viernes, 5 de febrero de 2016

La Transición, contada por los espías que presumían de conocer el color de los calzoncillos de Felipe González

NUEVO LIBRO DE ERNESTO VILLAR
02/02/2016@11:52:30 GMT+1
Por EL IMPARCIAL
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La Transición, contada por los espías que presumían de conocer el color de los calzoncillos de Felipe González
El nuevo libro de Ernesto Villar Cirujano analiza la actuación del SECED, antecesor del CNI, durante la Transición. Los espías presumían de conocer hasta el color de los calzoncillos de Felipe González y sus testimonios ayudan a completar el retrato sobre el paso de la dictadura a la democracia.
“Desde el marxismo, las contradicciones entre la militancia radical y la clientela electoral moderada se han decantado a favor de la segunda, porque pesa más el futuro y van a producirse inevitables frustraciones. (…). Persisten el terrorismo y los riesgos separatistas. Hay motivos políticos conciliables y otros que no pueden aceptarse de ninguna forma. (…) Alrededor del tema de las pretendidas autonomías regionales puede generarse otra situación conflictiva”, así escribe Andrés Cassinello, espía de Adolfo Suárez, su último ‘Boletín de Situación’ en junio de 1977. Se trata de un documento con información privilegiada dirigido a los encargados de gobernar España, por el que pasaron comunistas, marxistas, anarquistas, terroristas de Eta, del Frap y del Grapo, además de opositores de cualquier condición.
El libro de Villar repasa estos documentos, que son una prueba de que los agentes de inteligencia, como el Gobierno, como la mayoría de la sociedad fueron adaptándose a uno cambios que se sucedían a ritmo trepidante. ¿Cómo llegó el SECED a recomendar legalizar el Partido Comunista de España? El autor entrevista a Cassinello, a la sazón director del SECED: “El primero que tenía un drama interno era yo. Los comunistas eran los asesinos de mi padre, pero una cosa eran mis sentimientos personales y otra lo que me dictara la razón. Había una lucha interna indudable. Recuerdo muchos ratos de soledad mirando a la ventana mientras rumiaba qué debía hacer”, declara Cassinello.
Además de Cassinello, el autor ha hablado con varios responsables del servicio de inteligencia de la época como Juan Peñaranda, Emilio Atienza, o José Faura, además de Marchante o el primer espía que negoció con Eta, Ángel Ugarte.
Los espías estaban informados del estado de salud del dictador Francisco Franco, y comienzan a escribir sobre el ‘hecho biológico’, la muerte del jefe del Estado desde el 12 de octubre de 1975, fiesta de la Hispanidad. Ese día asiste a un acto y coge la gripe. No volverá a vérsele en público.
“Había miedo, no era verdad es que decía Franco de que todo estaba atado y bien atado. No había nada organizado y el Ejército era capaz de echar a la calle al Gobierno, Alguna vez tuvimos que sacar los jeeps para unas maniobras y la gente, al vernos, pensaba que era un golpe de Estado”, afirma José Faura.
El libro también trata la relación entre Adolfo Suárez y Felipe González. La reunión que mantuvieron los socialistas con Cassinello y el agente Faura en la habitación 404 del Hotel Meliá Princesa de Madrid, de tres horas de duración y “extremada cordialidad”, en la que se establecido la idea de un partido socialista que “devorara” al Partido Comunista. Los espías salieron “reconfortados”: Felipe González no quería ningún tipo de régimen autoritario, se negaba a que el concepto de España fuese patrimonio de la derecha y aceptaba la Corona como mal menor.

Faltaban militantes para partidos como AP –antecesor del PP- o el PSOE. Por eso, los espías tuvieron que buscar candidatos con los que completar las listas: “Fuimos buscando socialistas pueblo por pueblo, por todos los ayuntamientos, para convencerles de que se presentaran por las listas del partido; con la excepción del PCE, a prácticamente todos los grandes partidos tuvimos que ayudarles a completar las candidaturas”.

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