02/02/2016@12:18:04 GMT+1
Luis María ANSON
Mariano Rajoy no quiere pero la
presión del empresariado español y de instancias internacionales encabezadas
por Angela Merkel y los servicios de inteligencia de Estados Unidos están
despejando una fórmula que se presenta cada día más viable. Ciudadanos
moderaría al PSOE; Sánchez se sentiría satisfecho al alzarse con la
presidencia; el empresariado respiraría tranquilo; Alemania y Estados Unidos se
tranquilizarían, y Mariano Rajoy podría argumentar que hace el sacrificio por
razones de Estado y de gobernabilidad y que seguirá presidiendo el Partido
Popular.
La fórmula camina sobre la cuerda
floja, entre otras razones porque lo que le gustaría a Pedro Sánchez es lo que
él llama el Frente Progresista, es decir, el Frente Popular con la alianza
entre los socialistas y los comunistas de Podemos e Izquierda Unida, ampliada
con los imprescindibles 6 diputados del PNV y contando al menos con la abstención
de ERC. Toda una pirueta política, en fin, sobre la que negocia Pedro Sánchez
desde el 21 de diciembre pasado. Mariano Rajoy queda, en todo caso, relegado
porque sus 123 escaños a favor se enfrentan con los 227 que tiene en contra. Si
la fórmula de la abstención del PP prospera, el Gobierno PSOE-Ciudadanos
duraría lo que el líder de los populares quisiera. Lo podría derribar en el
momento que considerara oportuno para convocar nuevas elecciones.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española
Sánchez pide al Rey que le
proponga candidato y avisa: «Me siento fuerte»
El líder del PSOE se muestra
hermético sobre el anuncio que hará Don Felipe tras las consultas
GABRIEL SANZ - gsanz64@Madrid -
02/02/2016 a las 14:09:12h. - Act. a las 14:09:44h.
Pedro Sánchez propuso este martes
al Rey que le designe candidato a la investidura como presidente del Gobierno y
ha avisado a los barones críticos del PSOE y al resto de partidos: «Si no me
sintiera fuerte, no hubiera dado el paso que he dado hoy».
Prácticamente es lo único que ha
dicho el líder socialista en la multitudinaria rueda de prensa que ha ofrecido
en el Congreso tras la audiencia que ha tenido con Don Felipe en la Zarzuela.
No ha querido desvelar detalles de la misma porque todavía tiene que pasar el
presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.
«Quedan escasas horas», ha
repetido varias veces Sánchez para eludir dar una respuesta a las preguntas de
los informadores. Sí ha dicho que va a hablar «con todos» los partidos
políticos, incluido el PP, «porque representa a siete millones de españoles»,
aunque con esta formación no compartirá gobierno.
El gobierno de Sánchez, si el Rey
le encarga la investidura, será «progresista y reformista», en referencia a que
miraraá hacia Ciudadanos y hacia Podemos, y no buscará el apoyo de los
independentistas catalanes de ERC y el DiL.
«No se puede esperar ni un minuto
más para desbloqeuar esta situación» que vive España, dijo Pedro Sánchez,
motivada por el ejercicio de «escapismo político» que efectuó Rajoy hace dose
semanas deoyendo el encargo del Rey de someterse el primero a una investidura.
Lo que no va a hacer es un
gobierno que suponga «un nuevo frentismo» y advirtió que si no hay gobierno,
nadie podrá acusar al PSOE de no haberlo intentado. «Las elecciones no son la
solución; la solución es que nos dejemos de vetos, que no hablemos de
sillones», insistió Sánchez en respuesta a los dicho por Pablo Iglesias ayer,
reclamando una vicepresidencia y varios ministerios.
«Los españoles no entenderían que
las fuerzas del cambio no se unieran», recalcó el líder socialista, quien envió
un mensaje a los barones de su partido que critican su estrategia y el hecho de
que les ocultara previamente de la consulta a los militantes sobre los pactos
de investidura: «Yo no oculto nada, soy el secretario general».
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