Génova se decanta por una gestora aunque
apunta a Cifuentes para el futuro. Aguirre seguirá como portavoz en el
Ayuntamiento.
P. MONTESINOS SEGUIR A MONTESINOSPABLO
2016-02-14
Esperanza Aguirre asume responsabilidades
políticas, suelta el PP de Madrid y pone en un brete a Mariano Rajoy, incapaz
de dar una respuesta sólida a los presuntos casos de corrupción que afectan a su
formación. "En los últimos días hemos conocido una serie de noticias de
indiscutible trascendencia que habrá que confirmar y calibrar" pero
"la gravedad de esas informaciones me lleva a presentar mi dimisión",
anunció en una comparecencia extraordinaria, con todo el partido en estado de
shock, pasadas las dos de la tarde de este domingo. Sí seguirá como portavoz
del Grupo Popular en el consistorio.
Poco antes de dar la cara ante los medios,
Aguirre se puso en contacto con el presidente para informarle de su decisión,
"absolutamente" personal, que toma tras la última fase de la
operación Púnica. Le llamó pero no le contestó, y se cruzaron unos mensajes.
Finalmente, lograron hablar. "Te entiendo", le contestó Rajoy, en el
marco de una conversación amable. Si bien, la relación entre Aguirre y la
dirección nacional, que ya no era buena, sufrió un revés enorme tras el
registro, el pasado jueves, en la primera planta de la sede nacional.
Entonces, María Dolores de Cospedal puso el
máximo interés en construir un muro infranqueable entre el PP nacional y el de
Madrid. La secretaria general enfatizó que ella cesó como gerente en 2014 al
investigado Beltrán Gutiérrez y que fue Aguirre quien le repescó como
"funcionario de la casa" manteniéndole su despacho en la sede
regional. "Yo no controlo lo que haga el PP de Madrid", sentenció en
13TV. Poco después, dos vicesecretarios, Javier Maroto y Andrea Levy,
solicitaron purgas "caiga quien caiga", aunque no dieron nombres.
En varias ocasiones, Aguirre apeló a su
responsabilidad política para dar el paso atrás. Reiteró que no le consta que
la formación regional se haya financiado de manera irregular, y que en ningún
caso se ha llevado "un duro" que no fuera lícito. Según su relato,
ella jamás estuvo pendiente de las "cuestiones económicas" del PP,
pero admitió que debió estar vigilante, vistas las personas implicadas en las
tramas, como Francisco Granados o Gutiérrez, próximas a ella.
"La corrupción nos está matando. No
llueve sobre mojado sino que es una inundación. La gente quiere gestos y que se
asuman responsabilidades", arguyó Aguirre ante los periodistas. Y de ahí
que, el pasado sábado, tomara la decisión de renunciar, después de que el viernes
compareciera en la comisión de investigación de la Comunidad de Madrid.
Prácticamente nadie sabía de sus planes, y de ahí que el partido convulsionara
cuando se supo que iba a comparecer de forma urgente. "¿Va a dimitir? ¿Qué
es lo que sabes?", llegaron a preguntar los políticos a los informadores.
"Rajoy debe seguir su camino"
Aguirre deja la batuta que le permitía seguir
teniendo un incontestable poder en el partido, y pone en apuros a Rajoy. Así lo
entienden varios cargos consultados por este diario. Le preguntaron si el
presidente debe tomar nota y seguir sus pasos. "El señor Rajoy debe seguir
su camino y nadie mejor que él sabe lo que tiene que hacer" aunque
"no es el tiempo de los personalismos, es el tiempo de los sacrificios y
las cesiones", contestó.
Ya en su día, la líder madrileña propuso
públicamente que Rajoy se hiciera a un lado si con ello logra que Podemos no
entre en la Moncloa. El presidente contestó entonces que el PP en ningún caso
se abstendrá ante una posible alianza del PSOE y Ciudadanos. "Rajoy está
en una situación muy importante para todos", le metió presión este
domingo, pero sin llegar a pedirle públicamente que deje la presidencia del
partido.
Ahora, el PP de Madrid queda descabezado a la
espera de que la dirección nacional tome una decisión. Existen diversas
salidas, tal y como precisó Aguirre. Nombrar una gestora hasta la celebración
de un congreso -retrasado por orden de Rajoy- o convocar una Junta Directiva
regional y elegir, estatutos en manos, a un nuevo líder. Fuentes de la
dirección nacional deslizaron que "seguramente" la solución pasará
por una gestora, pero que será el presidente quién lo decida en el Comité de
Dirección que se celebrará el lunes.
Ya la propia Aguirre avisó de que no pueden
producirse más dedazos, y dio a entender que no vería con buenos ojos que todo
se resolviera en una Junta. Aún más, recordó que tras el batacazo electoral de
mayo, propuso un congreso extraordinario para refundar el partido mediante la
fórmula de "un militante, un voto", pero la dirección nacional le
paró en seco. E insistió: "Creo que la decisión que ahora se adopte será
temporal".
Así las cosas, a falta del aval de Rajoy, la
hoja de ruta sería una gestora de inmediato y un congreso en el que la hoy
presidenta de la Comunidad de Madrid se presente con el apoyo del partido
nacional y regional. "Ya se ha terminado el tiempo de los compromisarios y
los delegados", apretó Aguirre, dando a entender que dará la batalla en
ese sentido. La propia Cifuentes ya afirmó, en una reciente entrevista en Es la
Mañana de Federico, que su plan pasa por democratizar internamente el partido.
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