jueves, 21 de diciembre de 2017

El miserable desprecio de 'La Vanguardia' a Inés Arrimadas España en vilo ante unos comicios que más bien parecen el referéndum ansiado. Tal vez deberíamos haber votado

todos.

Pilar Díez 
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Conde de Godó. | EFE
El Mundo dice que "los constitucionalistas fían la victoria a que vote más del 82%". Al que no vaya a votar es para correrle a bofetadas. Dice el editorial que estas elecciones "representan una oportunidad única para devolver con plenas garantías la palabra a los catalanes. No sólo a una parte, sino al conjunto de ellos conforme al marco constitucional y estatutario que el Estado ha logrado preservar. Ahora es cuando los ciudadanos de Cataluña pueden ejercer el verdadero derecho a decidir. Estas elecciones son históricas de verdad. Nunca se había acariciado con los dedos el vuelco inédito que supondría la victoria, sea en votos o escaños, de una suma constitucionalista (…) Cataluña se la juega hoy, y con ella España entera". Lo dicho, si nos la jugamos todos tendríamos que haber votado todos. Emilia Landaluce hace una sabia reflexión. "Si después de todo lo que ha pasado hoy gana el nacionalismo por mayoría que hagan su muro, pero que lo paguen ellos". Eso, que ya estamos hasta la coronilla.
El País viene lleno de contradicciones. "Un millón de indecisos tiene la última palabra en Cataluña". Que haya gente que no sabe qué votar a estas alturas es de órdago a la grande. El caso es que Kiko Llaneras dice luego que no: "No miréis al indeciso, mirad al abstencionista oculto". A ver si nos ponemos de acuerdo. "Cataluña elige entre la inestabilidad y volver al orden constitucional", titula en el interior. El editorial dice que para nada, que estas elecciones "no son un camino de vuelta a la inseguridad jurídica; ni el retorno a la sistemática violación del ordenamiento democrático; ni la confirmación de ninguna separación, ni de régimen alternativo ninguno; ni la reposición de una autoridad anterior", dice para que los separatas no se hagan ilusiones. "Las tareas urgentes del nuevo parlament, el nuevo govern y el nuevo president serán restañar la fractura social, reflotar la economía y restaurar la confianza". Uff, qué horror, ¡y que haya personas deseando comerse ese marrón! Hay que estar como una cabra. "Del tino" de los votantes dependerá. Pues más vale que apunten bien.
ABC: "Votar por fin en libertad". Bieito Rubido tiene el susto en el cuerpo. Se nota que conoce bien a los separatistas y su capacidad para las "trampas, ilegalidades y falsedades". "Como el nacionalismo no se ha apeado de sus mentiras" hay que estar preparado, dice el editorial. "El Gobierno central tiene la obligación de garantizar que los catalanes voten con seguridad, sin coacciones ni intimidaciones en las calles y en los colegios" y proteger "a los integrantes de la mesas, interventores y apoderados de los partidos no nacionalistas". Lo que le pasó ayer a Inés Arimadas con un fascisto-nacionalista da cuenta del "matonismo separatista", salvajes hasta decir basta. También exige Rubido "garantías de seguridad en el recuento de los votos y en la retransmisión de datos, respondiendo sin contemplaciones ante cualquier intento de injerencia" de los golpistas. Nada de "confianza seráfica", con estos tipos hay que andarse con ojo. Y si pierden, "el Gobierno está avisado" de que tratarán de "deslegitimar el resultado" diciendo barbaridades en el exterior. A ver si esta vez "la maquinaria de comunicación del ejecutivo no llega tarde". Da sudores fríos tener que confiar en la maquinaria de comunicación de Rajoy. "Ni temeroso, ni encogido, el Estado debe acudir a la cita de hoy en Cataluña para asegurar que en la pugna entre democracia y golpismo, ganará la democracia". Bueno, si gana el golpismo que Dios les coja confesados a los del otro lado, porque aquí nos lavamos las manos. Ya no podemos hacer más.
La Razón dice que "Más del 43% de los menores de 24 años decidirá hoy su voto". Aclara este enrevesado titular en el interior. "En manos del voto joven". Pues con el adoctrinamiento que han sufrido estos muchachos tendremos que temernos lo peor. Dice Marhuenda que "el desastre que ha supuesto el proceso debería obligar a una reflexión racional a este electorado que cree que puede ponerse en marcha de nuevo sin tener en cuanta las consecuencias", pero como están mu locos tendremos que perder toda esperanza. Insiste el editorial en mirar a mañana, "hay que redoblar esfuerzos para alcanzar un acuerdo", "hay demasiados vetos preconcebidos". De eso hablaremos la semana que viene, hoy, como dice Cristina López, "si Arrimadas gana, el varapalo moral al independentismo será importante". Pero como no gane, ¡la que les espera! Yo me plantearía el exilio.
El deterioro de La Vanguardia como periódico es cada día más evidente. Cada día caen un poquito más bajo. Lo del editorial de hoy es tan miserable que produce náuseas. Habla Godó de los insultos a Rosa María Sardá, atiza a Borrell por lo de desinfectar, y a uno de ERC que ayer habló de nazis. Para ilustrar el "odio" que hay en Cataluña. Pero se abstiene de mencionar los insultos de "fascista" y "cerda" a Arrimadas ayer mismo. No da ni la noticia. Una vergüenza total. Lo dicho, este panfleto está podrido.

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