ley una amplia amnistía de los delitos politicosociales cometidos
posteriormente a noviembre de 1933, aunque no hubieran sido considerados como
tales por los Tribunales. Alcanzará también a aquellos de igual carácter no
comprendidos en la ley de 24 de abril de 1934. Se revisarán con arreglo a la
ley las sentencias pronunciadas en aplicación indebida de la de Vagos, por
motivos de carácter político; hasta tanto que se habiliten las instituciones
que en dicha ley se prescriben, se restringirá la aplicación de la misma y se
impedirá que en lo sucesivo se utilice para perseguir ideas o actuaciones
políticas.
2.º Los
funcionarios y empleados públicos que hayan sido objeto de suspensión, traslado
o separación, acordado sin garantía de expediente o por motivos de persecución
política, serán repuestos en sus destinos.
El Gobierno tomará las
medidas necesarias para que sean readmitidos en sus respectivos puestos los
obreros que hubiesen sido despedidos, por sus ideas o con motivo de huelgas
políticas, en todas las corporaciones públicas, en las Empresas gestoras de
servicios públicos y en todas aquellas en las que el Estado tenga vínculo
directo.
Por lo que se refiere a
las Empresas de carácter privado, el ministerio de Trabajo adoptará las
disposiciones conducentes a la discriminación de todos los casos de despido que
hubieran sido fundados en un motivo políticosocial, y que serán sometidos a los
Jurados mixtos para que éstos amparen en su derecho, con arreglo a la
legislación anterior a noviembre de 1933, a quienes hubieran sido indebidamente
eliminados.
3.º Se
promulgará una ley concediendo a las familias de las víctimas producidas por
hechos revolucionarios o por actos ilegales de la autoridad y la fuerza pública
en la represión la adecuada reparación del daño inferido a las personas.
Restablecimiento del imperio de la
Constitución
Revisión y reforma de las leyes de Orden
público, Tribunal de Garantías, reglamento de la Cámara, Municipal y
Provincial, reorganización del cuerpo de Vigilancia y del régimen de Prisiones.
En defensa de la libertad y de la justicia, como
misión esencial del Estado republicano y de su régimen constitucional, los
Partidos coligados:
1.º Restablecerán el imperio de la Constitución.
Serán reclamadas las transgresiones cometidas contra la ley fundamental. Y la
ley Orgánica del Tribunal de Garantías habrá de ser objeto de reforma, a fin de
impedir que la defensa de la Constitución resulte encomendada a conciencias
formadas en una convicción o en un interés contrarios a la salud del régimen.
2.º Se procederá a dictar leyes orgánicas
prometidas por la Constitución que son necesarias para su normal
funcionamiento, y especialmente las leyes Provincial y Municipal, que deberán
inspirarse en el respeto más riguroso a los principios declarados en aquélla.
Se procederá por las Cortes a la reforma de su reglamento, modificando la
estructura y funciones de las Comisiones parlamentarias, a cuyo cargo correrá,
con el auxilio de los organismos técnicos a ellas incorporados, el trámite
formativo de las leyes.
3.º Se declara en todo su vigor el principio de
autoridad; pero se compromete su ejercicio sin mengua de las razones de
libertad y justicia. Se revisará la
ley de Orden público, para que, sin perder nada de su eficacia
defensiva, garantice mejor al ciudadano contra la arbitrariedad del Poder;
adoptándose también las medidas necesarias para evitar las prórrogas abusivas
de los estados de excepción.
4.º Se organizará una Justicia libre de los viejos
motivos de jerarquía social, privilegio económico y posición política. La
Justicia, una vez reorganizada, será dotada de las condiciones de independencia
que promete la Constitución. Se simplificarán los procedimientos en lo civil;
se imprimirá mayor rapidez al recurso ante los Tribunales
contencioso-administrativos, ampliando su competencia, y se rodeará de mayores
garantías al inculpado en lo criminal. Se limitarán los fueros especiales,
singularmente el castrense, a los delitos netamente militares. Y se humanizará
el régimen de prisiones, aboliendo malos tratos e incomunicaciones no
decretadas judicialmente.
5.º Los
casos de violencia de los agentes de la fuerza pública, acaecidos bajo el mando
de los Gobiernos reaccionarios, aconsejan llevar a cabo la investigación de
responsabilidades concretas hasta el esclarecimiento de la culpa individual y
su castigo. Se procederá a encuadrar las funciones de cada instituto
dentro de los fines de su respectivo reglamento; serán seleccionados sus mandos
y se sancionará con la separación del servicio a todo agente que haya incurrido
en malos tratos o parcialidad política. El Cuerpo de Vigilancia se reorganizará
con funcionarios aptos y de cumplida lealtad al régimen.
6.º Se revisarán las normas de disciplina de los
funcionarios, estableciendo sanciones graves para toda negligencia o abuso en
favor de intereses políticos o en daño del Tesoro público.
El régimen agrario
No se acepta por los republicanos la
nacionalización de la tierra. Derogación de las leyes de Arrendamientos y de
devolución y pagos de las fincas de la nobleza.
Los republicanos no
aceptan el principio de la nacionalización de la tierra y su entrega gratuita a
los campesinos, solicitada por los delegados del Partido Socialista. Consideran
convenientes las siguientes medidas que se proponen la redención del campesino
y del cultivador medio y pequeño, no sólo por ser obra de justicia, sino porque
constituyen la base más firme de reconstrucción económica nacional:
1.ª Como
medidas de auxilio al cultivador directo:
Rebaja de impuestos
tributos.
Represión especial de la usura.
Represión especial de la usura.
Disminución de rentas
abusivas.
Intensificación del crédito agrícola.
Revalorización de los productos de la tierra, especialmente del trigo y demás cereales, adoptando medidas para la eliminación del intermediario y para evitar la confabulación de los harineros.
Estímulo del comercio de exportación de productos agrícolas.
Intensificación del crédito agrícola.
Revalorización de los productos de la tierra, especialmente del trigo y demás cereales, adoptando medidas para la eliminación del intermediario y para evitar la confabulación de los harineros.
Estímulo del comercio de exportación de productos agrícolas.
2.ª Como
medidas para mejorar las condiciones de la producción agrícola:
Se organizarán
enseñanzas agrícolas y se facilitarán auxilios técnicos por el Estado.
Se trazarán planes de sustitución de cultivos e implantación de otros nuevos, con la ayuda técnica y económica de la Administración pública.
Fomento de los pastos, ganadería y repoblación forestal.
Obras hidráulicas y obras de puesta en riego y transformación de terrenos para regadío.
Caminos y construcciones rurales.
Se trazarán planes de sustitución de cultivos e implantación de otros nuevos, con la ayuda técnica y económica de la Administración pública.
Fomento de los pastos, ganadería y repoblación forestal.
Obras hidráulicas y obras de puesta en riego y transformación de terrenos para regadío.
Caminos y construcciones rurales.
3.ª Como
medidas para la reforma de la propiedad de la tierra:
Derogarán
inmediatamente la vigente ley de Arrendamientos.
Revisarán los desahucios practicados.
Revisarán los desahucios practicados.
Consolidarán en la
propiedad, previa liquidación, a los arrendatarios antiguos y pequeños.
Dictarán nueva ley de
Arrendamientos que asegure: la estabilidad en la tierra; la modicidad en la
renta, susceptible de revisión; la prohibición del subarriendo y sus formas
encubiertas; la indemnización de mejoras útiles y necesarias llevadas a cabo
por el arrendatario, haciéndose efectiva antes de que el cultivador abandone el
predio, y el acceso a la propiedad de la tierra que se viniera cultivando
durante cierto tiempo.
Estimularán las formas de cooperación y fomentarán las explotaciones colectivas.
Llevarán a cabo una política de asentamientos
de familias campesinas, dotándolas de los auxilios técnicos y financieros
precisos.
Dictarán normas para el
rescate de bienes comunales.
Derogarán la ley que acordó la devolución y el pago de las fincas a la nobleza.
Derogarán la ley que acordó la devolución y el pago de las fincas a la nobleza.
El régimen industrial
La protección del Estado.
Especial protección a la pequeña industria y pequeño comercio.
Nuestra industria no se podrá levantar de la
depresión en que se encuentra si no se procede a ordenar todo el complejo
sistema de protecciones que el Estado dispensa según criterio estricto de
coordinada subordinación al interés general de la economía.
En su consecuencia, procede:
1.º Dictar una ley o sistema de leyes que fijen
las bases de la protección a la industria, comprendiendo las arancelarias,
exenciones fiscales, métodos de coordinación, regulación de mercados y demás
medios de auxilio que el Estado conceda en interés de la producción nacional.
Promover el saneamiento financiero de las industrias, a fin de aligerar cargas
de especulación que, gravando su rentabilidad, entorpecen su desenvolvimiento.
2.º Crear instituciones de investigación económica
y técnica, donde pueda el Estado adquirir elementos para su dirección política
y también los empresarios para mejor regir sus iniciativas.
3.º Adoptar aquellas medidas necesarias de
especial protección a la pequeña industria y al pequeño comercio.
4.º Levantar la actividad de nuestras industrias
fundamentales, mediante un plan de obras públicas a que luego se alude,
urbanizaciones y saneamiento de la población rural, en el que se calcularán de
antemano los materiales que se han de consumir y sus precios, a fin de asegurar
la rentabilidad de estas obras.
El régimen de obras públicas
Los republicanos no aceptan el subsidio
de paro. Ordenación legislativa y administrativa que garantice la utilidad de
las obras.
Los republicanos consideran la obra pública no
sólo como modo de realizar los servicios habituales del Estado o como mero
método circunstancial e imperfecto de atender al paro, sino como medio potente
para encauzar el ahorro hacia las más poderosas fuentes de riqueza y progreso,
desatendidas por la iniciativa de los empresarios :
1.º Se llevarán a cabo grandes planes de
construcciones de viviendas urbanas y rurales, servicios cooperativos y
comunales, puertos, vías de comunicación, obras de riego e implantación de
regadíos y transformación de terrenos.
2.º Para llevarlas a cabo se procederá a una
ordenación legislativa y administrativa que garantice la utilidad de la obra,
su buena administración y la contribución a la misma de los intereses privados
directamente favorecidos.
Los republicanos no aceptan el subsidio de paro
solicitado por la representación obrera. Entienden que las medidas de política
agraria, las que se han de llevar a cabo en el ramo de la industria, las obras
públicas y, en suma, todo el plan de reconstrucción nacional ha de cumplir no
sólo su finalidad propia, sino también el cometido esencial de absorber el
paro.
El régimen de hacienda y banca
Es rechazada por los republicanos la
nacionalización de la Banca. Dirección del Banco de España y de la Banca
privada. Distribución de las cargas públicas.
La Hacienda y la Banca tienen que estar al
servicio del empeño de reconstrucción nacional, sin desconocer que fuerzas tan
sutiles como la del crédito no se pueden forzar por métodos de coacción ni
estimular fuera del campo seguro de aplicaciones provechosas y empleo
remunerador.
No aceptan los partidos republicanos las medidas
de nacionalización de la Banca propuestas por los partidos obreros; conocen,
sin embargo, que nuestro sistema bancario requiere ciertos perfeccionamientos,
si ha de cumplir la misión que le está encomendada en la reconstrucción
económica de España. Como mera enumeración ejemplar señalamos las siguientes
medidas:
1.ª Dirigir el Banco de España de modo que cumpla
su función de regular el crédito conforme exija el interés de nuestra economía,
perdiendo su carácter de concurrente de los Bancos y liquidando sus
inmovilizaciones.
2.ª Someter a la Banca privada a reglas de
ordenación que favorezcan sus líquidos, sobre los principios clásicos que ha
puesto de nuevo en relieve la experiencia de las últimas crisis, a fin de
afirmar la garantía de los depositantes y el servicio de las necesidades
financieras de la política de reconstrucción económica que aquí se promete.
3.ª Mejorar el funcionamiento de las Cajas de
Ahorro, para que cumplan su papel en la creación de capitales; dictando también
aquellas medidas necesarias para proteger el ahorro privado y de
responsabilidad de los promotores y gestores de toda clase de Compañías.
Respecto a la Hacienda, se comprometen a llevar a
cabo una reforma fiscal dirigida a la mayor flexibilidad de los tributos y a la
más equitativa distribución de las cargas públicas, sin acudir al crédito
público para finalidades del consumo:
1.ª Se revisará a fondo la tributación directa, obtenida
en su desarrollo normal, reorganizándola sobre bases progresivas.
2.ª Se reformará la tributación indirecta buscando
la coordinación del gasto privado con el gravamen del consumo.
3.ª Se perfeccionará la Administración fiscal,
para que sirva de instrumento eficaz a la nueva política tributaria.
Legislación social
Se rechaza el control obrero. Creación
del delito de envilecimiento del salario. Se restablece la legislación social
en todos sus principios. Política de reconstrucción económica.
La República que conciben los Partidos
republicanos no es una República dirigida por motivos sociales o económicos de
clase, sino un régimen de libertad democrática, impulsado por razones de
interés público y progreso social. Pero precisamente por esa definida razón, la
política republicana tiene el deber de elevar las condiciones morales y
materiales de los trabajadores hasta el límite máximo que permita el interés
general de la producción, sin reparar, fuera de este tope, en cuantos
sacrificios hayan de imponerse a todos los privilegios sociales y económicos.
No aceptan los partidos republicanos el control
obrero solicitado por la representación del Partido Socialista. Convienen en:
1.º Restablecer
la legislación social en la pureza de sus principios, para lo cual dictarán las
disposiciones necesarias para dejar sin efecto aquellas que desvirtúen su recto
sentido de justicia, revisando las sanciones establecidas a fin de asegurar el
más leal cumplimiento de las leyes sociales.
2.º Reorganizar
la jurisdicción del trabajo en condiciones de independencia, a fin no sólo de
que las partes interesadas adquieran conciencia de la imparcialidad de sus
resoluciones, sino también para que en ningún caso los motivos de interés
general de la producción queden sin la valoración debida.
3.º Rectificar
el proceso de derrumbamiento de los salarios del campo, verdaderos salarios de
hambre, fijando salarios mínimos, a fin de asegurar a todo trabajador una
existencia digna, y creando el delito de envilecimiento del salario, perseguible
de oficio ante los Tribunales.
Aunque la política de reconstrucción económica
debe conducir a la absorción del paro, es menester además organizar,
administrativa y técnicamente, la lucha, estableciendo los servicios que sean
necesarios de estadística, clasificación, Oficinas de colocación y Bolsas de
Trabajo, preocupándose de modo especial del paro en la juventud, y sin olvidar
tampoco las instituciones de previsión y seguro que, prometidas por la
Constitución, deben disponerse a ensayo sobre bases de tipo social.
Los republicanos han de dedicar a la asistencia
pública, Beneficencia y Sanidad, la atención que merece en todo pueblo
civilizado, sin regatear sacrificios. Unificarán, bajo la dirección del Estado,
las diversas instituciones de fundación privada, totalizando sus recursos, sin
perjuicio del respeto a la voluntad del finado.
La enseñanza, atributo indeclinable del
Estado
Vigilancia de la enseñanza privada.
Creación de la enseñanza media y profesional.
La República tiene que considerar la enseñanza
como atributo indeclinable del Estado, en el superior empeño de conseguir en la
suma de sus ciudadanos el mayor grado de conocimiento y, por consiguiente, el
más amplio nivel moral, por encima de razones confesionales y de clase social
1.º Impulsarán,
con el ritmo de los primeros años de la República, la creación de escuelas de
primera enseñanza, estableciendo cantinas, roperos, colonias escolares y demás
instituciones complementarias. Se ha de someter a la enseñanza privada a
vigilancia, en interés de la cultura, análoga a la que se ejercite cerca de las
escuelas públicas.
2.º Crearán
las enseñanzas medias profesionales que sean necesarias para dar instrucción a
todos los ciudadanos en condición de recibir la de estos grados.
3.º Concentrarán
las enseñanzas universitarias y superiores para que puedan ser debidamente
servidas.
4.º Pondrán
en ejecución los métodos necesarios para asegurar el acceso a la enseñanza
media y superior a la juventud obrera y, en general, a los estudiantes
seleccionados por su capacidad.
La legislación autonómica
Su reposición y desarrollo.
Los Partidos coligados repondrán en su vigor la
legislación autonómica votada por las Cortes constituyentes y desarrollarán los
principios autonómicos consignados en la Constitución.
Política internacional
Adhesión a los principios y métodos de
la Sociedad de Naciones.
Se orientará la política internacional en un
sentido de adhesión a los principios y métodos de la Sociedad de Naciones.
Por Izquierda
Republicana: Amós Salvador.
—Por Unión Republicana: Bernardo Giner. —Por el Partido Socialista Obrero: Juan Simeón Vidarte y Manuel Cordero. —Por la Unión General de Trabajadores: Francisco Largo Caballero. —Por la Federación Nacional de Juventudes
Socialistas: José Cazorla.
—Por el Partido Comunista: Vicente
Uribe. —Por el Partido
Sindicalista: Angel Pestaña.
—Por el Partido Obrero de Unificación
Marxista: Juan Andrade.
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