jueves, 8 de enero de 2015

PABLO IGLESIAS, A POR BARCELONA


 Luis María ANSON
El inteligente líder de Podemos se ha dado cuenta, sondeos y encuestas en mano, que podría ganar las elecciones municipales en Barcelona y, en el peor de los casos para él, convertirse en la fuerza condicionante para la elección del alcalde. Ha decidido volcarse en la capital catalana, provocando la tembladera del Partido Socialista y de ERC, agrupaciones cadavéricas a las que ha madrugado por la izquierda.
 Como Pablo Iglesias ha manifestado públicamente que está contra el secesionismo de Cataluña, tendría gracia que fuera un grupo de izquierda radical el que sacara las castañas del fuego para resolver el mayor problema que tiene planteado España desde el punto de vista político.
 Frente a la estrategia de la pasividad de Mariano Rajoy, frente a la actitud de su eminencia gris, Pedro Arriola, de no hacer nada porque el tiempo arregla las cosas, Pablo Iglesias, desde su posición ideológica, se ha lanzado al ataque desbaratando la táctica a la defensiva de Mariano Rajoy. No hace falta que nadie me explique el peligro que significa Podemos, en un tiempo en el que el régimen está agotado y la reforma constitucional se impone si no queremos que la España de la Transición, políticamente moribunda, se convierta en la España fenecida. Pero aun pulsando todos los riesgos de Podemos, habrá que considerar también la circunstancia de que la única fuerza política que avanza en Cataluña no sea secesionista.

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