martes, 31 de octubre de 2017

LA FISCALÍA SE QUERELLA POR REBELIÓN Y ENSEÑA A RAJOY QUE NO PUEDE HABER DEBILIDAD CON LOS GOLPISTAS

LA FISCALÍA SE QUERELLA POR REBELIÓN Y ENSEÑA A RAJOY QUE NO PUEDE HABER DEBILIDAD CON LOS GOLPISTAS

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, pidió al exconseller Josep Rull que deje libre su despacho. Pues no. Lo que procedía era exigirle el desalojo, una vez recogidos sus enseres personales. En caso contrario, había que enviarle a los Mossos d’Esquadra o a la Guardia Civil y detenerlo por usurpación de funciones.
Mariano Rajoy está jugando con fuego. Ni la opinión pública ni los electores le perdonarían la menor debilidad con los golpistas. La manifestación del domingo dejó a las claras lo que piensa el electorado constitucionalista. El trilero Puigdemont, el tramposo Oriol Junqueras y sus cómplices no pueden beneficiarse de una generosidad por parte de Rajoy que nadie entendería. La Fiscalía se ha manifestado de forma rotunda. Y, en contra de los vaticinios de algunos periódicos digitales, ha considerado a Puigdemont y sus cómplices reos de delito de rebelión.
Desde la Generalidad se ha perpetrado un golpe de Estado. Los artífices de la tropelía secesionista deben responder ante la Justicia. No se les puede hacer la más mínima concesión. Solo faltaría que continuaran encenagados en la chulería, el desafío y la desobediencia.
La opinión pública seria está hoy al lado de Mariano Rajoy, que ha sabido aplicar el artículo 155 de la Constitución con contundencia. En los 50 días hasta las elecciones autonómicas, el Gobierno tiene que limpiar todas las trapisonderías del Govern de Puigdemont y poner a los golpistas en su sitio. No será fácil sanear el albañal. Y no se trata de pedir, solicitar o rogar. Hay que exigir a todos ellos que se sometan a la ley y, en caso contrario, que se atengan a las consecuencias, aparte, claro está, los presuntos delitos cometidos.

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