lunes, 12 de enero de 2015

Pablo Iglesias acude a los programas escoltado por un equipo que libra una batalla paralela en Twitter y Facebook

H. CORTÉS
Día 15/12/2014 - 02.03h
«En esta experiencia en el Parlamento Europeo, tengo la sensación de que los parlamentos no sirven para nada. Cuando hago una intervención sirve si sale en vídeo y la gente puede ver el debate. A veces tengo la sensación de que el debate parlamentario no sirve y que los verdaderos parlamentos son las tertulias de televisión», explica Pablo Iglesias a Jordi Évole en «Salvados».
El líder de Podemos ha crecido políticamente en las tertulias de Cuatro y La Sexta, especialmente en «Las mañanas de Cuatro» y «La Sexta Noche».
«¿Sería Podemos lo que es hoy si no hubiera tenido los minutos que ha tenido en las televisiones privadas?», pregunta Évole. «Claro que no», reconoce Iglesias.

«Pablo tenía pensado este salto a la política a través de los medios desde hace tiempo», explica uno de los tertulianos que ha compartido con él los platós. «Los domina, pero es demagogo. Habla mucho sin detenerse en la letra, lo que le importa es la música». Uno de los ideólogos preferidos de Iglesias, según cuenta un compañero cercano al político, es Slovaj Zizek («En defensa de las causas perdidas», «En defensa de la intolerancia»), filósofo esloveno que habla, entre otras muchas cosas, sobre la importancia de los medios en la construcción de la realidad.
«Podemos es consciente de que las tertulias no se ganan en el directo, sino después, en las redes sociales», comenta ese mismo compañero.
Por ello, cuenta, Pablo Iglesias va acompañado a la televisión de uno o dos auxiliares que retransmiten en directo los debates. «Incluso charlaba con ellos en los cortes de publicidad», explica otro asiduo a los debates.
Este gesto no es habitual en las tertulias, donde solo los altos cargos políticos van con sus respectivos jefes de prensa. «Después del debate, se dedican a lapidar en las redes las opiniones contrarias a las de su jefe», explica el primero.
El conocimiento del poder de estas redes no es nuevo para Iglesias, quien atribuye a su entorno la autoría del famoso «Pásalo» del 13-M de 2004, que según él se gestó en su facultad: «Un grupo de gente pensó cómo había que ponerlo para que generase ese efecto de flashmob (multitud instantánea)», explicó.

Ejército tuitero
Uno de las últimos ejemplos del ejército tuitero es su reciente entrevista en TVE donde la pregunta de Sergio Martín sobre si estaba de «enhorabuena» por la excarcelación de presos etarras se extendió hasta el punto de convertir la entrevista en trending topic. Fue lo más comentado en la red en ese momento en España, pese a que la audiencia del programa no superó el 4%. Incluso provocó que el Consejo de Informativos pidiera la dimisión del periodista y TVE tuviera que salir en su defensa.

Las redes sociales también sirvieron a Iglesias para dar el salto del programa local «La Tuerka» a la televisión nacional. Fue en la tertulia de Intereconomía «El gato al agua». «Tras la marcha de Antonio Jiménez, buscábamos dar una vuelta al ?Gato?, empezamos a buscar a gente por Twitter y trajimos a Pablo Iglesias, con una ideología bastante alejada de otros tertulianos, para realizar debates cara a cara», explica Noëlle Bueno, productora de «El gato al agua». En esa primera emisión, el 25 de abril de 2013, durante la iniciativa «Rodea el Congreso», Javier Algarra presentó a Iglesias como «un profesor de ciencias políticas que apoyó el 15-M pero no ha apoyado el 25-A». «Gracias por la invitación, es un gusto cruzar las líneas enemigas y charlar en territorio comanche», respondía un iniciado Iglesias. [Dardos de la entrevista a Pablo Iglesias en TVE]

Otro de los tertulianos que trabajó con él en sus primeros pasos televisivos afirma que, «al principio, se aprendía los discursos de memoria, pero luego fue cogiendo oficio y confianza».
Después, Pablo Iglesias, pasó a ser colaborador habitual de «Las mañanas de Cuatro» y «La Sexta noche», donde cobraba 350 euros por colaboración, hasta que ganó las europeas, momento en que renunció a su sueldo.
De hecho, el pasado día 3 de diciembre se vio obligado a cambiar la declaración de bienes que hizo al incorporarse al Parlamento Europeo y añadió sus ingresos previos como tertuliano, que situó en la franja comprendida entre 1.001 y 5.000 euros brutos mensuales.

«Analiza el currículum y bucea en la vida de los que comparten debate con él», explica un tertuliano que ha compartido focos con Iglesias. «Tiene buena cabeza y un saber escénico superior al de algunos políticos», afirma otro. Esto no ha evitado que su enfrentamiento dialéctico con personas como Alfonso Rojo, Esperanza Aguirre o Eduardo Inda acabase en un cruce de acusaciones que acabaron en los tribunales.

Cambio de estrategia
Tras las elecciones europeas, el propio Iglesias confesaba a Évole que había adoptado un tono más serio. «En los últimos meses ha adquirido una actitud más moderada, aunque sea igual de duro, habla más bajo», dice un periodista que ha coincidido con él. La entrevista con Ana Pastor marcó un antes y un después en su política comunicativa. Tal y como explica la agencia 3aworldwide, «tras sufrir un revés en el programa de Ana Pastor, opta por cancelar sus apariciones mediáticas, pactar las preguntas con los programas y disminuir su actividad en las redes sociales, que tanto le ayudaron para convertirse en el líder de hoy».
A finales de noviembre cuando salieron a la luz las críticas del director del Canal 33, Enrique Riobóo de la Vega, acusándole de haber recibido dinero en negro y las irregularidades con una beca concedida a un miembro de su partido, Íñigo Errejón,
Pablo Iglesias canceló su aparición en el espacio de Telecinco «Un tiempo nuevo».
Después propuso intervenir desde la sede de su partido con una pregunta pactada que formularía la presentadora, Sandra Barneda. La cadena se negó a aceptar condiciones distintas a las habituales y también declinó la nueva propuesta de Podemos, que incluía declaraciones de toda la cúpula.

Marcar el territorio
Luego, después de muchas quejas y de calificar como «vergüenza» no haber sido entrevistado por TVE, la pública lo invitó a «Los Desayunos», oferta que el político declinó porque tenía que grabar «La Tuerka».
Finalmente, Pablo Iglesias volvió a ser invitado por TVE a «La noche en 24 horas», presentado por Sergio Martín. «Acudió con diez personas acreditadas del partido, algo que era casi un acto de intimidación», comenta un tertuliano. «Además, antes de la entrevista habló con los delegados sindicales y los trabajadores, marcó el territorio, como para dejar claro que él no estaba solo en un medio hostil, sino que eran ellos, los periodistas, los que estaban en minoría».


El estudio de 3AWorldwide concluye que el resto de partidos ha reaccionado lanzándose también a los medios. «El PSOE quiere tener presencia mediática y su líder, Pedro Sánchez, ha sabido aprovechar las oportunidades apareciendo en programas en prime time para que su mensaje cale en la población», explica la agencia. Por su parte, el PP ha decidido «instar a los miembros del partido a responder a los tres temas de interés, corrupción, Cataluña y recuperación económica», como evidencia la entrevista de María Dolores de Cospedal en «La Sexta noche».

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