martes, 17 de noviembre de 2009

Sabiendo donde estamos



A veces pensamos que las cosas son como son, otras que ocurren por casualidad.
Casi siempre tienen una "causalidad", muchas una planificación previa de "alguién" para conseguir "algo".
Un ejemplo, tomamos el "Manual del Candidato" (usado en España en las elecciones de 2008 por un partido) que tengo delante.
En él podemos leer cosas como las siguientes:
“El objetivo es conquistar la mente de los electores; por tanto habrá que tomar en consideración las diferentes culturas y mentalidades (…). Para poder influenciar en los electores es necesario conocerlos bien, saber como piensan y de qué manera toman las decisiones”.
Es muy importante la imagen que damos de nosotros mismos, la realidad importa menos: “En los mítines hay que cuidar el éxito escénico y saber distribuir al público para magnificar el número”. Que parezca que somos muchos aunque estemos o seamos pocos.
El candidato debe creer lo que dice, promete, ofrece o critica: “El candidato debe conocer el papel, creerlo y representarlo”.
“Hay que dar preferencia a los medios de comunicación que transmiten la información que emana del candidato”. Evitar los medios críticos con ella.
"Cuidado con el cómo se responden las preguntas"; ante una pregunta “hay que dedicarle un 20% a la respuesta y un 80% a repetir el mensaje”.
“Las frases con impacto son fundamentales”.
La gente no piensa tanto como parece, hay que utilizar las técnicas publicitarias: "La gente se olvida muy pronto de lo que se le dice, por lo que conviene repetir, repetir, repetir...", “Tres mensajes repetidos tres veces, permitirán que cale uno; siete mensajes repetidos una vez, hará que no cale ninguno”.
Y sobre todo, no a los grandes razonamientos, cosas simples: “Hay que tener presente que los medios de comunicación tienden a primar lo anecdótico, lo curioso y lo anormal”.
Y no olvidar que la "opinión pública" es la "opinión publicada".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desgraciadamente, ésta es la realidad.