II República:
Antecedentes:
La monarquía parlamentaria de Alfonso
XIII fue acosada desde su inicio:
*.- Los socialistas y los anarquistas
pretendían eliminarla y sustituirla por sus diferentes modos de socialismo.
*.- Los republicanos deseaban implantar
la República.
*.- Los catalanistas (luego también los
nacionalistas vascos) necesitaban la destrucción del sistema de la monarquía
liberal para materializar sus distintos proyectos.
Estas
fuerzas, al principio, fueron minoritarias y actuaron descoordinadas. En 1917
los republicanos, socialistas y catalanistas, con el apoyo de un sector del
ejército, comprobaron que era posible abatir el sistema parlamentario vigente.
Las crisis
de 1917 quedó superada porque los catalanistas (un movimiento esencialmente
burgués) temieron verse desbordados por los colectivos obreristas y porque el
ejército aceptó al poder constitucional ante el evidente peligro de ruptura de
la “unidad de la patria” y de la alteración revolucionaria del orden social.
El
pronunciamiento de Primo de Rivera fue aceptado por los nacionalistas catalanes
(acabaría con el pistolerismo anarquista adueñado de Barcelona) y el PSOE
aceptó colaborar con la dictadura para acabar con esos mismos anarquistas a los
que consideraba peligrosos rivales.
Al terminar
la dictadura, los nacionalistas catalanes y los socialistas eran más fuertes y
estaban convencidos de que podrían aniquilar el sistema si actuaban
adecuadamente. Para ello no articularon una estrategia legalista sino un
entramado golpista que incluyera a sectores concretos de las fuerzas armadas.
La conspiración contó también con los republicanos.
En la
primera mitad de 1930, un grupo de personalidades empezaron a organizarse para
sustituir la monarquía parlamentaria por un sistema republicano.
En el Pacto
de San Sebastián (verano de 1930)[1],
Niceto Alcalá Zamora, Manuel Azaña, Lerroux, Maura, Casares Quiroga, Prieto,
entre otros, concretaron el proyecto. Sus firmantes constituyeron después el
primer gobierno provisional de la República.
Una
fallida proclamación de la República.
La
conspiración republicana actuó desde Madrid en torno al Comité Revolucionario
presidido por Alcalá Zamora. Militares partidarios de la república y
estudiantes de la FUE empezaron también a movilizarse. El movimiento republicano
era minoritario. La suma de afiliados de los sindicatos UGT y CNT apenas
alcanzaba al veinte por ciento de los trabajadores y el PCE, nacido unos años
atrás de una escisión del PSOE, era minúsculo.
Fijaron el
15 de diciembre de 1930 como fecha para implantar la República mediante un
golpe militar.
La fecha fue
adelantada por los oficiales Galán y García Hernández que el día 12 sublevaron
la guarnición de Jaca. El 15 de diciembre, Queipo de Llano y Ramón Franco,
intentaron otra sublevación armada en Cuatro Vientos. Estos dos intentos
fracasaron y los “conspiradores” o se escondieron, huyeron o fueron
encarcelados.
El proceso
conspirativo pudo haberse abortado si el Gobierno hubiera hecho público el
intento fallido de derrocar la monarquía constitucional mediante la violencia
armada de un golpe de estado. Sin embargo, la clase política monárquica optó
por el diálogo con los que deseaban su fin. Que la “posibilidad revolucionaria”
se convirtiera en “realidad” se debió no tanto a la voluntad popular sino a una
curiosa mezcla de miedo y de falta de información.
Elecciones
municipales en abril de 1931.
El 5 de
Abril de 1931, tuvo lugar la primera fase de las elecciones municipales (ni
republicanos ni monárquicos suponían que éstas servirían para cambiar el régimen
político vigente).
Debían
elegirse 81.100 concejales para los 9.259 ayuntamientos de la nación. La Ley
electoral vigente establecía que si en una demarcación sólo se había
presentado una sola candidatura, ésta quedaba electa automáticamente. Por este procedimiento
quedaron elegidos 14.018 concejales monárquicos y 1.832 republicanos.
El 12 de Abril se celebró la segunda
fase de las elecciones en los lugares donde existían varias candidaturas. Como
resultado de las votaciones, salieron elegidos 22.150 concejales monárquicos y
5.775 republicanos
monárquicos
|
republicanos
|
Total
|
|||
5 de abril de 1931
|
14.018
|
88,44%
|
1.832
|
11,56%
|
15.850
|
12 de abril de 1931
|
22.150
|
79,32%
|
5.775
|
20,68%
|
27.925
|
total
|
36.168
|
82,62
|
7.607
|
17,38%
|
43.775
|
A pesar de la derrota de las candidaturas
republicanas, los monárquicos, los miembros del Gobierno y los militares
Sanjurjo y Berenguer, desmoralizados, interpretaron estos resultados como un
desastre al triunfar las candidaturas republicanas en las grandes ciudades.
El Gobierno emitió un comunicado:
«El Consejo de ministros ha examinado el resultado de las elecciones
verificadas ayer. Aunque las elecciones municipales, por su naturaleza, han
sido siempre de carácter administrativo, el Gobierno no desconoce que al ser
las primeras celebradas desde el año 1923, los sucesos acaecidos desde aquella
fecha y el espíritu que a este acto imprimieron las propagandas preparatorias
del mismo les han dado un innegable carácter político.
No se oculta al Gobierno y a su sinceridad demostrada en el periodo
preliminar de la elección, la importancia de no desvirtuar el alcance político
de la resultante de estas elecciones.
La afirmación expresivamente adversa a los partidos monárquicos
pronunciada en muchas de las más importantes ciudades de España, aún cuando se
halle contradicha y superada por el gran número de los que fuera de ellas han
votado, induce al Gobierno a facilitar a Su Majestad el Rey que pueda oir otras
opiniones y resolver con plena autoridad.
Y al propio tiempo le obliga a aconsejar a ésta que en el plazo más
breve posible ofrezca a la voluntad nacional ocasión de pronunciarse más segura
y eficazmente en unas elecciones parlamentarias con todas las garantías legales
para la expresión libre de la conciencia ciudadana».
La decisión del Director General de la Guardia Civil, general Sanjurjo,
en la noche del 12 al 13 de Abril, fue crucial para la proclamación de la II
República.
Éste informó al Gobierno, por telégrafo, que si la gente se rebelaba
contra la monarquía, no daría órdenes para que su rebelión fuese reprimida. Tal
información fue conocida inmediatamente por los republicanos.
Maura y Romanones, de acuerdo con el Rey, anunciaron elecciones a
Cortes, propuesta que fue rechazada por el Comité revolucionario que, además,
exigió la marcha de “Gutiérrez” (nombre despectivo con el que designaban a
Alfonso XIII).
Con el fin de bloquear a posibles disidentes, se produjeron
manifestaciones que fueron presentadas como incontrolables y espontáneas.
“A las nueve, el conde
fue a palacio. Don Alfonso abordó inmediatamente el tema electoral subrayando
la derrota. Aznar (el almirante) intentó echar agua al vino y Don Alfonso le
interrumpió diciendo: “Déjese de consuelos. No los necesito. Sé cuanto debo
saber y mi resolución es inquebrantable. No me olvido que nací Rey y lo soy”, y
enseguida, rectificando la frase: “que lo era. Pero hoy, por encima de todo, no
olvido que soy español. No hay tiempo que perder. Los acontecimientos se
precipitan”.
Y sugirió parlamentar con
Alcalá-Zamora. Luego pasó a la cámara real el ministro opuesto al abandono, La
Cierva, que aconsejó resistir.
El monarca, irritado, le
acusó de no ver más allá de sus narices y de olvidar el largo plazo.
“No puedo
consentir que con actos de fuerza para defenderme se derrame sangre y por eso
me aparto de este país”.
El ministro le replicó: “El
Rey se equivoca si piensa que su alejamiento y pérdida de la Corona evitarán
que se viertan lágrimas y sangre en España. Es lo contrario, señor”. Fue,
sin duda, una de las pocas escenas realmente dramáticas de aquellos días, que
tienen más bien un aire bufo”.
“Sé cuanto debo saber”,
aseguró Alfonso XIII. ¿Sabía que las candidaturas monárquicas habían ganado las
elecciones? ¿O sabía que con aquella pandilla de políticastros monárquicos no
iba a ninguna parte?.
La Cierva, no el rey,
veía más allá de sus narices
Alfonso XIII claudicó y los políticos
constitucionalistas se rindieron a los republicanos.
El 14 de Abril de 1931 fue proclamada la República
en Eibar, Madrid y Barcelona, luego ésta se extendió a toda la Nación. La
familia real abandonó España. Ondeaban banderas tricolores y rojas junto a los
retratos de Pablo Iglesias. Se oían vivas a la República y mueras al rey. Con
la música del Himno de Riego, se cantaba: Si los curas y frailes supieran/la
paliza que se van a llevar/subirían al coro cantando/libertad, libertad,
libertad.
MANIFIESTO DE ALFONSO XIII (ABC, 17-IV-1931)
«AL PAÍS
He aquí el texto del documento que el Rey entregó al presidente del
último Consejo de ministros, capitán general Aznar:
Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo
hoy el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será
definitivo, porque procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el
interés público hasta en las más críticas coyunturas.
Un Rey puede equivocarse, y sin duda erré yo alguna vez, pero sé bien
que nuestra Patria se mostró en todo momento generosa ante las culpas sin
malicia.
Soy el Rey de todos los españoles, y también un español. Hallaría medios
sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con
quienes las combaten. Pero, resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea
lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra civil. No renuncio a
ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulado por la
Historia, de cuya custodia ha de pedirme un día cuenta rigurosa.
Espero a conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia
colectiva, y mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del
Poder Real y me aparto de España, reconociéndola así como única señora de sus
destinos.
También ahora creo cumplir el deber que me dicta mi amor a la Patria.
Pido a Dios que tan hondo como yo lo sientan y lo cumplan los demás españoles.»
SINTESIS:
Evolución política de la II República desde su
proclamación hasta 1933.
*.- En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 triunfaron los
republicanos en las grandes ciudades (45 de las 50 capitales de provincia) y en
las zonas industriales.
*.- Alfonso XIII, aconsejado por sus ministros, abandonó España y marchó
al exilio.
*.- El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República española en
medio del entusiasmo general, sin violencia.
*.- Se formó un Gobierno
Provisional
presidido por Niceto Alcalá Zamora con personalidades de los partidos del Pacto
de San Sebastián.
*.- El 28 de junio de 1931 se convocaron elecciones generales a Cortes
Constituyentes[vi][6].
Concurrieron muchos partidos. La izquierda obtuvo 279 escaños frente al centro
(119) y la derecha (41).
*.- Los partidos de izquierda más votados fueron el PSOE y Acción
Republicana (más tarde llamado Izquierda Republicana) liderado por Manuel
Azaña, un partido progresista de intelectuales y profesionales urbanos
partidario de modernizar y democratizar España con reformas efectuadas sin
violencia.
*.- Las Cortes aprobaron en diciembre la Constitución de 1931. Definía a
España como "una república democrática de trabajadores de todas clases que
se organiza en régimen de libertad y justicia" y como un Estado único,
pero con autonomía de las regiones; las Cortes unicamerales eran elegidas por
sufragio universal (por primera vez con derecho a voto de la mujer). El Estado
se declaraba laico, separándose Estado e Iglesia.
*.- Un gobierno de coalición republicano-socialista presidido por Azaña,
emprendió un programa de profundas reformas (Bienio reformista) para solucionar
los graves problemas heredados.
*.- En la presidencia de la República el católico Alcalá Zamora.
La II República ante los
principales problemas de España: las reformas políticas sociales y económicas.
La II República significó inicialmente un intento de profunda renovación
política, económica, social y cultural, que debería llevarse a cabo en el marco
de un nuevo régimen constitucional.
En esta tentativa estuvieron unidos durante una primera etapa diversos
grupos políticos representativos de la clase media y de la clase obrera, los
cuales fracasaron pronto pues la empresa reformista se vio rebasada y
contrarrestada en un doble plano por:
*.- las corrientes revolucionarias de base proletaria
*.- determinadas fuerzas sociales conservadoras que se oponían a la
proyectada reestructuración socioeconómica y a la ideología laicista de los
creadores de la República.
La II República contó con cinco años tormentosos (1931-1936) y una
larga muerte de tres (1936-1939).
La II República nació en plena depresión económica, consecuencia de la
Crisis de 1929 y cuyas consecuencias llegaron con toda crudeza a España cuando
ésta empezaba a perder su condición tradicional de país netamente agrario,
contribuyendo a agravar los problemas propios derivados de su escaso desarrollo
industrial y que tradujeron en una caótica situación laboral.
A mediados de 1932 España tenía alrededor de medio millón de parados, de
los cuales la mitad eran trabajadores del campo. A finales de 1933 los parados
superaron los 600.000 (de los que un 60% pertenecían al sector agrario, también
eran numerosos los mineros y trabajadores de la siderurgia). Los parados en
1936 llegaron a los 700.000.
Ante tal situación se produjo un correlativo crecimiento de las grandes
centrales sindicales (UGT y CNT), llegando a contabilizar un millón de
afiliados cada una. Esta importante fuerza obrerista reclamaba profundas
transformaciones socioeconómicas, especialmente en el campo, suscitando la
oposición de otros elementos sociales y estableciendo un progresivo
distanciamiento que provocó enfrentamientos..
A lo anterior se unió un factor político internacional: la creciente
tensión política europea originada por la extensión del fascismo en Alemania e
Italia enfrentado a las democracias occidentales (especialmente representadas
por Francia e Inglaterra) y el totalitarismo stalinista en Rusia..
LA REPÚBLICA RENOVADORA:
BIENIO IZQUIERDISTA (1931-1933).
Gobierno Provisional presidido por un exmonárquico liberal (Niceto Alcalá Zamora) y en el
que estuvieron representados todos los partidos que habían suscrito el Pacto de
San Sebastián:
*.- Republicanos conservadores (Alcalá Zamora y Maura)
*.- Radicales (Alejandro Lerroux).
*.- Radical socialistas (Marcelino Domingo)
*.- Nueva izquierda republicana (Manuel Azaña)
*.- Socialistas y líderes sindicales (Largo Caballero e Indalecio
Prieto)
*.- Intelectuales (Fernando de los Ríos)
*.- Autonomistas catalanes (Nicolás d’Olwer)
Durante los seis meses del Gobierno provisional se
inició la legislación reformista:
*.- Decreto de “laboreo forzoso” que obligaba a los terratenientes a
cultivar sus tierras so pena de ceder su explotación a entidades campesinas.
*.- Importantes medidas sobre la enseñanza.
*.- Aunque tuvo que hacer frente a los catalanistas seguidores de
Maciá que, fuera de la legalidad, proclamaron el Estado Catalán sin esperar a
la legislación parlamentaria de la autonomía; a los incendiarios de conventos
en Madrid y otras ciudades, a las importantes huelgas convocadas por los
anarquistas y a la conflictividad agraria (especialmente intensa en Andalucía).
Las elecciones a Cortes Constituyentes (junio de 1931) significaron un
claro triunfo de la conjunción republicano-socialista. Las derechas,
desconcertadas, quedaron fragmentadas en pequeñas minorías. Los anarquistas, a
pesar de su abstencionismo político, parecieron acoger en un principio
favorablemente al nuevo régimen republicano.
El 28 de junio de 1931 se celebraron elecciones, la participación superó
el 70%. El sistema electoral, que primaba las mayorías, se tradujo en un
triunfo del Gobierno provisional. Las elecciones dieron la mayoría de los
escaños a los socialistas y republicanos, los partidos que pertenecían a la
izquierda y al centro. Manuel Azaña, fue elegido nuevo jefe de gobierno.
formaciones centro-izq.
|
esc.
|
formaciones centro-der.
|
esc
|
psoe
|
117
|
partido radical
|
93
|
p. r. radical-socialista
|
59
|
partidos monárquicos
|
36
|
esquerra catalana
|
32
|
p. republicano conservador
|
27
|
acción republicana
|
27
|
partido agrario
|
26
|
orga (nacionalistas gallegos)
|
16
|
vasconavarros
|
14
|
agrup. al servicio de la
republica.
|
14
|
lliga regionalista
|
3
|
federales
|
14
|
otros partidos centro-der.
|
6
|
Proclamación de la Constitución
de 1931, que había sido largamente discutida en las Cortes
Constituyentes, investidas con carácter exclusivo de la soberanía nacional.
España quedó constituida en una “República democrática de trabajadores”.
El poder legislativo lo ejercía una sola Cámara parlamentaria.
*.- Se reconocía el derecho de voto a la mujer.
*.- Posibilitaba la “la expropiación forzosa por causa de utilidad
social, mediante adecuada indemnización”.
*.- Se concedía la autonomía a las regiones que lo deseasen.
*.- Se consagraba la separación entre Iglesia y Estado.
*.- La tendencia laicista se concretó en la supresión de los Jesuitas y
la secularización de la enseñanza).
Alcalá Zamora fue
elegido Presidente de la República por todos los grupos políticos que formaban
el Gobierno. Manuel Azaña recibió el encargo de formar un nuevo Gobierno (ya
constitucional).
GOBIERNO DE AZAÑA-PSOE Y EL PROGRAMA IZQUIERDISTA:
Manuel Azaña (perteneciente a la
izquierda republicana burguesa) gobernó durante los dos primeros años de la
República, en alianza con la primera fuerza parlamentaria (los socialistas) e
incorporó a su gobierno a representantes de Acción Republicana y de los
Radical-socialistas y de los regionalistas catalanes y gallegos. El partido
radical de Lerroux (incompatible con los socialistas) quedó fuera del Gobierno,
en oposición moderada de centro.
Este Gobierno se propuso llevar
adelante un ambicioso programa izquierdista de renovación socioeconómica y
cultural.
El problema social
El problema social giró en torno a los dos grandes sindicatos
(anarquista y socialista).
El movimiento
anarquista constituyó la oposición mas violenta a la República. En el resto de
Europa el anarquismo, como fenómeno de masas, había desaparecido después de la
I guerra mundial. En España siguió creciendo, especialmente en Andalucía y
Cataluña agrupado en torno a una organización anarcosindicalista, la
Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que ya en 1920 tenia 700.000
militantes. Su objetivo final era la total emancipación de los trabajadores, su
instrumento, la huelga revolucionaria.
Los anarquistas se oponían a la Republica por principios, rechazaban
cualquier tipo de gobierno y luchaban por una sociedad libre e igualitaria, sin
dios, sin amos y sin propiedad privada.
Dentro del anarquismo, sin embargo, existían diversas corrientes que lo
dividían:
*.- Los puristas sólo se conformaban con una revolución social completa.
Entre los puristas más radicalizados, algunos lideres (como Buenaventura
Durruti y Francisco Ascaso), se unieron a la FAI (Federación Anarquista
Ibérica), fundada en 1927 y cuyo objetivo era la oposición al revisionismo
anarquista.
*.- Los moderados, con Angel Pestaña y Juan Peiró al frente, aunque
seguían los mismo objetivos creían que era necesario obtener de inmediato algunas
concesiones del Gobierno que mejoraran la condición de los obreros.
El movimiento socialista obtuvo un fuerte impulso durante los años de la
I Guerra Mundial. En 1920, su sindicato, la UGT (Unión General de Trabajadores)
tenía 200.000 miembros. La UGT no fue ilegalizada durante la Dictadura de Primo
de Rivera. Su principal dirigente, Francisco Largo Caballero, fue Ministro de
Trabajo durante el primer gobierno de la República.
El problema militar
El Ejército se mostró alarmado con algunas reformas republicanas:
Consideraban amenazada
la unidad de la nación
Algunas de las reformas para modernizar el ejército se vieron con
desconfianza. La llamada “Ley Azaña” admitía el retiro, con el sueldo íntegro,
de todos los generales y oficiales que no quisieran prestar juramento de
fidelidad a la República.
El 10 de agosto de 1932 el general José Sanjurjo, que había declarado su
lealtad al nuevo gobierno en 1931, se levantó contra la República en Sevilla.
El golpe fracasó pero evidenció el creciente descontento militar.
Reforma militar:
Se pretendía someter el ejército a
la autoridad civil y aumentar su eficiencia reduciendo su oficialidad.
Ya iniciada por Azaña en el
Gobierno provisional, en cuanto ministro de la Guerra, centrada en la reducción
del excesivo número de oficiales (facilitándoles el retiro voluntario se
pretendía alejar también del ejército a los militares no simpatizantes con el
nuevo régimen político). Se suprimió también la ley de jurisdicciones
especiales. Se encargó del orden público a la recien creada Guardia de Asalto
(adicta a la República)
El problema Religioso:
Se eliminaba la subvención al clero,
la religión en las escuelas, se prohibía a las órdenes religiosas ejercer la
enseñanza, se reconocía el matrimonio civil y el divorcio y se disolvía la
Compañía de Jesús . El gobierno no supo atajar la violencia anticlerical que
estalló en mayo de 1931 en Madrid y otras ciudades. Muchos católicos
identificaron República con ataque a la Iglesia y a sus creencias religiosas.
Los republicanos y socialistas en el gobierno pretendían reducir el
poder de la Iglesia, como aliada del poder y defensora del inmovilismo.
En el otoño de 1931 las Cortes prepararon un anteproyecto de
Constitución que pretendía acabar con el enorme poder de la Iglesia. El artículo
26 separaba Iglesia y Estado. El 13 de octubre de 1931, Manuel Azaña declaró
que: “España ha dejado de ser católica”, ya no era un país de corte clerical.
Las cláusulas
anticlericales de la nueva Constitución se debatieron agriamente en las Cortes
y, por la mayoría republicano-socialista, todas salieron adelante. La
Constitución se promulgó en diciembre de 1931.
A lo largo de 1932 y
1933 la República promulgó leyes destinadas a acabar con la influencia de la
Iglesia en la sociedad:
*.- Disolución de la Compañía de Jesús y confiscación de sus bienes.
*.- Matrimonio civil, divorcio y secularización de cementerios.
*.- Ley de Congregaciones
religiosas.
*.- Prohibición de la
enseñanza a las órdenes religiosas (se pretendía un moderno sistema de
enseñanza laica. Los proyectos iniciales se vieron frenados por falta de
presupuestos. En dos años se crearon más de 13.000 nuevas escuelas. Hubiera
sido más prudente que la República no hubiera atacado a las órdenes religiosas,
que ya disponían de buenos colegios. El cierre de los mismos planteó graves
problemas de ubicación de nuevos alumnos.
El problema regional
Se concedió a Cataluña en 1932 el
Estatuto de Autonomía: un Gobierno autónomo, la Generalitat, tenía competencias
en cultura, obras públicas y orden público. En el País Vasco el proyecto de
Estatuto elaborado por el Partido Nacionalista Vasco y los carlistas, fue
rechazado por tradicionalista y poco democrático. No habrá Estatuto de
Autonomía hasta el comienzo de la guerra civil.
La proclamación de la República impulsó a los movimientos nacionalistas.
La nueva Constitución republicana mencionaba la posibilidad de conceder la
autonomía a aquellas regiones que lo solicitasen.
Ante las demandas del catalanismo político, la República autorizó un
plebiscito en Cataluña para el establecimiento de su Estatuto de Autonomía
(592.961 votos a favor y 3.276 en contra). En el verano de 1932, el Estatuto
Catalán se convirtió en ley y se constituyó la Generalitat. El catalán y el
castellano serían las lenguas oficiales.
En el País Vasco, la profunda confesionalidad del PNV chocó con un
gobierno republicano de corte anticlerical. La promulgación de su Estatuto se
pospuso hasta octubre de 1936, en plena guerra civil.
También se iniciaron otros procesos, inconclusos, de autonomía en
Galicia, Valencia e incluso en diversas provincias castellanas.
La reforma educativa: La escuela primaria era obligatoria, gratuita, laica y mixta. Se
incrementó en un 50% el dinero destinado a educación, construyéndose más de
10.000 escuelas y se crearon 7000 mil puestos de maestros, mejor pagados. El
programa de "Misiones Pedagógicas"
llevó la cultura a regiones rurales atrasadas.
El problema agrario.
En septiembre de 1932 se aprobó la Ley de Reforma Agraria, con oposición
de la derecha, representante de los terratenientes. Se buscaba acabar con el
latifundismo, el absentismo y la miseria de 2 millones de jornaleros .
Se expropian sin indemnización las tierras a los Grandes de España
y se declaran expropiables con indemnización los latifundios mal cultivados o
sistemáticamente arrendados. Las tierras serían entregadas a los campesinos.
Se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA). El ritmo de la reforma
fue muy lento y sus resultados escasos (en 1934 sólo se habían realizado 8000
asentamientos). Los campesinos se sintieron decepcionados con la República,
inclinándose hacia posturas revolucionarias anarquistas (sucesos de Casas
Viejas). Por otro lado los terratenientes se mostraron claramente hostiles.
El problema agrario era uno de los más complicados, la agricultura en
los años 30 era el principal sector de la economía del país. Los trabajadores
del campo esperaban que reformas drásticas e inmediatas. Andalucía era una
región de profundos contrastes sociales y económicos, de latifundios y terratenientes,
con más de 700.000 jornaleros que vivían en la miseria.
Las tensiones en la España rural representaron una amenaza para la
República. La reforma agraria de 1932, una ley complicada y cautelosa, solo
sirvió para desilusionar a muchos jornaleros e irritar a los terratenientes.
Los jornaleros querían apoderarse de las tierras que la República dudaba
en entregarles. Pronto se comprobó que la reforma era prácticamente imposible,
al menos en un corto espacio de tiempo.
Para ella se creó un Instituto de Reforma Agraria, frente al Proyecto de
asentar anualmente en nuevas tierras a 60.000 campesinos, después de dos años
de actuación sólo 12.000 estaban en tal situación.
Entre los propietarios y terratenientes cundió la alarma, entre los
campesinos la desilusión por la lentitud de la Reforma Agraria. La violencia
revolucionaria se manifestó en Castilblanco, Arnedo y Casas Viejas.
En Castilblanco (Badajoz) estalló una huelga general el 31 de diciembre
de 1931. Al intentar disolverla, los campesinos reaccionaron violentamente
matando a cuatro guardias civiles. En Arnedo (La Rioja), murieron siete
trabajadores y quedaron heridos treinta más al disolverse a disparos de la
Guardia Civil la manifestación que se celebraba ante el Ayuntamiento del
pueblo. Fue destituído el director general de la Guardia Civil, el general
Sanjurjo.
A principios de 1933, en Casas Viejas (Cádiz), los campesinos,
después de declarar el comunismo libertario, asaltaron el cuartel de la Guardia
Civil, asesinando a varios de guardias. La llegada de refuerzos permitió
reprimir el levantamiento, las autoridades republicanas fueron acusadas de
haber organizado una matanza.
COMENTARIO: EL PROBLEMA AGRARIO
«El nuevo régimen se instauró sin causar víctimas ni
daños. Una alegría desbordante inundó el país. La República venía realmente a
dar forma a las aspiraciones que desde los comienzos del siglo trabajaban el
espíritu público, a satisfacer las exigencias más urgentes del pueblo.
La sociedad española ofrecía los
contrastes más violentos. En ciertos núcleos urbanos, un nivel de vida alto,
adaptado a todos los usos de la civilización contemporánea, y a los pocos
kilómetros, aldeas que aparecen detenidas en el siglo XIV. Casi a la vista de
los palacios de Madrid, los albergues miserables de la montaña.
Provincias del noroeste donde la
tierra está desmenuzada en pedacitos, que no bastan para mantener al
cultivador; provincias del sur y oeste, donde el propietario de 14.000
hectáreas detenta en una sola mano todo el territorio de un pueblo.
La República, como era su deber,
acentuó la acción del Estado. Acción inaplazable en cuanto a los obreros
campesinos. El paro que afectaba a todas las industrias españolas, era enorme,
crónico, en la explotación de la tierra.
Cuantos conocen algo de la economía
española saben que la explotación lucrativa de las grandes propiedades rurales
se basaba en los jornales mínimos y en el paro periódico durante cuatro o cinco
meses del año, en los cuales el bracero campesino no trabaja ni come. Con
socialistas ni sin socialistas, ningún régimen que atienda al deber de procurar
a sus súbditos unas condiciones de vida medianamente humanas, podía dejar las
cosas en la situación que las halló la República.»
Manuel Azaña: Causas de la guerra de
España, 1939.
Gran empresa que pretendió atacar
el mayor defecto estructural de la Nación (desaparición del latifundio y del
absentismo y proporcionar tierra suficiente a los campesinos desprovistos de
ella).
La Ley de Bases para la Reforma Agraria se discutió en las
Cortes en la primavera de 1932 y afectaba a grandes zonas latifundistas
(Andalucía, Extremadura, Ciudad Real, Toledo, Albacete, Salamanca).
Se señalaron las fincas que debían
ser expropiadas por no ser explotadas directamente por sus dueños o por
pertenecer a Grandes de España (cuyos títulos habían sido abolidos) a fin de
entregarlas a familias y colectividades campesinas.
Las expropiaciones (salvo en las
tierras de los ex Grandes) conllevaban la indemnización a sus propietarios.
Por la magnitud de la empresa,
esta Reforma Agraria adoptó un ritmo muy lento.
El fracaso del gobierno Azaña hizo posible que tras las elecciones de
noviembre de 1933 la República, proclamada por una base social-izquierdista,
girara a la derecha. Se debió a la disconformidad con la labor realizada por la
República, promoviendo un amplio abstencionismo electoral de izquierdas.
Muchas de las medidas del gobierno social-azañista fueron emprendidas
con poco tacto político y atacaron los intereses y sentimientos de amplios
sectores sociales. La inquietud ante la política laicista y autonómica del
gobierno reforzó algunas tesis conservadoras.
Se produjo el pronunciamiento de Sanjurjo en Sevilla el 10 de
agosto de 1932).
La organización para la lucha legal a la que se entregaron católicos
derechistas encuadrados a partir de 1932 en Acción Popular.
Gil Robles, acatando la legalidad republicana, contribuyó a la
constitución una fuerza política más extensa que Acción Popular y que se
denominó a partir de marzo de 1933 Confederación Española de Derechas Autónomas
(C.E.D.A). Un amplio partido de derechas con estructura federal que integró
diversos grupos regionales, pero con una dirección centralizada en la persona
del propio Gil Robles que trazó un programa de rectificación de las medidas
reformistas de la izquierda (especialmente las que afectaban a los temas
religiosos y a la reorientación de la reforma agraria), esta última en acuerdo
con la Confederación Patronal Agraria formada en marzo de 1933.
Acto de constitución de la
Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) Anoche se constituyó, entre
vítores de entusiasmo, la Confederación Española de Derechas Autónomas (...)
(...) Gil Robles, en las palabras finales, decía: (…) "Debemos
felicitarnos de los trabajos, de la misma diversidad de tendencias manifestadas,
(…) Me limito (…) a declarar solemnemente que ha quedado constituida la CEDA,
que ha de ser el núcleo derechista que salve a la Patria, hoy en peligro".
(...) Al discutirse, por la tarde,
(…) el Estatuto de la CEDA, se admitieron como coincidencias fundamentales de
los partidos que la integran (…) las siguientes, debidas a la iniciativa de la
Derecha Regional valenciana:
a) Afirmación y defensa de los
principios fundamentales de la civilización cristiana.
b) Necesidad de una revisión
constitucional de acuerdo con dichos principios.
c) Aceptación, como táctica para
toda su actuación política, de las normas dadas por el Episcopado a los
católicos españoles en su declaración colectiva de diciembre de 1931.(...) El
Debate, 5 de marzo de 1933.
El gobierno Azaña
también tuvo que enfrentarse con graves alteraciones sociales promovidas por
los anarquistas, especialmente en el ámbito rural (1931, enfrentamientos entre
guardias civiles y huelguistas en Castilblanco y Arnedo, 1932 insurrección
anarquista de la cuenca industrial del Llobregat, llegándose a aplicar la “Ley
de la Defensa de la República”. 1933 nueva tentativa revolucionaria de la CNT
en Cataluña y Valencia y el episodio de Casas Viejas).
Las elecciones
municipales provocaron la caída de Azaña (debilitado por el enfrentamiento
entre socialistas y radical-socialistas).
Le sucedieron otros
dos gobiernos dirigidos por los jefes del partido radical (Lerroux y Martínez
Barrio) que representaban el centro republicano y cuya misión era la de
disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones.
Estas elecciones se
celebraron en noviembre de 1933 y supusieron un giro a la derecha: la CEDA y
los grupos monárquicos se impusieron claramente a las izquierdas, fue
importante la abstención anarquista de la CNT.
En 1931 las candidaturas moderadas habían sido barridas por su falta de
unidad en un sistema electoral que primaba las coaliciones. La CEDA
(Confederación Española de Derechas Autónomas) fue el primer partido católico
de masas en España, liderado por José María Gil Robles.
La izquierda se lanzó a la campaña en defensa de las realizaciones de su
gobierno, pero, como ya en 1931 le había ocurrido a la derecha, esta vez
acudían desunidas.
Los resultados de las nuevas elecciones:
formaciones centro-izq.
|
esc.
|
formaciones centro-der.
|
esc
|
psoe
|
58
|
ceda
|
113
|
esquerra catalana
|
23
|
partido radical
|
80
|
izquierda republicana
|
7
|
partido agrario
|
39
|
partido radical-socialista
|
3
|
partidos monárquicos
|
32
|
federales
|
2
|
lliga regionalista
|
24
|
partido comunista
|
1
|
falange española
|
2
|
otros partidos centro-izq.
|
6
|
otros partidos centro-der.
|
96
|
La CEDA se convirtió en el principal partido de las Cortes y Gil Robles
en el líder de la España conservadora. La aparición en dicha cámara de dos
representantes falangistas y un comunista fue la primera advertencia de que la
sociedad española estaba entrando en una espiral de radicalización.
BIENIO DERECHISTA (1934-1936). FRACTURA Y
ENFRENTAMIENTO SOCIAL:
Principales cambios
políticos que introdujo la CEDA a su llegada al poder.
La CEDA, partido más votado en las elecciones de noviembre de 1933 (115
escaños), gobernó en coalición con el centrista Partido Radical de Lerroux (102
escaños).
La abstención de las masas anarquistas y el voto de las mujeres explican
en parte estos resultados. El bienio radical-cedista, de inestabilidad
gubernamental, realizó una política contrarreformista y reaccionaria (
"bienio negro").
Principales medidas:
*.- Ley de Amnistía para todos los sublevados en el fallido golpe de
Sanjurjo.
*.- Se deroga la Ley de Congregaciones y aprueba un presupuesto para el
clero.
*.- Revisión de la reforma agraria, anulando las expropiaciones,
incrementando las indemnizaciones y recortando el presupuesto para su
aplicación.
*.- Se declaró inconstitucional la Ley de Contratos de Cultivo aprobada
por la Generalitat de Cataluña, que beneficiaba a los arrendatarios y se
suspendió el Estatuto catalán tras los sucesos de 1934; el Estatuto vasco no se
aprobó.
El freno a las reformas provocó un aumento de la agitación social. En octubre
de 1934 tres ministros de la CEDA entraron en el gobierno; la izquierda creyó
que Gil Robles deseaba eliminar a la República por medios legales (que Gil
Robles siguiera el ejemplo de Hitler en Alemania y Döllfuss en Austria y
decidió recurrir a la fuerza para evitarlo).
Los socialistas convocaron una huelga general para el 5 de octubre que
fracasó
excepto en Asturias,
donde la Alianza Obrera de socialistas, comunistas y anarquistas tomó el poder
y desencadenó una revolución social y en Cataluña, donde Companys proclamó el
Estado Catalán dentro de la República Federal Española.
Gil Robles asumió la cartera de Guerra. El desprestigio de los
lerrouxistas por el escándalo del estraperlo hizo caer
al gobierno.
Gil Robles quiso ser presidente del gobierno pero Alcalá Zamora, que
temía tanto una dictadura de derechas como una revolución de izquierdas, eligió
a un centrista (Portela Valladares) que disolvió el Parlamento y convocó
elecciones en febrero de 1936.
La agudización de la tensión social y política (1933) pareció condenar
al fracaso el reformismo por vías constitucionales. Se dobló el número de
huelgas respecto al año anterior (incrementándose especialmente en los obreros
del campo, de la construcción y de las minas). La conflictividad obrerista
chocó frontalmente con las posiciones igualmente endurecida de las
organizaciones patronales.
La combatitividad de las organizaciones sindicales se daba tanto en la
CNT (en la que se impuso la tendencia revolucionaria de la FAI) como en la UGT,
en la que tenían mucho peso e influencia en los jefes socialistas su Federación
Nacional de Trabajadores de la Tierra y que provocó una radicalización del
sector directivo del PSOE (Largo Caballero) que llegó a propugnar el fin de la
colaboración con los grupos republicanos y la formación de un frente obrero con
los anarquistas y con el pequeño partido comunista (que también se incrementó
por la radicalización general y progresiva en contra de los partidos
burgueses).
En esta decisiva ruptura social influyó en cierto grado la imposición de
los regímenes totalitarios en Europa (subida al poder de Hitler en 1933 en
Alemania y la consiguiente persecución de los socialistas que atemorizó a los
partidos de izquierdas y radicalizó a algunos sectores derechistas).
En 1933 se formó Falange Española, de José Antonio Primo de Rivera,
fusionada en 1934 con las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista de Onésimo
Redondo y Ramiro Ledesma. FET y de las JONS pretendió superar tanto el marxismo
como el capitalismo a través de un nacionalismo exaltado y la realización de
radicales transformaciones: (Estado corporativista, nacionalización de la
banca, reforma agraria) pero situándose más a la derecha del Bloque Nacional de
José Calvo Sotelo.
En las nuevas
Cortes los partidos mayoritarios eran los republicano-radicales y la CEDA.
Lerroux (evolucionado hacia posturas conservadoras) llegó al acuerdo con la
CEDA (con la escisión de grupo radical de Martínez Barrio).
Con este apoyo radical, el partido de Gil Robles inició su programa
recitificador:
*.- revisión
constitucional en sentido bicameralista.
*.- supresión de las leyes anticlericales.
*.- reforma de la reforma agraria.
*.- reducción de las socializaciones y de las autonomías regionales.
El Gobierno
de Lerroux (que evitaba la reacción de las izquierdas si la CEDA llegaba al
Gobierno) tuvo que hacer frente:
*.- a una
insurrección anarquista (diciembre de 1933).
*.- verano de
1934, una violenta y extensa huelga agraria en Andalucía, Extremadura, Castilla
la Nueva y Valencia.
*.- a la actitud cada vez más hostil del resto de la izquierda (que
acogió mal el resultado electoral). La izquierda acusaba a Gil Robles de
preparar una dictadura fascista, y los nacionalistas catalanes (dirigidos por
Luis Companys, tras la muerte de Maciá) recelaban de su antiautonomismo.
En el partido socialista (en el que se había impuesto el grupo liderado
por Largo Caballero) se preparó un amplio movimiento revolucionario (octubre de
1934). Se alegó la entrada de tres ministros cedistas en el gobierno de
Lerroux.
A la sublevación del obrerismo socialista no se unió la directiva
nacional de la CNT pero sí lo hizo la Generalitat (proclamando el Estado
Catalán).
En Asturias se produjo una verdadera revolución social en su cuenca
minera en la que actuaron unidas todas las organizaciones sindicales. Se hizo
necesaria toda una campaña militar con tropas de Marruecos para terminar con la
violenta rebelión (más de 1.000 muertos y una dura represión posterior).
La nueva Ley Agraria de 1935 anuló todas las posibilidades de la reforma
de 1932.
El escándalo del estraperlo rompió el acuerdo entre radicales y
cedistas. El Presidente de la República (Niceto Alcalá Zamora) que temía tanto
la posibilidad de una dictadura de derechas como una revolución de izquierdas,
encargó a Portela Valladares (centrista) que formara un gobierno con la misión
de disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.
FRENTE POPULAR:
A finales de 1935 empezó a gestarse una gran coalición de partidos de
izquierdas para las elecciones de febrero de 1936 (Frente Popular).
El pacto entre republicanos y socialistas se presentó como reformista,
para la derecha era revolucionario (el Frente Nacional o de Orden se creó para
oponerlo al Frente Popular).
La larga campaña electoral tuvo lugar entre el 4 de enero y el 16 de
febrero de 1936.
La unidad de las izquierdas quedó plasmada en el Frente Popular, la
coalición izquierdista formada ante las elecciones de 1936 propuesta por el
Partido Comunista.
Los anarquistas, aunque no entraron a formar parte del Frente Popular
por negarse ideológicamente a colaborar con un sistema democrático, apoyaron
las candidaturas para la liberación de los presos políticos.
El Frente Nacional o de Orden, liderado por la CEDA de Gil Robles, lanzó
una agresiva campaña electoral presentándose como la última y única alternativa
de defensa ante una inevitable revolución bolchevique. Dentro de esta coalición
quedó fuera la Falange.
Entre estas dos formaciones se contaban los diferentes partidos de
centro (el Partido Radical de Lerroux, la Lliga, los progresistas de Alcalá
Zamora y el nuevo Partido del Centro de Manuel Portela Valladares, así como el
PNV que aún dudaba en unirse más claramente con derechas o izquierdas.
España acudió a las urnas el 16 de febrero, los resultados se dieron a
conocer el 20 de febrero.
Electores
|
13.553.710
|
|
Votantes
|
9.683.335
|
71,4%
|
Frente Popular
|
4.654.116
|
34,3%
|
Frente Nacional
|
4.503.505
|
33,2%
|
Centro y vascos
|
525.714
|
5,4%
|
Es imposible dar
cifras de votos por partidos puesto que los electores votaron a alianzas y no a
partidos aislados. Pero las principales formaciones se repartieron los escaños
de la siguiente manera:
formaciones centro-izq.
|
esc
|
formaciones centro-der.
|
esc
|
psoe
|
88
|
ceda
|
101
|
izquierda republicana
|
79
|
partido del centro
|
21
|
unión republicana
|
34
|
comunión tradicionalista
|
15
|
esquerra catalana
|
22
|
renovación española
|
13
|
partido comunista |
14
|
lliga regionalista
|
12
|
acció catalana
|
5
|
partido agrario
|
11
|
orga (nacionalistas gallegos)
|
3
|
partido radical
|
9
|
otros partidos centro-izq.
|
18
|
otros partidos centro-der.
|
28
|
Vistos los resultados, una multitud se dirigió al Ministerio de la
Gobernación en Madrid con una única palabra: ¡Amnistía!. Un partido, por encima
de todos, había experimentado un mayor crecimiento, el Partido Comunista de España,
(nacido tras una escisión del PSOE en 1920) que al proclamarse la
República contaba con 3.000 militantes.
En 1933 obtuvo su primer representante en Cortes, ahora había obtenido
14.
En Oviedo, una de sus principales dirigentes, diputado por Asturias,
Dolores Ubárruri “La Pasionaria” abrió las cárceles donde se alojaban gran
parte de los revolucionarios de 1934.
Los socialistas se negaron a formar parte del nuevo gobierno,
simplemente lo apoyaron débilmente. Los republicanos quedaron atrapados entre
el pánico de los conservadores y las nuevas esperanzas de la clase trabajadora.
Las huelgas y las invasiones de tierra aumentaron, los conflictos
sociales y laborales amenazaban más que nunca el orden constitucional.
Desde la derecha Gil Robles cayó en desgracia y las esperanzas de la
España conservadora se centraron en un nuevo y carismático líder, José Calvo
Sotelo.
Para un número creciente de partidarios de la derecha, y tal y como
había ocurrido antes con la izquierda, el juego parlamentario había resultado
un doloroso desengaño. La creciente polarización de la sociedad española se
reflejó primero en su juventud. Unos 15.000 militantes de las juventudes de la
CEDA abandonaron el partido y se unieron a un movimiento más combativo, la
Falange, fundada por José Antonio Primo de Rivera en 1933.
En 1934, junto a Ramiro Ledesma Ramos y Onésimo Redondo, fundadores de
las JONS (Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas) había negociado su fusión
con la Falange. El nuevo partido, Falange Española y de las JONS, empezó a
existir el 13 de febrero de 1934 adoptando el símbolo del yugo y las flechas.
Sin embargo, la Falange fue siempre un partido minoritario hasta el extremo de
que al concurrir en solitario a las elecciones de 1936 se quedó fuera del juego
parlamentario sin obtener ni un solo escaño. Debido a ello en marzo de 1936,
ante la creciente espiral de violencia impulsada por la Falange, José Antonio,
privado de inmunidad parlamentaria, fue detenido y las oficinas de Falange
clausuradas. Aún así la violencia callejera y los crímenes políticos siguieron
en aumento tanto por parte de la izquierda como de la derecha.
Tras el fracaso de la sublevación los aparatos del Estado quedaron
dislocados y el poder del gobierno republicano fue meramente nominal. Esto hizo
posible la aplicación, por parte de las fuerzas sociales de izquierdas, de
diversas medidas revolucionarias y represoras al amparo del vacío de poder. Por
contra, en la zona dominada por los sublevados, la represión de dichas medidas
y de aquellos que las seguían se convirtió en el objetivo prioritario. En esta
sección describiremos los principales procesos revolucionarios y
contrarrevolucionarios acaecidos durante los primeros y desenfrenados días de
la guerra civil.
En las
elecciones de febrero de 1936, las izquierdas acudieron unidas en un Frente
Popular (que los socialistas consideraban como mera alianza electoral) mientras
que las derechas se presentaron desunidas y sin ningún acuerdo con el centro
político.
Hundido el republicanismo radical (que orientó el voto centrista hacia
la izquierda) y la participación electoral de las fuerzas anarcosindicalistas)
los resultados fueron de triunfo la izquierda (34,3%) frente al 33,2% de la
derecha.
El gran fracaso fue de los partidos de centro que, unidos a los nacionalistas
vascos, sólo obtuvieron un 5,4%. En los escaños fue más holgado el triunfo
El PSOE obtuvo 90
escaños, 80 Izquierda Republicana (nuevo partido de Azaña). La CEDA obtuvo 86.
El Presidente de la
República encargó la formación de Gobierno a Azaña que luego ocupó la
Presidencia.
La agitación social se
dio en el campo (ocupaciones de tierra en Extremadura, Andalucía y Castilla, el
I.R.A. distribuyó más tierra de marzo a julio de 1936 que durante toda la
historia anterior de la República y llegándose a asentar unos 110.000 colonos),
las huelgas en el campo se acompañaron de otras protagonizadas por los obreros
industriales en las ciudades y mineras (con el correspondiente lock-out
patronal).
Desde el mes de abril se
enfrentaron en la calle organizaciones paramilitares sindicales y falangistas,
se incrementaron los atentados contra edificios religiosos y los atentados
personales.
Por otro lado, desde las
elecciones, altos jefes del ejército y de la extrema derecha preparaban un
levantamiento contra el gobierno.
Documento: EL MANIFIESTO ELECTORAL DE LAS IZQUIERDAS.
[16 de febrero de 1936]
Los partidos republicanos Izquierda Republicana, Unión Republicana y
el Partido Socialista, en representación del mismo y de la Unión General de
Trabajadores; Federación Nacional de Juventudes Socialistas, Partido Comunista,
Partido Sindicalista, Partido Obrero de Unificación Marxista, sin perjuicio de
dejar a salvo los postulados de sus doctrinas, han llegado a comprometer un
plan político común que sirva de fundamento y cartel a la coalición de sus
respectivas fuerzas en la inmediata contienda electoral y de norma de Gobierno
que habrán de desarrollar los partidos republicanos de izquierda, con el apoyo
de las fuerzas obreras, en el caso de victoria. Declaran ante la opinión
pública las bases y los límites de su coincidencia política, y además la
ofrecen a la consideración de las restantes organizaciones republicanas y
obreras, por si estiman conveniente a los intereses nacionales de la República
venir a integrar en tales condiciones el bloque de izquierdas que debe luchar
frente a la reacción en las elecciones generales de diputados a Cortes.
Una amplia amnistía,
reposición de funcionarios, readmisión de obreros despedidos y reparación a las
víctimas de la represión.
Como supuesto indispensable de paz pública, los partidos coligados se
comprometen:
1.º A conceder por ley una amplia amnistía de los delitos
politicosociales cometidos posteriormente a noviembre de 1933, aunque no
hubieran sido considerados como tales por los Tribunales. Alcanzará también a
aquellos de igual carácter no comprendidos en la ley de 24 de abril de 1934. Se
revisarán con arreglo a la ley las sentencias pronunciadas en aplicación
indebida de la de Vagos, por motivos de carácter político; hasta tanto que se
habiliten las instituciones que en dicha ley se prescriben, se restringirá la
aplicación de la misma y se impedirá que en lo sucesivo se utilice para
perseguir ideas o actuaciones políticas.
2.º Los funcionarios y empleados públicos que hayan sido objeto de
suspensión, traslado o separación, acordado sin garantía de expediente o por
motivos de persecución política, serán repuestos en sus destinos.
El Gobierno tomará las medidas necesarias para que sean readmitidos en
sus respectivos puestos los obreros que hubiesen sido despedidos, por sus ideas
o con motivo de huelgas políticas, en todas las corporaciones públicas, en las
Empresas gestoras de servicios públicos y en todas aquellas en las que el
Estado tenga vínculo directo.
Por lo que se refiere a las Empresas de carácter privado, el
ministerio de Trabajo adoptará las disposiciones conducentes a la
discriminación de todos los casos de despido que hubieran sido fundados en un
motivo políticosocial, y que serán sometidos a los Jurados mixtos para que
éstos amparen en su derecho, con arreglo a la legislación anterior a noviembre
de 1933, a quienes hubieran sido indebidamente eliminados.
3.º Se promulgará una ley concediendo a las familias de las víctimas
producidas por hechos revolucionarios o por actos ilegales de la autoridad y la
fuerza pública en la represión la adecuada reparación del daño inferido a las
personas.
Restablecimiento del imperio de la Constitución
Revisión y reforma de las leyes de Orden público, Tribunal de
Garantías, reglamento de la Cámara, Municipal y Provincial, reorganización del
cuerpo de Vigilancia y del régimen de Prisiones.
En defensa de la libertad y de la justicia, como misión esencial del
Estado republicano y de su régimen constitucional, los Partidos coligados:
1.º Restablecerán el imperio de la Constitución. Serán reclamadas las
transgresiones cometidas contra la ley fundamental. Y la ley Orgánica del
Tribunal de Garantías habrá de ser objeto de reforma, a fin de impedir que la
defensa de la Constitución resulte encomendada a conciencias formadas en una
convicción o en un interés contrarios a la salud del régimen.
2.º Se procederá a dictar leyes orgánicas prometidas por la
Constitución que son necesarias para su normal funcionamiento, y especialmente
las leyes Provincial y Municipal, que deberán inspirarse en el respeto más
riguroso a los principios declarados en aquélla. Se procederá por las Cortes a
la reforma de su reglamento, modificando la estructura y funciones de las
Comisiones parlamentarias, a cuyo cargo correrá, con el auxilio de los
organismos técnicos a ellas incorporados, el trámite formativo de las leyes.
3.º Se declara en todo su vigor el principio de autoridad; pero se
compromete su ejercicio sin mengua de las razones de libertad y justicia. Se revisará
la ley de Orden público, para que, sin perder nada de su eficacia defensiva,
garantice mejor al ciudadano contra la arbitrariedad del Poder; adoptándose
también las medidas necesarias para evitar las prórrogas abusivas de los
estados de excepción.
4.º Se organizará una Justicia libre de los viejos motivos de
jerarquía social, privilegio económico y posición política. La Justicia, una
vez reorganizada, será dotada de las condiciones de independencia que promete
la Constitución. Se simplificarán los procedimientos en lo civil; se imprimirá
mayor rapidez al recurso ante los Tribunales contencioso-administrativos,
ampliando su competencia, y se rodeará de mayores garantías al inculpado en lo
criminal. Se limitarán los fueros especiales, singularmente el castrense, a los
delitos netamente militares. Y se humanizará el régimen de prisiones, aboliendo
malos tratos e incomunicaciones no decretadas judicialmente.
5.º Los casos de violencia de los agentes de la fuerza pública,
acaecidos bajo el mando de los Gobiernos reaccionarios, aconsejan llevar a cabo
la investigación de responsabilidades concretas hasta el esclarecimiento de la
culpa individual y su castigo. Se procederá a encuadrar las funciones de cada
instituto dentro de los fines de su respectivo reglamento; serán seleccionados
sus mandos y se sancionará con la separación del servicio a todo agente que
haya incurrido en malos tratos o parcialidad política. El Cuerpo de Vigilancia
se reorganizará con funcionarios aptos y de cumplida lealtad al régimen.
6.º Se revisarán las normas de disciplina de los funcionarios,
estableciendo sanciones graves para toda negligencia o abuso en favor de
intereses políticos o en daño del Tesoro público.
El régimen agrario
No se acepta por los republicanos la nacionalización de la tierra.
Derogación de las leyes de Arrendamientos y de devolución y pagos de las fincas
de la nobleza.
Los republicanos no aceptan el principio de la nacionalización de la
tierra y su entrega gratuita a los campesinos, solicitada por los delegados del
Partido Socialista. Consideran convenientes las siguientes medidas que se
proponen la redención del campesino y del cultivador medio y pequeño, no sólo
por ser obra de justicia, sino porque constituyen la base más firme de
reconstrucción económica nacional:
1.ª Como medidas de auxilio al cultivador directo:
Rebaja de impuestos tributos.
Represión especial de la usura.
Disminución de rentas abusivas.
Intensificación del crédito agrícola.
Revalorización de los productos de la tierra, especialmente del trigo
y demás cereales, adoptando medidas para la eliminación del intermediario y
para evitar la confabulación de los harineros.
Estímulo del comercio de exportación de productos agrícolas.
2.ª Como medidas para mejorar las condiciones de la producción
agrícola:
Se organizarán enseñanzas agrícolas y se facilitarán auxilios técnicos
por el Estado.
Se trazarán planes de sustitución de cultivos e implantación de otros
nuevos, con la ayuda técnica y económica de la Administración pública.
Fomento de los pastos, ganadería y repoblación forestal.
Obras hidráulicas y obras de puesta en riego y transformación de
terrenos para regadío.
Caminos y construcciones rurales.
3.ª Como medidas para la reforma de la propiedad de la tierra:
Derogarán inmediatamente la vigente ley de Arrendamientos.
Revisarán los desahucios practicados.
Consolidarán en la propiedad, previa liquidación, a los arrendatarios
antiguos y pequeños.
Dictarán nueva ley de Arrendamientos que asegure: la estabilidad en la
tierra; la modicidad en la renta, susceptible de revisión; la prohibición del
subarriendo y sus formas encubiertas; la indemnización de mejoras útiles y
necesarias llevadas a cabo por el arrendatario, haciéndose efectiva antes de
que el cultivador abandone el predio, y el acceso a la propiedad de la tierra
que se viniera cultivando durante cierto tiempo.
Estimularán las formas de cooperación y fomentarán las explotaciones
colectivas.
Llevarán a cabo una política de asentamientos de familias campesinas,
dotándolas de los auxilios técnicos y financieros precisos.
Dictarán normas para el rescate de bienes comunales.
Derogarán la ley que acordó la devolución y el pago de las fincas a la
nobleza.
El régimen industrial
La protección del Estado.
Especial protección a la pequeña industria y pequeño comercio.
Nuestra industria no se podrá levantar de la depresión en que se
encuentra si no se procede a ordenar todo el complejo sistema de protecciones
que el Estado dispensa según criterio estricto de coordinada subordinación al interés
general de la economía.
En su consecuencia, procede:
1.º Dictar una ley o sistema de leyes que fijen las bases de la
protección a la industria, comprendiendo las arancelarias, exenciones fiscales,
métodos de coordinación, regulación de mercados y demás medios de auxilio que
el Estado conceda en interés de la producción nacional. Promover el saneamiento
financiero de las industrias, a fin de aligerar cargas de especulación que,
gravando su rentabilidad, entorpecen su desenvolvimiento.
2.º Crear instituciones de investigación económica y técnica, donde
pueda el Estado adquirir elementos para su dirección política y también los
empresarios para mejor regir sus iniciativas.
3.º Adoptar aquellas medidas necesarias de especial protección a la
pequeña industria y al pequeño comercio.
4.º Levantar la actividad de nuestras industrias fundamentales,
mediante un plan de obras públicas a que luego se alude, urbanizaciones y
saneamiento de la población rural, en el que se calcularán de antemano los
materiales que se han de consumir y sus precios, a fin de asegurar la
rentabilidad de estas obras.
El régimen de obras públicas
Los republicanos no aceptan el subsidio de paro. Ordenación
legislativa y administrativa que garantice la utilidad de las obras.
Los republicanos consideran la obra pública no sólo como modo de
realizar los servicios habituales del Estado o como mero método circunstancial
e imperfecto de atender al paro, sino como medio potente para encauzar el
ahorro hacia las más poderosas fuentes de riqueza y progreso, desatendidas por
la iniciativa de los empresarios :
1.º Se llevarán a cabo grandes planes de construcciones de viviendas
urbanas y rurales, servicios cooperativos y comunales, puertos, vías de
comunicación, obras de riego e implantación de regadíos y transformación de
terrenos.
2.º Para llevarlas a cabo se procederá a una ordenación legislativa y
administrativa que garantice la utilidad de la obra, su buena administración y
la contribución a la misma de los intereses privados directamente favorecidos.
Los republicanos no aceptan el subsidio de paro solicitado por la
representación obrera. Entienden que las medidas de política agraria, las que
se han de llevar a cabo en el ramo de la industria, las obras públicas y, en
suma, todo el plan de reconstrucción nacional ha de cumplir no sólo su
finalidad propia, sino también el cometido esencial de absorber el paro.
El régimen de hacienda y banca
Es rechazada por los republicanos la nacionalización de la Banca.
Dirección del Banco de España y de la Banca privada. Distribución de las cargas
públicas.
La Hacienda y la Banca tienen que estar al servicio del empeño de
reconstrucción nacional, sin desconocer que fuerzas tan sutiles como la del
crédito no se pueden forzar por métodos de coacción ni estimular fuera del
campo seguro de aplicaciones provechosas y empleo remunerador.
No aceptan los partidos republicanos las medidas de nacionalización de
la Banca propuestas por los partidos obreros; conocen, sin embargo, que nuestro
sistema bancario requiere ciertos perfeccionamientos, si ha de cumplir la
misión que le está encomendada en la reconstrucción económica de España. Como
mera enumeración ejemplar señalamos las siguientes medidas:
1.ª Dirigir el Banco de España de modo que cumpla su función de
regular el crédito conforme exija el interés de nuestra economía, perdiendo su
carácter de concurrente de los Bancos y liquidando sus inmovilizaciones.
2.ª Someter a la Banca privada a reglas de ordenación que favorezcan
sus líquidos, sobre los principios clásicos que ha puesto de nuevo en relieve
la experiencia de las últimas crisis, a fin de afirmar la garantía de los
depositantes y el servicio de las necesidades financieras de la política de
reconstrucción económica que aquí se promete.
3.ª Mejorar el funcionamiento de las Cajas de Ahorro, para que cumplan
su papel en la creación de capitales; dictando también aquellas medidas
necesarias para proteger el ahorro privado y de responsabilidad de los
promotores y gestores de toda clase de Compañías
Respecto a la Hacienda, se
comprometen a llevar a cabo una reforma fiscal dirigida a la mayor flexibilidad
de los tributos y a la más equitativa distribución de las cargas públicas, sin
acudir al crédito público para finalidades del consumo:
1.ª Se revisará a fondo la tributación directa, obtenida en su
desarrollo normal, reorganizándola sobre bases progresivas.
2.ª Se reformará la tributación indirecta buscando la coordinación del
gasto privado con el gravamen del consumo.
3.ª Se perfeccionará la Administración fiscal, para que sirva de
instrumento eficaz a la nueva política tributaria.
Legislación social
Se rechaza el control obrero. Creación del delito de envilecimiento
del salario. Se restablece la legislación social en todos sus principios.
Política de reconstrucción económica.
La República que conciben los Partidos republicanos no es una
República dirigida por motivos sociales o económicos de clase, sino un régimen
de libertad democrática, impulsado por razones de interés público y progreso
social. Pero precisamente por esa definida razón, la política republicana tiene
el deber de elevar las condiciones morales y materiales de los trabajadores
hasta el límite máximo que permita el interés general de la producción, sin
reparar, fuera de este tope, en cuantos sacrificios hayan de imponerse a todos
los privilegios sociales y económicos.
No aceptan los partidos republicanos el control obrero solicitado por
la representación del Partido Socialista. Convienen en:
1.º Restablecer la legislación social en la pureza de sus principios,
para lo cual dictarán las disposiciones necesarias para dejar sin efecto
aquellas que desvirtúen su recto sentido de justicia, revisando las sanciones
establecidas a fin de asegurar el más leal cumplimiento de las leyes sociales.
2.º Reorganizar la jurisdicción del trabajo en condiciones de
independencia, a fin no sólo de que las partes interesadas adquieran conciencia
de la imparcialidad de sus resoluciones, sino también para que en ningún caso
los motivos de interés general de la producción queden sin la valoración
debida.
3.º Rectificar el proceso de derrumbamiento de los salarios del campo,
verdaderos salarios de hambre, fijando salarios mínimos, a fin de asegurar a
todo trabajador una existencia digna, y creando el delito de envilecimiento del
salario, perseguible de oficio ante los Tribunales.
Aunque la política de reconstrucción económica debe conducir a la
absorción del paro, es menester además organizar, administrativa y
técnicamente, la lucha, estableciendo los servicios que sean necesarios de
estadística, clasificación, Oficinas de colocación y Bolsas de Trabajo,
preocupándose de modo especial del paro en la juventud, y sin olvidar tampoco
las instituciones de previsión y seguro que, prometidas por la Constitución,
deben disponerse a ensayo sobre bases de tipo social.
Los republicanos han de dedicar a la asistencia pública, Beneficencia
y Sanidad, la atención que merece en todo pueblo civilizado, sin regatear
sacrificios. Unificarán, bajo la dirección del Estado, las diversas
instituciones de fundación privada, totalizando sus recursos, sin perjuicio del
respeto a la voluntad del finado.
La enseñanza, atributo indeclinable del Estado
Vigilancia de la enseñanza privada.
Creación de la enseñanza media y profesional.
La República tiene que considerar la enseñanza como atributo
indeclinable del Estado, en el superior empeño de conseguir en la suma de sus
ciudadanos el mayor grado de conocimiento y, por consiguiente, el más amplio
nivel moral, por encima de razones confesionales y de clase social
1.º Impulsarán, con el ritmo de los primeros años de la República, la
creación de escuelas de primera enseñanza, estableciendo cantinas, roperos,
colonias escolares y demás instituciones complementarias. Se ha de someter a la
enseñanza privada a vigilancia, en interés de la cultura, análoga a la que se
ejercite cerca de las escuelas públicas.
2.º Crearán las enseñanzas medias profesionales que sean necesarias
para dar instrucción a todos los ciudadanos en condición de recibir la de estos
grados.
3.º Concentrarán las enseñanzas universitarias y superiores para que
puedan ser debidamente servidas.
4.º Pondrán en ejecución los métodos necesarios para asegurar el
acceso a la enseñanza media y superior a la juventud obrera y, en general, a
los estudiantes seleccionados por su capacidad.
La legislación autonómica
Su reposición y desarrollo.
Los Partidos coligados repondrán en su vigor la legislación autonómica
votada por las Cortes constituyentes y desarrollarán los principios autonómicos
consignados en la Constitución.
Política internacional
Adhesión a los principios y métodos de la Sociedad de Naciones.
Se orientará la política internacional en un sentido de adhesión a los
principios y métodos de la Sociedad de Naciones.
Por Izquierda Republicana: Amós Salvador. —Por Unión Republicana:
Bernardo Giner. —Por el Partido Socialista Obrero: Juan Simeón Vidarte y Manuel
Cordero. —Por la Unión General de Trabajadores: Francisco Largo Caballero. —Por
la Federación Nacional de Juventudes Socialistas: José Cazorla. —Por el Partido
Comunista: Vicente Uribe. —Por el Partido Sindicalista: Angel Pestaña. —Por el
Partido Obrero de Unificación Marxista: Juan Andrade.
¡Votad al FRENTE POPULAR!
JONS (Juntas de
Ofensiva Nacional Sindicalista). Formadas en 1931, dirigidas por Onésimo
Redondo y Ramiro Ledesma.
FALANGE ESPAÑOLA. Fundada en
1933 por José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador, que logró ser
diputado. En 1934 ambos grupos se fusionaron (Falange española y de las JONS),
pero eran un grupo minúsculo.
PARTIDOS POLITICOS MONÁRQUICOS.
CARLISTAS. Monárquicos
tradicionalistas, se negaban a aceptar el régimen republicano; tenían como
líder a Manuel Fal Conde; muy importantes en Navarra y País Vasco, organizaron
grupos paramilitares formados por hombres armados (requetés).
RENOVACIÓN ESPAÑOLA. Grupo creado en 1933 que reunía a los monárquicos alfonsinos Los
dirigentes de RE pertenecían a la aristocracia y a la oligarquía. Su líder era
Jose´Calvo Sotelo, que había sido ministro de Hacienda con el dictador Primo de
Rivera.
DERECHA REPUBLICANA.
CEDA (Confederación
Española de Derechas Autónomas). Liderada por José Mª Gil Robles. Nació a fines
de 1933 tras la fusión de Acción Popular con Derecha Regional Valenciana. Eran
conservadores y defendían a la Iglesia católica, al Ejército y la familia; se
oponían a la reforma agraria y a las reivindicaciones de los nacionalistas
catalanes y vascos. La CEDA llegó a tener 700.000 afiliados. La CEDA sostenía
que el régimen político republicano era un mero accidente.
¿Querían acabar con la República por medio de un golpe de fuerza; eran
autoritarios y rechazaban la democracia; exaltaban la grandeza de España y eran
católicos tradicionalistas?.
PARTIDO REPUBLICANO RADICAL. El partido más importante de centro. Defendía el orden frente a la
revolución obrera y las reformas socioeconómicas profundas. Sus bases sociales
se hallaban entre la mediana y pequeña burguesía. Dirigido por Alejandro
Lerroux, ya más moderado, que llegó a ser jefe de gobierno varias veces entre
1933 y 1935.
PARTIDOS DE IZQUIERDA.
ACCIÓN REPUBLICANA. Era un partido progresista, formado por clases medias urbanas, de
intelectuales y profesionales. Querían modernizar el país con un programa de
reformas (agricultura, educación, sanidad, fuerzas armadas y autonomías
regionales), pero llevadas a cabo sin violencia.
Su líder era Manuel Azaña. Fue ministro de Guerra en el Gabinete
provisional de 1931, jefe de Gobierno de 1931-1933 y presidente de la República
desde 1936. En 1934 este partido se fusionó con el Partido Radical Socialista
formando IZQUIERDA REPUBLICANA.
PSOE. Un partido
obrero, de ideología marxista. Su sindicato era la UGT. Ambos habían crecido
mucho. Sus dirigentes se hallaban divididos en dos tendencias: una moderada
(Prieto y Besteiro) y otra más revolucionaria (Largo Caballero).
PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA (PCE). Desgajado del PSOE en 1921, era revolucionario e insignificante
numéricamente (consiguió 400.000 votos en las elecciones de 1933). Dolores
Ibárruri, la Pasionaria, era su dirigente más destacada.
ANARQUISTAS. Agrupados en
torno a su sindicato, la CNT (CONFEDERACIÓN NACIONAL DEL TRABAJO). Indiferentes
a la legalidad republicana y partidarios de la revolución.
Anarquistas: Los anarquistas se hallaban divididos en dos tendencias:
los moderados (Pestaña y Peiró) y los revolucionarios de la FAI (Durruti,
García Oliver), que predominaban.
PARTIDOS NACIONALISTAS Y REGIONALISTAS.
PARTIDO NACIONALISTA VASCO (PNV). Era un partido conservador y católico, que había evolucionado a
partir de 1933 hacia el centro. José Antonio Aguirre, su líder, se convertirá
en 1936 en el primer lehendakari del gobierno vasco.
LLIGA CATALANA.
Conservadora, liderada por Francisco Cambó. 12].
ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUÑA. Izquierdista y nacionalista, el más votado en Cataluña, liderado por
Maciá y Companys; ambos fueron presidentes de la Generalitat.
ORGANIZACIÓN REPUBLICANA GALLEGA AUTONOMISTA
(ORGA). Era un partido autonomista
de izquierda, de ideología semejante a la de Izquierda Republicana. Su líder
era Casares Quiroga.
[1] PACTO DE SAN SEBASTIÁN. Fecha 17 de Agosto 1930.- Reunión en el
Casino de la Unión Republicana de San Sebastián. Objetivo Derribar la
Monarquía. Presidió la reunión, Femando de Asiain y asistieron, entre otros,
Marcelino Domingo, Niceto Alcalá Zamora, Casares Quiroga, Jaume Aiguade, Maciá
Mallol, M. Carrasco i Formiguera Fernando de los Ríos, lndalecio Prieto,
Eduardo Ortega y Gasset, F. Sánchez Román.
No se redactó ningún documento.
Se consensuó el compromiso de actuar
conjuntamente para derrocar la monarquía. Crear un Comité Ejecutivo para la
lucha, y el acuerdo de fomentar la protesta ciudadana, huelgas en los centros
urbanos coincidiendo con acciones de militares republicanos. La polémica se formó
con el tema de la llamada “Cuestión Catalana”. De palabra se disiparon dudas y
se llegó al acuerdo de que la futura legalidad republicana respetaría la
realidad diferencial catalana y sancionaría la solución política que libremente
se propusiera desde Cataluña”.
[12] . Cambó era un financiero y
politico conservador catalán que había fundado la Lliga Regionalista en 1901.
Llegó a ser ministro de Fomento en 1908 y de Hacienda.
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