jueves, 24 de enero de 2013

Comentario del Manifiesto conjunto UGT-CNT 1917


Manifiesto conjunto de la UGT y la CNT en marzo de 1917. Texto completo:
A los Trabajadores Españoles y al País en General:
Tras la labor de protesta constantemente ejercitada por las organizaciones obreras contra los abusos de la administración y las corruptelas de la política que nuestro país padece, la huelga general del 18 de diciembre último, admirable ejemplo de eficacia de la organización y testimonio irrecusable de la capacidad creciente del proletariado español, habría debido producir alguna atenuación, al menos, de los males por todos reconocidos y continuamente denunciados.
[...] “Mas, a pesar de nuestras advertencias serenas, de nuestras quejas metódicas y reflexivamente fundamentadas y de nuestras protestas, tal vez más prudentes y mesuradas de lo que exige la agudeza de los dolores que el país padece, es lo cierto que cada día que pasa representa para el proletariado una agravación creciente de la miseria ocasionada por la carestía de las subsistencias y por la falta de trabajo.
Ciertamente, si las privaciones a las cuales se ve sometido el pueblo español fuesen una consecuencia necesaria de crisis profundas de la economía mundial, cuya solución no depende de nosotros ni de los elementos directores de nuestra vida nacional, nuestras quejas serían absolutamente estériles y nuestras protestas no tendrían otra eficacia que la de imprecaciones más o menos vehementes contra los misteriosos designios de la fatalidad.
Pero ¿habrá algún gobernante español que pueda afirmar en conciencia que las condiciones insoportables de nuestra vida, agravadas sin duda y puestas de relieve por la guerra europea, no son la consecuencia de un régimen tradicional de privilegio, de una orgía constante de ambiciones privadas, de la desenfrenada inmoralidad que encuentra en los organismos públicos el amparo y la defensa que debían prestar a los primordiales intereses de la vida del pueblo?
Las luchas provocadas por la competencia entre los diversos grupos de explotadores de la vida de la nación pueden dispensar al proletariado de hacer la crítica del régimen vergonzoso que padece España.
Las denuncias diarias de la prensa, los abusos que descubren las públicas discusiones de las asambleas, la labor misma de las Cortes, tan estéril para el bien como reveladora de crecientes impurezas, son los folios de un largo y complicado proceso cuya sentencia habrá de ser dictada y cumplida por el pueblo, como juez inapelable.
Todos los días, la prensa ofrece el testimonio de la preocupación de los gobernantes ante las complicaciones de los problemas presentes. ¿En qué se gasta su actividad que sus resultados beneficiosos no llegan nunca al pueblo trabajador? Todos esos esfuerzos de los gobernantes, el pueblo sabe bien que se gastan en un empeño imposible de armonizar los intereses privados opuestos, que encuentran en los momentos más angustiosos de la vida nacional la ocasión más propicia para aumentar sus ganancias.
Las empresas de ferrocarriles, las compañías navieras, los mineros, los fabricantes, los ganaderos, los trigueros, los múltiples acaparadores e intermediarios, los trusts que monopolizan los negocios en las grandes poblaciones, los gremios degradados y degradantes, todos representan intereses particulares, que hallan amparo y protección en los poderes públicos, mientras el pueblo emigra o perece.
Y no es posible seguir ya engañando al país con discursos más o menos brillantes, ni con preámbulos de leyes cuyo articulado desmiente las propias ideas proclamadas por los ministros en la Gaceta. En la presente y crítica situación ya ha visto el pueblo lo que ha quedado de las promesas de reforma de la economía nacional. Continúan las eternas ocultaciones de riqueza, los más llamados al sostenimiento de las cargas públicas siguen sustrayéndose al cumplimiento de ese deber de ciudadanía, los beneficiados con los negocios de la guerra ni emplean sus ganancias en el fomento de la riqueza nacional, ni se avienen a entregar parte de sus beneficios al Estado, y el gobierno, débil con los poderosos y altivo con los humildes, lanza a diario contra los obreros a la guardia civil, mientras prepara empréstitos de transformación de la Deuda y ofrece a los capitalistas una colocación lucrativa a sus fondos ociosos, so pretexto de promover obras públicas que jamás se realizan.
Y si de los pomposos ofrecimientos de reformas económicas y de promoción de obras públicas no queda más que el rumor de vanas palabras, ¿para qué ha servido la ley de subsistencias, como no sea para revelar la dependencia vergonzosa en que se halla el gobierno con respecto a las agrupaciones gremiales más conocidas y más odiadas por los consumidores?
¿De qué nos vale formular un día y otro nuestras quejas, y de qué nos sirve el reconocimiento de la justicia de nuestras demandas por los mismos hombres que ocupan el poder, si no logramos nunca vislumbrar el remedio de nuestros males?
La impotencia de los poderes públicos para resolver los problemas vitales de la nación la está proclamando la acción militar en Marruecos, sangrienta y vergonzosa ruina de España, por todos los gobernantes censurada, pero por todos igualmente mantenida.
Después de las prolijas discusiones a que la acción de España en Marruecos ha dado lugar, a nadie se le oculta ya que esta reincidencia de los poderes públicos en los antiguos errores bélicos, militaristas y dinásticos bastaría por sí sola para provocar por parte de la nación la más violenta de las actuaciones contra los causantes de su desgracia.
Estos males, percibidos a diario por el proletariado, han formado en él, tras una larga y dolorosa experiencia, el convencimiento de que las luchas parciales de cada asociación con los patronos, asistidas por la solidaridad de los compañeros de infortunio, no bastan a conjurar los graves peligros que amenazan a los trabajadores.
[...] El proletariado organizado ha llegado así al convencimiento de la necesidad de la unificación de sus fuerzas en una lucha común contra los amparadores de la explotación erigida en sistema de gobierno. Y respondiendo a este convencimiento, los representantes de la Unión General de Trabajadores y los de la Confederación Nacional del Trabajo han acordado por unanimidad:
Primero. Que en vista del examen detenido y desapasionado que los firmantes de este documento han hecho de la situación actual y de la actuación de los gobernantes y del Parlamento; no encontrando, a pesar de sus buenos deseos, satisfechas las demandas formuladas por el último congreso de la Unión General de Trabajadores y Asamblea de Valencia, y con el fin de obligar a las clases dominantes a aquellos cambios fundamentales de sistema que garanticen al pueblo el mínimum de las condiciones decorosas de vida y de desarrollo de sus actividades emancipadoras, se impone que el proletariado español emplee la huelga general, sin plazo definido de terminación, como el arma más poderosa que posee para reivindicar sus derechos.
Segundo. Que a partir de este momento, sin interrumpir su acción constante de reivindicaciones sociales, los organismos proletarios, de acuerdo con sus elementos directivos, procederán a la adopción de todas aquellas medidas que consideren adecuadas al éxito de la huelga general, hallándose preparados para el momento en que haya de comenzar este movimiento.
3º.- Que los abajo firmantes, debidamente autorizados por los organismos obreros que representan, y en virtud de los poderes que les han sido conferidos por la clase trabajadora, se consideran en el deber de realizar, en relación con las diversas secciones, todos los trabajos conducentes a organizar y encauzar debidamente el movimiento, así como también a determinar la fecha en que debe ponerse en práctica, teniendo en cuenta las condiciones más favorables para el triunfo de nuestros propósitos.
Por la región de Galicia, José Gómez Osorio y Manuel Suárez. Por la Confederación Nacional del Trabajo, Salvador Seguí y Ángel Pestaña[1], Por la federación de sociedades obreras de Zaragoza, Ángel Lacort.  Por la región de Levante, Juan Barceló y Vicente Sánchez. Por la de Vizcaya, Pedro Cabo. Por la de Asturias, Manuel Llaneza e Isidoro Acevedo. Por la de Castilla la Vieja, Remigio Cabello y Luís Lavín. Por la de Andalucía, Florentino García. Por el comité nacional de la Unión General de Trabajadores, Francisco Largo Caballero, Vicente Barrio, Daniel Anguiano, Julián Besteiro, Andrés Saborit, Eduardo Torralva, Modesto Aragonés, Manuel Cordero, Virginia González y José Maeso. Madrid, 27 de marzo de 1917
Luis GÓMEZ LLORENTE: Aproximación a la historia del socialismo español (hasta 1921), Madrid, 1972, edit. Cuadernos para el diálogo, pp 287 y 290.
A pesar de nuestras:
*.- advertencias serenas,
*.- quejas metódicas y reflexivamente fundamentadas
*.- protestas, más prudentes y mesuradas de lo que exige la agudeza de los dolores que el país padece.
Lo cierto: cada día que pasa representa para el proletariado una agravación creciente de la miseria ocasionada por:
*.- la carestía de las subsistencias
*.- por la falta de trabajo.
 Por ello: el proletariado organizado ha llegado así al convencimiento de la necesidad de unificar sus fuerzas en una lucha común contra los amparadores de la explotación erigida en sistema de gobierno.
Respondiendo a este convencimiento, los representantes de la UGT y la CNT han acordado por unanimidad:
 *.- Primero.
*.- Examinando (de forma detenida y desapasionada) los firmantes:
*.- la situación actual y
*.- la actuación de los gobernantes y del Parlamento ante ésta.
 *.- No encontrando, a pesar de sus buenos deseos, satisfechas las demandas formuladas por el último Congreso de la UGT y Asamblea de Valencia.
*.- y con el fin de obligar a las clases dominantes a aquellos cambios fundamentales de sistema que garanticen al pueblo el mínimum de las condiciones decorosas de vida y de desarrollo de sus actividades emancipadoras.
*.- se impone que el proletariado español emplee la huelga general, sin plazo definido de terminación, como el arma más poderosa que posee para reivindicar sus derechos.
 *.- Segundo.
Que a partir de este momento, sin interrumpir su acción constante de reivindicaciones sociales,:
*.- los organismos proletarios,
*.- de acuerdo con sus elementos directivos,
*.- procederán a la adopción de todas aquellas medidas que consideren adecuadas al éxito de la huelga general,
 *.- hallándose preparados para el momento en que haya de comenzar este movimiento.

A LOS OBREROS Y A LA OPINIÓN PÚBLICA:
Ha llegado el momento de poner en práctica, sin vacilación alguna, los propósitos anunciados por los representantes de la Unión General de Trabajadores y la Confederación Nacional del Trabajo en el Manifiesto suscrito por estos organismos en el mes de marzo último.
Durante el tiempo transcurrido desde esa fecha hasta el momento actual, la afirmación hecha por el proletariado al demandar como remedio a los males que padece España un cambio fundamental de régimen político, ha sido corroborada por la actitud que sucesivamente han ido adoptando importantes organismos nacionales desde la enérgica afirmación de la existencia de las Juntas de Defensa del Arma de Infantería, frente a los intentos de disolución de esos organismos por los Poderes públicos, hasta la Asamblea de Parlamentarios celebrada en Barcelona el día 19 de Julio, y la adhesión a las conclusiones de esa asamblea de numerosos ayuntamientos, que dan público testimonio de las ansias de renovación que existen en todo el país.
Durante los días fabulosos en los cuales se han producido todos estos acontecimientos, el proletariado español ha dado pruebas de serenidad y reflexión que tal vez hayan sido interpretadas por las oligarquías que detentan el poder como manifestaciones de falta de energía y de incomprensión de la gravedad de las circunstancias actuales.
Si tal idea se han formado los servidores de la monarquía española, se han engañado totalmente. El pueblo, el proletariado español, ha asistido en silencio durante estos últimos meses a un espectáculo vergonzoso, mezcla de incompetencia y de repulsiva jactancia, de descarado desprecio de la vida y de los derechos del pueblo e impúdica utilización de las más degradantes mentiras como supremo recurso del Gobierno (...)
Y si esto han hecho los poderes públicos con las clases sociales en cuya adhesión han buscado siempre las más firmes garantía de su existencia y dominio, ¿qué no habrán hecho con el pueblo inerme e indefenso bajo un régimen constitucional ficticio, bajo un régimen económico de miseria y despilfarro, y en un estado cultural mantenido por los oligarcas en el más bajo nivel, y sobre el cual la masa ciudadana sólo puede irse paulatinamente elevando merced a ímprobos y perseverantes esfuerzos.
[…] Pedimos la constitución de un Gobierno provisional que asuma los poderes Ejecutivo y moderador, y prepare, previas las modificaciones imprescindibles en una legislación viciada, la celebración de elecciones sinceras de unas Cortes Constituyentes que aborden en plena libertad los problemas fundamentales de la Constitución política del país. Mientras no se haya conseguido este objeto, la organización obrera española se halla absolutamente decidida a mantenerse en su actitud de huelga.
Instrucciones para la huelga.
En el momento en que se reciba la orden de huelga, dada por los Comités Nacionales de la U.G.T. y del Partido Socialista, los obreros procederán a la paralización de todos los trabajos, de tal modo que el paro resulte completo, tomando las medidas necesarias para que se incorporen al movimiento los tranviarios, ferroviarios, cocheros, panaderos, ramo de alumbrado; obreros municipales, dependientes de comercio, etcétera.
Ciudadanos: No somos instrumentos de desorden, como en su impudicia nos llaman con frecuencia los gobernantes que padecemos. Aceptamos una misión de sacrificio por el bien de todos, por la salvación del pueblo español, y solicitamos vuestro concurso.
¡Viva España!
Madrid, 12 de agosto de 1917. Por el Comité Nacional de la Unión General de Trabajadores: Francisco Largo Caballero[2]; vicepresidente; Daniel Anguiano, vicesecretario, Por el Comité Nacional del Partido Socialista[3]: Julián Besteiro, vicepresidente; Andrés Saborit, vicesecretario.


Huelga: Interrupción colectiva de la actividad laboral por parte de los trabajadores con el fin de reivindicar ciertas condiciones o manifestar una protesta.
Huelga General: la que afecta simultáneamente a todas las actividades laborales de un lugar.
Huelga revolucionaria: la que responde a propósitos de subversión política, más que a reivindicaciones de carácter económico o social.
Manifiesto: Escrito en que se hace pública declaración de doctrinas o propósitos de interés general.


Fracasado el Regeneracionismo de los partidos dinásticos y su revolución desde arriba, en evidente crisis el turnismo al producirse numerosas escisiones internas en lso partidos dinásticos, se plantearon otros regeneracionismos.
Las Juntas Militares, la Asamblea de Parlamentarios impulsada por los partidos políticos que estaban fuera del sistema y un movimiento obrero que representaba no el regeneracionismo, sino la revolución.
Tanto las Juntas Militares como la Asamblea de Parlamentaria dieron un paso atrás ante el miedo a una revolución social, a la Rusa; los tres querían cambios en el sistema político, pero no los mismos cambios.
La coincidencia en el tiempo de tres crisis que se mezclan y se relacionan entre sí;
*.- Una crisis militar, relacionada con los problemas internos del ejército.
*.- Una crisis política, relacionada con la intención de integrar en la España oficial (la Constitución de 1876) la España Real (los partidos no dinásticos).
*.- Una crisis social relacionada con el movimiento obrero y con la carestía de los artículos de primera necesidad.
Está claro que la crisis militar espoleó a la crisis política, y que estas dos hicieron lo propio con la social. Pero si los obreros se sumaban a las peticiones de los militares y de los políticos, ambos se retiraron ante el miedo a una verdadera revolución "desde abajo", la del movimiento obrero.

LA CREACIÓN DE LAS JUNTAS DE DEFENSA (especie de sindicatos para defender sus intereses económicos y profesionales) surgen durante 1916 y 1917, integradas por mandos intermedios del ejercito (por debajo de coronel) y respondían al malestar y descontento de una parte del ejército (suscitada por el enfrentamiento entre africanistas y el resto).
Sus reivindicaciones eran laborales y regeneracionistas:
*.- protestando por la pérdida de poder adquisitivo y los ascensos mediante méritos de los africanistas.
*.- reivindicaban una subida salarial y un sistema de ascenso basado exclusivamente en la antigüedad (la escala cerrada).
*.- reivindicaron también un incremento del presupuesto dedicado al Ejército, resolver la situación generada por el conflicto militar de Marruecos y reformas políticas.
Sus reivindicaciones sintonizaron con las planteadas por los partidos no dinásticos (estableciendo éstos contactos políticos con los junteros, en los que veían un aliado para acabar con el régimen).
En Mayo el ministro de Defensa las declaró ilegales y encarcela a sus dirigentes. La reacción de sus compañeros del ejército obliga a dimitir al gobierno y el nuevo gobierno tiene que volver a legalizarlas.
Estas publicaron un Manifiesto en el que solicitaban cambios políticos.
El Gobierno actuó rápidamente, concedió las reivindicaciones laborales, acallando las políticas. La autonomía e injerencia del ejército aumentó peligrosamente.

EL AMOTINAMIENTO DE LOS MILITARES abrió la puerta para la acción política:
Los socialistas y los republicanos reformistas pretendieron imponer un Gobierno que convocase Cortes Constituyentes (nueva Constitución, nuevo sistema político.
Ante tal actitud, Eduardo Dato cerró el Congreso y suspendió las garantías constitucionales. Ante el descrédito de los partidos dinásticos, Cambó convocó a los parlamentarios que apostaban por la reforma y por un cambio del sistema de gobierno.
Contó con el apoyo de la Lliga, PNV, Socialistas, Republicanos y algunos liberales. La UGT, CNT, las Juntas Militares y las clases industriales también están de acuerdo con un cambio de Gobierno.

EL 19 DE JULIO SE REUNIÓ LA ASAMBLEA DE PARLAMENTARIOS EN BARCELONA.
Acudieron 71 de un total de 760, de todos los partidos políticos salvo los conservadores.
Exigieron la Convocatoria a Cortes Constituyentes y la aplicación de un programa reformista que contemplara las reivindicaciones de los partidos nacionalistas. Era un nuevo intento de reforma del sistema de la Restauración hecho desde dentro y, en cierto modo, "desde arriba". Sin embargo, pronto se hizo evidente que la "revolución desde abajo" podía ser una realidad.
Y este fué el tercer conflicto del verano de 1917; La huelga general obrera.

LA UGT Y LA CNT HABÍAN FIRMADO EN 1916 UN ACUERDO DE COLABORACIÓN. ANTE LA CREACIÓN DE LAS JUNTAS MILITARES Y LA ASAMBLEA PARLAMENTARIA CONVOCARON UNA HUELGA GENERAL.
Entre las causas de esta convocatoria, la subida de los precios que afectó especialmente a la clase trabajadora, la inestabilidad política (Juntas de Defensa y la Asamblea de Parlamentarios) y la influencia de los acontecimientos en Rusia. La huelga general tuvo como último fin el cambio del sistema de Gobierno ("cambios fundamentales en el sistema").
La huelga, iniciada en Barcelona, el 13 de Agosto, se extiendió durante una semana por Andalucía, Madrid, Asturias, País Vasco..., paralizando los núcleos industriales. La convocatoria era indefinida, pero no fue apoyada ni por la Asamblea de Parlamentarios, que defendía los intereses de la burguesía, ni por las Juntas de Defensa, ni del resto de los militares.
La intervención del Ejército fue rápida y dura (aceptada por las Juntas de Defensa). Hubo muchos presos, exiliados y muertos. La Huelga General Revolucionaria fracasó por la no incorporación de los campesinos, el miedo de la burguesía y la actuación del Ejército.
A pesar de este fracaso, la ficción del turnismo había terminado para siempre.
El Gobierno se vio en la obligación de acceder a las peticiones de los Junteros, dar paso a un Gobierno de concentración o unidad nacional, con la inclusión de Cambó y los catalanistas, que consintieron su participación ante el peligro de la revolución social.
El Ejército avanzó en su participación en la política, la presión de las Juntas acabo por derribar el Gobierno de Dato y sustituirlo por un gobierno de concentración o unidad nacional.
Después de la Huelga de la Canadiense, aparecen:
*.- El Lock out (cierre patronal que deja sin sueldo a miles de obreros) y el pistolerismo catalán (los patronos formaron los sindicatos libres que eran grupos de pistoleros y sicarios a sueldo que se enfrentaron con los anarquistas, con el apoyo tácito del Gobierno que aplicó la Ley de Fugas. Murieron líderes anarquistas moderados, patronos y Eduardo Dato)
*.- El Desastre de Annual: el impacto de la derrota de las tropas española en Annual fue muy importante en España.
El Rey y el Ejército fueron atacados como culpables. El informe Picasso se debía debatir en el Congreso. El general Primo de Rivera, con el apoyo del Ejército, la burguesía catalana y el consentimiento tácito del Rey dio un Golpe de Estado, enviando simplemente un telegrama.

Besteiro era en 1917 catedrático de Lógica de la universidad Central (la actual Complutense) e integrante del comité de huelga de la UGT y el PSOE, en cuyas organizaciones se le consideraba crecientemente como la figura directora de mayor inteligencia y entereza.
Besteiro fue detenido al empezar la huelga general, condenado a cadena perpetua y enviado al penal de Cartagena para cumplirla. Besteiro y sus compañeros (Largo Caballero, Daniel Anguiano y Andrés Saborit) fueron alojados y tratados en aquel penal, cuyo Director tenía de ayudante a Joaquín Machado, hermano del gran poeta.
Y todo ello confirma a Besteiro su optimismo y fe en el papel de la UGT y el PSOE en la modernización de España. Las cartas de Cartagena revelan, además, el singular concepto que tenía Besteiro de la obligación política del intelectual en la España de su tiempo. Concepto que tiene para él un preciso origen en la actitud y las lecciones de su maestro en la Institución Libre de Enseñanza, Francisco Giner de los Ríos.
 Afirma: "Sin él difícilmente hubiéramos encauzado nuestra vida y nuestras energías como lo liemos hecho". Y el ejemplo de Giner era, finalmente, el de la entereza en la conducta, que él mismo, Besteiro, tan plenamente encarnó hasta el fin de sus mismos días.

1.- La rebelión ha de existir, sí; pero contra los burgueses, contra los capitalistas, que son los que escriben leyes. Eliminando el reptil, se acaba con el veneno. Y esta rebelión ha de ser constantes, diaria, intensa, y el mejor armamento es la asociación. Cada nuevo socio es un nuevo soldado en el ejército sindicalista. Cada nueva asociación es una nueva trinchera defensora de nuestros derechos. Cada nueva federación, un nuevo baluarte donde se forman luchadores...
Haced, pues, Sociedades, federaciones y confederaciones y esperad la lucha; en ella habrá caídos pero no os paréis a recogerlos, seguid adelante... Tened en cuenta que hemos de prepararnos, no para una lucha de intereses. El siglo XX es el predestinado a abolir la esclavitud moderna. Carta del dirigente anarquista A. Bueno al Congreso fundacional de la CNT 1911

2.- Memoria al Congreso Internacional en Zurich del delegado de la UGT 1893
La Unión General de Trabajadores de España se propone:
1º Reunir en su seno las diversas organizaciones obreras que tengan por fin la mejora y la defensa de las condiciones de trabajo por medio de la resistencia.
2.- Provocar la creación de nuevas Sociedades de oficios donde éstas no existan y ayudarlas para que constituyan Federaciones locales y Uniones nacionales
5.- Reclamar a los poderes públicos leyes que favorezcan los intereses del trabajo, como la jornada laboral de 8 horas, la fijación del salario mínimo, la igualdad de salario para los obreros de uno y otro sexo.

PROGRAMA DEL PSOE. 1888
Considerando, que esta sociedad es injusta porque divide a sus miembros en dos clases iguales y antagónicas; una la burguesía, que, poseyendo los instrumentos de trabajo, es la clase dominante; otra, el proletariado, que, no poseyendo más que su fuerza vital, es la clase dominada.
Que la sujeción económica del proletariado es la causa primera de la esclavitud en todas sus formas: la miseria social, en envilecimiento intelectual y la dependencia política.
Que los privilegios de la burguesía están garantizados por el poder político, del cual se vale para dominar al proletariado... el Partido Socialista Obrero español declara que tiene por aspiración:
1º La posesión del poder político por la clase trabajadora.
2º.- La transformación de la propiedad individual o corporativa de los instrumentos de trabajo en propiedad colectiva, social o común. Entendemos por instrumentos de trabajo: la tierra, las minas, los transportes, la fábricas, las máquina, capital-moneda, etc.
En suma: el ideal del Partido Socialista Obrero es la completa emancipación de la clase trabajadora; es decir, la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes.
Y como medios inmediatos para la realización de este ideal, los siguientes:
Libertades políticas.
Derecho de asociación y legalidad de las huelgas.
Reducción de las horas.
Prohibición del trabajo de los niños menores de nueve años y de todo trabajo poco higiénico o contrario a las buenas costumbres para las mujeres...
Creación de escuelas gratuitas...
Servicio de armas obligatorio y universal y milicia popular...

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