jueves, 5 de febrero de 2015

No aburrirse protege del alzhéimer

Pilar quijada
Día 07/03/2013 - 03.04h
Un estudio de «Neuron» desvela por qué las personas más activas intelectualmente resisten mejor el deterioro cognitivo

Confirmado, aburrirse es lo peor para el cerebro, como se deduce de un estudio publicado en la revista «Neuron», que asegura que la exposición a un ambiente estimulante y las nuevas actividades puede tener efectos beneficiosos, superiores incluso a la práctica de ejercicio, que se sabe que genera neuronas nuevas, cuando se trata de retrasar la aparición de la enfermedad de alzhéimer.
Dennis Selkoe, veterano en la investigación de esta patología neurodegenerativa, lidera la investigación y desentraña con su equipo los mecanismos moleculares por los que el desarrollo de nuevas actividades ayudan a proteger al hipocampo, una estructura del cerebro relacionada con el aprendizaje y la memoria, de los efectos perjudiciales de la proteína amiloide, relacionada con el deterioro cognitivo que acompaña a la enfermedad de alzhéimer.
Al menos es lo que ocurre en ratones de laboratorio sin modificar genéticamente que son expuestos a los oligómeros de proteína amiloide humana, al parecer un mejor modelo de esta patología que los ratones transgénicos frecuentemente utilizados, según Selkoe, para estudiar lo que ocurre en la enfermedad de alzhéimer esporádica, que constituye el 90% de los casos registrados.
Lo que Selkoe ha descubierto es que las actividades que implican novedadpara los roedores, lo que se conoce como un entorno enriquecido para los roedores, activan un tipo de receptores denominados beta-2-adrenérgicos, que reduce el daño de la proteína amiloide en el cerebro. En concreto mejora la potenciación a largo plazo, un mecanismo implicado en el aprendizaje y la memoria, que falla en las personas con Alzhéimer.
Y lo más interesante es queeste efecto protector podía conseguirse también en los roedores suministrando agonistas beta-adrenérgicos, que no son otra cosa que fármacos de los que se utilizan para el tratamiento de patologías como el asma y la enfermedad obstructiva pulmonar crónica (EPOC). Al parecer, los agonistas betadrenérgicos por si solos, sin la práctica de ejercicio ni actividades cognitivas, ayudaban también a reducir los efectos de la acumulación de la proteína amiloide durante el envejecimiento.
En los ratones, las actividades novedosas aumentan la liberación de noradrenalina, una molécula que actúa como hormona y neurotransmisor y que interviene, entre otras funciones, en el control de la atención. La noradrenalina se forma a partir de la dopamina, que se relaciona con el sistema de recompensa y la motivación. Los receptores betadrenérgicos participan en el aprendizaje y la memoria.

Mayor nivel educativo
Estos resultados están en consonancia con trabajos previos que relacionan en humanos el nivel educativo y de actividad intelectual con una mayor resistencia al alzhéimer. Hay estudios documentados de personas que no muestran los síntomas de la esta patología a pesar de que los análisis post-mortem de sus cerebros reflejaban los signos de la enfermedad. Aprender una lengua nueva se ha relacionado también con una mayor protección frente al alzhéimer. Y estos efectos neuroprotectores tienen lugar desde la infancia, como se deduce del estudio. Lo que llevaría a la interesante idea de fomentar en los más pequeños la práctica de actividades nuevas, distintas de la televisión, y fomentar la relación con sus iguales, para acumular "reserva cognitiva" tan beneficiosa para enfrentarse a patologías del cerebro.


Que la actividad cognitiva junto con el ejercicio es buena en modelos de ratón se conoce desde hace años. La gran novedad del trabajo de Selkoe publicado en Neuron es que revela el mecanismo por el que esto ocurre y su importancia para restaurar la potenciación a largo plazo, implicada en los procesos de memoria y aprendizaje, como explica José Luis Trejo, responsable del grupo de Neurogénesis Adulta del Instituto Cajal (CSIC). Y el conocimiento de este nuevo mecanismo puede también abrir la puerta a la búsqueda de nuevos fármacos.

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