viernes, 16 de marzo de 2018

Ana Julia Quezada, la 'mantis religiosa'.EP
La autora confesa de la muerte de Gabriel, el chiquillo almeriense de ocho años, engañó y manipuló de mil y una formas a sus antiguos novios con el fin de conseguir lo que deseaba: dinero
La mantis religiosa es un insecto especialmente curioso por muchísimas razones, pero especialmente por su afición al canibalismo sexual.
Se trata de un animal especialmente sádico, con un físico inquietante. Lo más llamativo es lo crueles que puede llegar a ser las hembras, que devoran al macho justito tras el acto sexual.
La razón es muy simple: quiere comida y a la búsqueda de proteínas lo primero que se come es la cabeza de su pareja.
No hay otra imágen que refleje mejor el comportamiento de Ana Julia Quezada, la asesina del pequeño Gabriel Cruz.
Como relata con detalle Andros Lozano en 'El Español' este 16 de marzo de 2018, la dominicana ha dejado tras si un montón de despojos entre su colección de parejas sentimentales, "a quienes devoró como una mantis religiosa".
La autora confesa de la muerte de Gabriel, el chiquillo almeriense de ocho años, engañó y manipuló de mil y una formas a sus antiguos novios con el fin de conseguir lo que deseaba: dinero.
Siendo casi una adolescente, deja en 1991 la República Dominicana en busca de una vida mejor y emigra a España, dejando en su país natal a una hija muy pequeña.
Aterriza en Burgos y casi de inmediato comienza a trabajar en un prostíbulo. Lo hace alentada por su tía, que es compañera de profesión. 
Es un club de alterne de la carretera Madrid-Irún próximo a Briviesca y se llama 'El Piccolo'.
Es allí donde conoce a Miguel Ángel, camionero grande como ujn armario de tres cuerpos que reside en el barrio burgalés de Gamonal.
El tipo se enamoró perdidamente de la dominicana ye en el año 1994, la saca del prostíbulo, tras 'compralle' al dueño del puticlub los papeles de Ana Julia.
Antes de un mes, la dominicana está embarazada y ha contraído matrimonio civil con el camionero.
Toodo lucía luminoso para Miguel Angel, a quien le toca hasta la lotería, lo que le lleva a comprar nuevo piso.
Después de años de trámites, Ana Julia había conseguido traer a su primera hija, a la que tuvo siendo apenas una adolescente con otro hombre en República Dominicana.
La pequeña Ridelca Josefina tenía 4 años cuando se reunió con su madre. Miguel Ángel la acogió como una hija de su sangre. Quería adoptarla legalmente, pero no pudo llegar a hacerlo.
En 1996, cuando Ridelca apenas llevaba cuatro meses en España, apareció a las 7.30 horas de la mañana muerta en el patio interior de la casa. Es el terrible suceso que ahora repasa la Policía Nacional por si Ana Julia la hubiera lanzado al vacío.
Judith, la hermana pequeña e hija biológica de Miguel Ángel y Ana Julia, sólo contaba con dos años en ese momento.
Pasaron los años y la relación entre ambos se rompió. De la peor manera posible: Ana Julia interpuso una demanda por malos tratos que se saldó con una orden de alejamiento de dos años para Miguel Ángel.
Se divorciaron y el juez prohibió a Miguel Ángel hasta acercarse a Ana Julia, que vivía d ela pensión que el estaba obligado a pagar.
Ana Julia continuó con su vida. Comenzó a salir con un conocido empresario de Burgos, de nombre Javier. Él era el dueño de una cafetería de un conocido club social de la ciudad burgalesa (Deportiva de Burgos) y poseía un gran patrimonio.
El empresario, que era sexagenario, enfermó de cáncer. Los hijos del viudo Sus hijos siempre sospecharon de las intenciones de Ana Julia. Javier tenía cáncer. Sus hijos aseguran que Ana Julia no le proporcionó ni los cuidados básicos, sin embargo llegó a ir al hospital con una juez y testigos para celebrar un matrimonio.
No lo logró, pero Ana Julia se quedó con el dinero y joyas del difunto.
Todavía tuvo una última pareja en Burgos, Sergio, un trabajador de rotativas de El Diario de Burgos.
 Su primer viaje a Almería fue en 2013, hace cinco años. Recalaron en Las Negras, una pedanía de Níjar a tres kilómetros de Las Hortichuelas, donde está la casa de la abuela de Gabriel.
 Tras varios años de visitas de turismo, hace tres decidieron instalarse en el cabo de Gata.
Sergio montó un grupo de música con gente autóctona. Ana Julia y él decidieron abrir una cafetería en un pequeño centro comercial de Las Negras. El local se llamó Black. El negocio quedó registrado a nombre de ella.
Ana Julia y Sergio rompieron al poco de empezar su aventura empresarial. 
Él estaba muy enamorado de ella y ella, en cambio, inició casi de inmediato una nueva relación con Ángel David, un almeriense más o menos de su misma edad, recién separado y con un niño llamado Gabriel.
Ana Julia traspasó el Black hace unos meses. Se marchó de viaje a República Dominicana con el dinero de la venta.
El resto, incluido el 'sacrificio' de Angel es de sobra conocido.

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