El
‘efecto Podemos’ se mantiene al alza
ANTONIO
ROLDÁN MONÉS 25 AGO 2014 - 00:00 CEST
Los
datos nos dicen que Podemos apunta a consolidarse como la tercera fuerza
política en España.
Con un
reto como este puede existir la tentación en los demás partidos de izquierda de
querer incorporar algunas de sus propuestas en su programa.
¿Deberían
hacerlo?
En lo
que sigue se analizan algunas de las principales propuestas económicas de
Podemos y se contraponen a las que debería llevar a cabo un gobernante de
izquierdas responsable.
Ya les
adelanto que, puesto que ignoran los incentivos y las restricciones existentes
en la economía, las propuestas de Podemos lograrían exactamente el efecto contrario
al deseado: perjudicarían a los pobres, a los parados y a las pequeñas y
medianas empresas.
1.
Prohibir los despidos en las empresas con beneficios.
Imagínese
que usted tiene un negocio y anticipa una caída de ingresos en el futuro que le
obligará a ajustar sus costes.
Si no
puede ajustarlos ahora (por ejemplo, sustituyendo trabajadores desmotivados por
otros más productivos), cuando lleguen las vacas flacas se encontrará que ya es
demasiado tarde para reaccionar y se verá obligado a cerrar el negocio.
En
cambio, el jefe de la competencia, que es menos honesto que usted, para no
reflejar beneficios probablemente inflará costes y se subirá el sueldo.
Con lo
que como resultado de la bienintencionada política de Podemos la economía
terminará con una empresa menos, más paro, más desigualdad y más fraude.
¿Qué
haría un gobernante de izquierdas responsable?
Un
gobernante de izquierdas responsable sabría que el paro no se soluciona
prohibiendo despidos. Más bien al contrario.
Con lo
que permitiría a las empresas ajustarse al ciclo económico, despidiendo o
contratando trabajadores con relativa facilidad, como sucede en todos los
modelos sociales de éxito en el norte de Europa y Escandinavia.
Y en
vez de gastarse el dinero en contratar a inspectores públicos para supervisar
regulaciones absurdas, invertiría en un programa público fuerte de apoyo y
formación para los trabajadores que pierdan el empleo.
2.
Dejar de pagar la deuda pública.
A
algunos les parecerá evidente, pero para poder seguir pagando los sueldos de
los funcionarios y mantener abiertos los hospitales, los poderes públicos
necesitan financiación.
Esa
financiación se la ofrecen los que compran la deuda del Estado; ciudadanos y
empresas que se agrupan en eso que llamamos “mercados”.
Si los
mercados creen que existen riesgos para recuperar su dinero, pedirán un interés
más alto por prestarlo.
Si
creen que lo van a perder, simplemente no lo prestarán.
Si
mañana el Tesoro español dejara de pagar la deuda a sus acreedores, España
quedaría aislada de la financiación internacional durante años, lo que haría
que los problemas que tenemos ahora parecieran insignificantes.
¿Qué
haría un gobernante de izquierdas responsable?
Un
gobernante de izquierdas responsable trabajaría con Europa (no contra ella)
para encontrar una solución común para aquellos países con una trayectoria de
deuda insostenible.
Existen
propuestas interesantes como la del PADRE (Politically acceptable debt
restructurig in the Eurozone) que nada tienen que ver con lo que propone
Podemos. Aunque llevarlas adelante con éxito requeriría más Europa y no menos,
como propone Podemos.
España
no podría mantener los servicios públicos básicos
Pero
sobre todo, un gobernante progresista lucharía por construir una unión bancaria
europea en la que el sistema financiero y no los contribuyentes se hagan
responsables de sus propios desastres.
Eso se
consigue reduciendo el tamaño de las entidades sistémicas (too big to fail),
todavía por hacer; haciendo que los accionistas e inversores paguen primero
(bail-in antes que bail-out), como ya propone el nuevo acuerdo, y creando un
fondo (en el MES) potente cuanto antes (el propuesto tardará demasiados años en
llenarse) que financien (además de los Estados) los bancos a través de mayores
impuestos. Ninguna de estas propuestas aparece en el programa de Podemos.
3.
Derogar la reforma de pensiones.
En
países muy endeudados como España, con alto desempleo y pobres perspectivas de
crecimiento, los márgenes del Estado para ofrecer mayores derechos sociales son
muy limitados.
Engañar
a la gente con promesas incumplibles no solucionará ese problema.
En
España era necesario reformar las pensiones por una razón muy sencilla: el sistema
era insostenible.
Para
2050 el número de pensionistas aumentará de los 9 millones actuales a 15
millones, mientras que la población activa permanecerá probablemente a un nivel
similar.
La
única forma de garantizar que los que nos retiremos dentro de 30 o 40 años
sigamos recibiendo unas prestaciones dignas es adaptando el sistema a la
aplastante evidencia demográfica y económica.
¿Qué
hubiera hecho un gobernante de izquierdas responsable? Para sentar las bases de
un Estado del bienestar eficaz y sostenible hubiera complementado la reforma de
pensiones con una reforma fiscal de calado para mejorar la recaudación pública,
que está muy por debajo de la de la media europea, distribuyendo la carga
fiscal de una forma más eficiente y justa, combatiendo el fraude, ampliando las
bases imponibles y aumentando la imposición sobre el consumo. Es decir, lo
contrario que ha hecho el PP.
4.
Derogar las reformas laborales e imponer la jornada de 35 horas.
El
mercado laboral español generaba más parados que ningún otro país en el mundo
occidental y además era un sistema enormemente injusto que protegía a algunos
privilegiados con contrato fijo y dejaba a todos los demás (la mayoría jóvenes)
en una situación de altísima fragilidad.
¿Se
solucionaría ese problema trabajando menos horas como propone Podemos?
Evidentemente,
no.
Un
gobernante de izquierdas responsable sabría que reducir la jornada laboral de
un ingeniero de software o de un profesor universitario no serviría para crear
empleos porque la inmensa mayoría de los nuevos parados no tienen formación
universitaria y ofrecen unas cualidades que (ya) no son las que necesitan las
empresas.
¿Significa
eso que la reforma que ha hecho el PP es la buena?
Tampoco.
Se
tendría que haber hecho mucho más para mejorar las políticas activas de empleo,
además de una reforma integral de nuestro sistema educativo, apostando por el
capital humano como el eje central para el futuro de nuestra economía.
Volver
atrás como propone Podemos solo hubiera perpetuado el paro y las injusticias.
5.
Tomar el control político del BCE.
Lo
primero que harían unos políticos interesados en ganar elecciones si pudieran
imprimir dinero sería imprimirlo en cuanto los problemas aparecieran.
¿Para
qué confrontarse a monopolios injustos o perder votos reformando ineficiencias
del Estado si se puede crear dinero gratis.
Pronto
la inflación se dispararía y con ella se dilapidarían los ahorros de los
trabajadores.
¿Significa
eso que el Banco Central Europeo funciona a la perfección?
Desde
luego que no.
Pero
un gobernante de izquierdas responsable sabría que la solución es
despolitizarlo más y no menos y, si es necesario, cambiarle el mandato para
incluir el pleno empleo, como en EE UU.
Si de
pronto España decidiera ir en dirección opuesta a la de todos sus socios
europeos y avanzara por el camino que propone Podemos, en poco tiempo nos
quedaríamos sin financiación para mantener los servicios públicos básicos.
La
economía poco a poco se haría más improductiva, cerrarían empresas y el paro se
volvería a disparar.
Pronto,
la inflación se comería los ahorros de los trabajadores y aumentarían todavía
más las desigualdades.
¿Les
parecen estas propuestas de izquierdas? A mí, no.
Antonio
Roldán Monés es doctorando en Economía Política en la London School of
Economics.
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