En medios económicos, políticos y culturales de España, multiplicados por las redes sociales, se ha comentado o reproducido el artículo publicado en el diario El Mundo por Luis María Anson y que reproducimos a continuación.
“Gana Fainé, gana La Caixa, gana Cataluña, gana España, gana Portugal, ganamos todos”, me dijo Jaume Giró al informarme de que CaixaBank se había hecho con el 84,51% del Banco Portugués de Inversión. Hace años, José Saramago me habló en el Palacio Real, durante una cena protocolaria y distante en la que nos sentaron juntos, de que el futuro acentuaría la interpenetración de España y Portugal no solo en el ámbito cultural sino también en el económico porque los recelos lusitanos estaban desapareciendo. El autor de La balsa de piedra soñaba con una península ibérica que navegara hacia América, alto destino histórico de ambas naciones y puente ahora entre Europa y el mundo iberoamericano. Saramago, que nunca abdicó de su ideología política ni de su ateísmo radical, se daba cuenta de la significación profunda de la nueva Europa. Hombre cordial y solidario, creía que la Unión Europea era solo un peldaño en la subida al monte Carmelo laico de los Estados Unidos de Europa.
No es cierto que España haya sufrido una “crisis bancaria”. Esa expresión se la han inventado los políticos para enmascarar su decrépita actuación en algunas Cajas. La implacable auditoría de Oliver Wyman en el año 2014 demostró la salud de la Banca española que se encuentra entre las más sólidas del mundo. Lo que se produjo en España fue la profunda crisis de una serie de Cajas gestionadas por políticos ignaros, dedicados a proteger y enchufar a parientes y paniaguados. La catástrofe de Caixa Catalunya con Narcís Serra al frente contrasta con el progreso de las entidades gestionadas por profesionales como el Banco de Santander o La Caixa, que tenían al timón a financieros españoles serios, discretos y eficaces: Emilio Botín e Isidro Fainé. Del rescate aprobado por Europa no ha entrado un solo euro en las alcancías de los Bancos.
Fainé significa en catalán trabajador. Con su serena audacia para el negocio, Isidro Fainé se ha puesto por encima de las veleidades secesionistas y ha extendido el negocio desde una Caja regional a toda España, demostrando que Cataluña necesita tanto al resto de la nación española como el resto de la nación española a Cataluña. Volcado además su trabajo tenaz en la cultura y en la obra social, Isidro Fainé ha demostrado con hechos la necedad de la situación actual y que es necesario agotar todas las vías de negociación para evitar el choque de trenes a través de una política constructiva de diálogo en la que se reconozca la identidad catalana, la justa adecuación fiscal y la soberanía nacional que corresponde a los españoles, entre ellos los catalanes, libres todos e iguales ante la ley.
La milmillonaria Isabel Dos Santos, hija del dictador de Angola, ha puesto todos los escollos para impedir la presencia de Isidro Fainé en Portugal por la significación del empresario catalán, símbolo de la libertad y la solidaridad en el mundo empresarial. El gran financiero ha ganado la partida en beneficio de las dos naciones, robusteciendo además la presencia de España y Portugal en Europa, desembarazada nuestra nación de la crisis y muy cerca el país lusitano de superar los rescates y las troikas. No estoy seguro de que algunos de los políticos que rigen hoy la vida catalana sean capaces de entender la lección que les ha dado Isidro Fainé.
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