lunes, 1 de febrero de 2016

Las siete diferencias entre la consulta del SPD y el plan desesperado de Sánchez

Los socialistas se amparan en la consulta alemana para legitimar la pregunta a la militancia sobre los pactos.
M. R. M. SEGUIR A MERXX 2016-02-01
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se sacó un as de la manga en el complicadísimo Comité Federal del pasado sábado. Con los barones críticos recelando de sus contactos con Podemos, anunció que preguntaría a la militancia sobre los posibles pactos de gobierno.
La medida sorprendió a los barones aunque de cara a la galería dijeron respaldar a su secretario general. Lo hicieron recordando a su partido hermano en Alemania, el SPD. La frase más repetida entre socialistas como Susana Díaz, Javier Lambán o Miquel Iceta fue que "ya lo hizo el SPD", en alusión a la consulta a la militancia de 2013 antes de firmar el pacto para gobernar con Merkel.
Pero por más que lo repitan para dar imagen de normalidad al órdago de Sánchez, hay bastantes diferencias entre los dos procesos. El secretario general tendrá que esmerarse mucho para que su consulta se parezca en algo a la de los socialistas alemanes:

1. La pregunta: el SPD planteó enseguida la posibilidad de preguntar a los militantes sobre si debían apoyar a la CDU de Angela Merkel, el partido más votado en las elecciones, para formar una gran coalición. El objetivo era cuestionar a los afiliados sobre la pertinencia de prestar los votos a su rival directo para formar un gobierno de consenso como el que gobernó hasta 2009 y al que muchos responsabilizaban de la imparable caída electoral del partido.
En el caso del PSOE, Sánchez ha prometido genéricamente que preguntará a los militantes sobre los pactos sin concretar la estrategia. Lo que sí está claro es que no preguntarán a quién apoyar para que gobierne, sino cuál es el mejor aliado para tratar de formar gobierno. El paralelismo sólo sería real si los socialistas preguntaran sobre la posibilidad de apoyar a un gobierno con Rajoy como presidente, un escenario que ni siquiera se plantea.

2. La planificación: la dirección del SPD prometió la consulta pocos días después de las elecciones, cuando ya estaba claro cuál sería su estrategia de pactos y como respuesta a las dudas en algunos sectores del partido.
En el PSOE, la oferta de una consulta ha llegado por sorpresa. Pedro Sánchez lo anunció en el seno de un Comité Federal muy tenso y, aunque en los días previos se había reunido con los dirigentes más relevantes de su partido, no destapó a casi ninguno la propuesta, que pilló desprevenidos a los barones.

3. Los plazos: las elecciones en Alemania se celebraron el 22 de septiembre y pocos días después se hablaba ya del que sería el futuro pacto de gobierno. No hubo tiempo de otras cábalas porque, entre otras cosas, no salían las cuentas, y los dos partidos se pusieron enseguida manos a la obra sin que la promesa de la consulta fuera un obstáculo.
La votación tras cerrarse el acuerdo se abrió el 6 de diciembre y se cerró el día 12. El día 15 concluyó el recuento y el 17, tres meses después de las elecciones, Merkel fue investida canciller.
En el PSOE, la estrategia con los pactos dista mucho de estar clara cuando ya ha pasado mes y medio desde los comicios. Tras verse con Rajoy, Pedro Sánchez rechazó cualquier alianza con el PP y ahora el partido se debate entre el pacto con Podemos y los contactos con Ciudadanos. La negociación no está abierta con ninguno, que se sepa.

4. El debate interno: la opción de ayudar a la derecha no fue bien recibida por parte de la militancia del SPD y hubo protestas desde el primer momento -incluso alguna concentración de simpatizantes- que desembocaron en el rápido anuncio de la consulta a las bases, unos días después de las elecciones.
En cualquier caso, la guerra no fue, en ningún caso, tan cruenta como la que se está librando en el PSOE. Había acuerdo en la dirección sobre la pertinencia de entrar en el gobierno en lugar de quedarse en la oposición "para cambiar las cosas" y las semanas siguientes estuvieron encaminadas a cerrar los flecos del pacto, por un lado, y a convencer a las bases, por otro. Aunque el temor a un "no" de la militancia no se disipó hasta el final.
Entre los socialistas, la cuestión de los pactos ha sumido al partido en una guerra en la que todo vale, como ha demostrado este lunes la filtración de lo que ocurrió en el Comité Federal. La crisis interna lo abarca todo: el futuro del partido, el liderazgo, los pésimos resultados electorales, la postura ante los independentistas…

5. Las reglas: la votación del SPD se planteó como el último paso tras unas intensas negociaciones que involucraron a decenas de personas de uno y otro partido. Para la consulta final, se envió una carta a los 470.000 afiliados pidiéndoles que entregaran su voto en un periodo de seis días. El resultado sólo sería vinculante si votaba el 20 por ciento de los militantes. Una vez depositados los votos, el recuento se efectuaría durante los dos días siguientes, ante notario.
En el caso del PSOE aún no se sabe casi nada. Ni qué ocurrirá con la participación, ni cómo será el proceso.

6. La transparencia: el SPD se comprometió a enviar a cada afiliado, antes de la votación, el texto del acuerdo, de casi 200 páginas, con todos los detalles. Está por ver si el PSOE logra un acuerdo tan definido con algún partido antes de la consulta.
Además, el fin de semana antes de la votación, el SPD estuvo dedicado a la discusión interna en cada territorio, con actos y foros centrados en los detalles del pacto una vez que éste estuvo prácticamente cerrado. ¿Se atreverá a hacer lo mismo Sánchez ante la crispación en que vive su partido?

7. ¿Vinculante?: la consulta del SPD era vinculante. El partido se jugó mucho con la promesa: en caso de un "no", el acuerdo quedaría abortado horas antes de la investidura y el líder, Sigmar Gabriel, quedaría tocado para siempre.
En el caso de la consulta de Sánchez, sí se sabe que la votación no será vinculante. Servirá para "escuchar" a las bases, según dijo el líder socialista. Sí tendrá un efecto claro en el Comité Federal que se reunirá después y que deberá avalar, o no, el acuerdo.


Filtran a la SER el aluvión de críticas a Pedro Sánchez en el Comité Federal del PSOE
Guerra total en el PSOE: este lunes, la SER publica los audios del encendido Comité Federal, con críticas a los pactos que busca Sánchez.
Vara presiona a Sánchez para que "lo intente" ya con C's

2016-02-01
Dos días después del Comité Federal del PSOE en el que Pedro Sánchez prometió que preguntaría a la militancia por los pactos como medida para desactivar la presión de los barones, se han filtrado los audios con las críticas que muchos relevantes socialistas hicieron al líder del PSOE y a su búsqueda de pactos en la izquierda. La Cadena SER ha publicado las declaraciones, durísimas con el líder del partido y sus movimientos poselectorales, en el mismo día en que el diario El País vuelve a cargar contra Sánchez por su estrategia tras el 20D.
De las declaraciones de los barones destacan las palabras de Susana Díaz, que afirmó, entre otras cosas, que "el 20 de diciembre el Partido Socialista no hizo historia. Sacó el peor resultado de la historia". También subrayó que si no lograron un resultado mejor con el panorama que dejó el PP "es que no estábamos en el camino correcto".
"El 20 de diciembre el Partido Socialista no hizo historia. Sacó el peor resultado de la historia. Es verdad que con un mapa político distinto pero no conseguimos ganarle las elecciones a un partido que tenía a sus espaldas la mayor brecha de desigualdad entre los ciudadanos y que tenía a sus espaldas los casos de corrupción seguramente más graves que hemos conocido en este país. Si el Partido Popular nos ganó estas elecciones en estas circunstancias es que no estábamos en el camino correcto"

Muy relevantes son también sus palabras sobre un hipotético acuerdo con Podemos:
"Un gobierno de coalición con Podemos no lo veo. No lo veo… No es el gobierno socialista, con ese proyecto progresista, reformista que se ha hablado aquí con esos ocho pactos que apoyo del secretario general, que necesita nuestro país"



No fue, ni mucho menos, la única que alzó la voz de forma más o menos velada contra el líder socialista y su estrategia. De nuevo fue muy crítico Eduardo Madina, que avisó de que si sujetan el gobierno de España sobre "17 tipos que la quieren partir, partiremos España y partiremos el PSOE".
Guillermo Fernández Vara también habló en esa línea: "Si nosotros no dejamos claro que el PSOE no tiene nada que ver con el independentismo ni por activa ni por pasiva, a nosotros en Extremadura nos matan y yo lo tengo que decir".

El asturiano Javier Fernández apuntó a que habría nuevos comicios con un dardo a Ferraz:
"Creo honradamente y lo digo, y veremos cuáles son las propuestas si es que la dirección nos plantea una propuesta, pero yo tengo que pensar que va a haber unas próximas elecciones, lo tengo que pensar, lo pienso y lo digo"

El barón aragonés, Javier Lambán, sentenció que "Pedro Sánchez no puede ser presidente del Gobierno de España con el permiso de los independentistas". Sería, en su opinión, "el patíbulo definitivo del Partido Socialista". Y pidió acercarse a Rivera:
"Nos queda ir a otros caladeros de posibles acuerdos en fuerzas políticas de la derecha dispuestas a programas reformistas como puede ser el PNV o Ciudadanos".
Se puso, además, a sí mismo como ejemplo. Dijo de sus socios de la Chunta Aragonesista que tienen "durmiente" su promesa del derecho de autodeterminación y que si se lo plantearan abiertamente "sería cesado de manera inmediata".

Fernández también atacó a Podemos con dureza: "Está diciendo claramente que quiere ocupar nuestro espacio político". Y lamentó que Iglesias ataque a la dirección del partido. Según él, es
"alguien que dice que los socialistas son muy buena gente gobernados por una hueste de mandarines. Alguien que está propiciando un motín, un motín de las bases contra sus dirigentes. Alguien que no nos ataca por lo que hacemos, nos ataca por lo que somos".
Vara, por su parte, cargó contra la oferta de Gobierno de Pablo Iglesias en la que no pedía ministerios de contenido social:
"Ellos no quieren nada donde haya un rostro humano sufriendo detrás. No han pedido ni uno, que nadie sufra en los departamentos donde yo he estado. Que se manipule, que se organice el país, que se mueva internacionalmente, pero por favor no me traigas pobres ni me traigas desarrapados que no quiero saber nada de ellos".

  
La mentira más estúpida de Pablo Iglesias
El líder de Podemos ha dicho este lunes a través de Twitter la que podría ser calificada como la mentira más estúpida de su carrera política.
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Pablo Iglesias tuiteaba en la mañana de este lunes sobre lo barato que le había salido su primer desayuno en la cafetería del Congreso, cuyos precios están subvencionados para que sean más económicos para los trabajadores de la institución y, entre ellos, los diputados.
Iglesias asegura en su tuit que el precio de su desayuno, "barrita con tomate, café con leche y refresco" es de 2,45€ y, por tanto, es más barato aún que lo que se paga por lo mismo en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense en la que hasta hace no tanto trabajaba el de Podemos.
Sin embargo, pocas horas después y también a través de Twitter la activista Elena Alfaro revelaba que Iglesias, una vez más, miente: tal y como probaba con un ticket fechado este mismo lunes, el coste de idéntico desayuno en la facultad es de 2,35 euros, diez céntimos más barato que en el Congreso.Susana Díaz, ante Pedro Sánchez: «El PSOE sacó el peor resultado de su historia»
«Un gobierno de coalición con Podemos no lo veo. No lo veo», dijo la presidenta de la Junta de Andalucía

Vara: «Somos un partido de gobierno y ellos no, ellos no quieren nada donde haya un rostro humano sufriendo detrás»
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, afirmó el pasado sábado ante el Comité Federal del PSOE que ella no ve claro un Gobierno de coalición de su partido con Podemos, y recalcó también que el pasado 20 de diciembre los socialistas sacaron el peor resultado de su historia.
«Un gobierno de coalición con Podemos no lo veo. No lo veo. No es el gobierno socialista, con ese proyecto progresista, reformista que se ha hablado aquí, con esos ocho pactos que apoyo del secretario general, que necesita nuestro país», dijo Díaz a puerta cerrada, según unas grabaciones difundidas este lunes por la Cadena Ser en las que se aprecia la tensión en algunas intervenciones.

Susana Díaz: «Un gobierno de coalición con Podemos no lo veo. No lo veo»
Además, la líder de los socialistas andaluces rebatió la afirmación que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, hizo la noche electoral: «El 20 de diciembre el Partido Socialista no hizo historia. Sacó el peor resultado de la historia».
En su análisis, reconoció que el mapa político era distinto, pero subrayó que el PSOE no consiguió ganar a un PP «que tenía a sus espaldas la mayor brecha de desigualdad entre los ciudadanos y que tenía a sus espaldas los casos de corrupción seguramente más graves». «Si el Partido Popular nos ganó estas elecciones en estas circunstancias es que no estábamos en el camino correcto», añadió.

Fernández y Vara
También el presidente asturiano y secretario general de la FSA, Javier Fernández, y el extremeño Guillermo Fernández Vara fueron muy duros contra Podemos. El «barón» asturiano recalcó que Pablo Iglesias dice claramente que quiere ocupar el espacio político del PSOE.
«Alguien que dice que los socialistas son muy buena gente gobernados por una hueste de mandarines. Alguien que está propiciando un motín, un motín de las bases contra sus dirigentes. Alguien que no nos ataca por lo que hacemos, nos ataca por lo que somos», manifestó.

Fernández: «Está propiciando un motín, un motín de las bases contra sus dirigentes»
«Somos un partido de gobierno y ellos no, ellos no quieren nada donde haya un rostro humano sufriendo detrás», avisó por su parte Fernández Vara, que recalcó que ninguno «ha pedido que nadie sufra». «Que se manipule, que se organice el país, que se mueva internacionalmente, pero por favor no me traigas pobres ni me traigas desharrapados que no quiero saber nada de ellos», continuó el presidente extremeño.
Sin embargo, mientras Fernández se mostró convencido de que habrá próximas elecciones, Vara opinó que ese es un escenario que hay que evitar, porque no le «iría bien» ni al PSOE ni a España.
«La ley de vasos comunicantes en la que hemos entrado hace que pudiera haber modificaciones, lo que gane uno lo pierda el otro y siga sin sumar. ¿Y qué le decimos a los españoles dentro de cuatro meses si después de otras elecciones seguimos sin sumar?», se preguntó.

Vara: «¿Qué le decimos a los españoles dentro de cuatro meses si después de otras elecciones seguimos sin sumar?»
Vara también incidió en su rechazo a los independentistas y lo justificó: «Si nosotros no dejamos claro que el PSOE no tiene nada que ver con el independentismo ni por activa ni por pasiva, a nosotros en Extremadura nos matan y yo lo tengo que decir».

Madina: «Partiremos el PSOE»
También el exdiputado y ex aspirante a liderar el PSOE Eduardo Madina advirtió contra ese pacto. «Si sujetamos en el gobierno de España toda la arquitectura de ese gobierno sobre 17 tipos que la quieren partir, partiremos España y partiremos el PSOE», dijo.
En el rechazo a gobernar «con el permiso de los independentistas» insistió también el aragonés Javier Lambán, que cree que eso «no sería un gobierno socialista sino que sería el patíbulo definitivo del Partido Socialista».

Lambán: «Ir a otros caladeros de posibles acuerdos en fuerzas políticas de la derecha dispuestas a programas reformistas»
Para Lambán al PSOE sólo le queda «por tanto ir a otros caladeros de posibles acuerdos en fuerzas políticas de la derecha dispuestas a programas reformistas como puede ser el PNV o Ciudadanos». El aragonés admitió que él gobierna en su comunidad con Chunta Aragonesista, que defiende «el derecho de autodeterminación pero que lo tiene, por así decirlo, durmiente». Sin embargo, recalcó que su CHA dijese en un Consejo de Gobierno que «quiere plantear la autodeterminación sería cesado de manera inmediata».
Del mismo modo, el valenciano Ximo Puig, que gobierna con Compromís, se remitió a lo dicho por Lambán para destacar que CHA defiende la autodeterminación «pero al final lo que han firmado ellos allí y con lo que están gobernando no tiene nada que ver con la autodeterminación» y lo importante es «lo que está en el papel», de manera que, subrayó con firmeza, lo que el PSOE debe consultar con sus militantes en referéndum «es el papel».

Los críticos con Sánchez suman la mayoría de las bases que votará el pacto
Podrían movilizar a sus militantes para que no avalen las alianzas que proponga Ferraz en la consulta y tumbarán cualquier acuerdo con los soberanistas

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Hace 6 horas Ainhoa Martínez.  Madrid.
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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, fue aupado a la dirección del partido con los apoyos de los barones, a los que ahora desafía
Reuters
«Yo fui elegido por los militantes y en los momentos decisivos escucharé a la militancia». Este fue el argumento que esgrimió –durante su intervención ante el Comité Federal– el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para apoyar su decisión de someter a las bases los acuerdos de investidura que alcance con otras formaciones políticas. Un movimiento que pretende hurtar a los barones críticos el control de las alianzas, virando del sistema de democracia representantiva actual a uno asambleario. Sánchez es consciente de que la tendencia ideológica de la militancia –a quien debe su ascenso a la Secretaría General– está más a la izquierda que la de sus dirigentes y quiere aprovechar este escoramiento para dar viabilidad a un pacto con Podemos que despierta reticencias en muchas federaciones. Éstas saben que tras lo acontecido el sábado ya no les queda margen de maniobra para impedir el temido pacto con Pablo Iglesias y la abstención de los independentistas. ¿O sí?
El poder territorial del PSOE reside en los feudos más críticos con el líder socialista. Andalucía, Asturias, Aragón, Comunidad Valenciana, Extremadura y Castilla-La Mancha son federaciones con gobiernos socialistas y son también algunas de las que más militantes aportan al partido y, por tanto, quienes estarán llamados a validar los pactos de Sánchez en las urnas, en caso de que los alcance. Estos seis territorios concentran el 54,14% del censo de la formación, es decir, 107.278 militantes, si atendemos a los datos facilitados por el PSOE para las primarias de hace dos años. Se prevé que desde entonces el partido haya perdido en torno a ocho mil afiliados. Andalucía es el pulmón electoral del partido y también la federación que más militantes aporta –48.790–; le sigue Cataluña –20.816–, dividida entre los partidarios «sanchistas» de Miquel Iceta y los «susanistas» de Carme Chacón; la Comunidad Valenciana –18.422–; la Comunidad de Madrid –15.866–, cuyos datos se remontan al mandato de Tomás Gómez y Castilla-La Mancha, con 12.473 militantes.

Se da la curiosa circunstancia de que de las seis federaciones críticos, cuatro son también las responsables de la victoria en las primarias de 2014 del secretario general, que hasta que Susana Díaz lo acogió en su seno era un desconocido diputado por Madrid. Los avales que obtuvo Sánchez en Andalucía, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Aragón supusieron el 57,42% de sus apoyos. Asturias y Extremadura se decantaron por Eduardo Madina, su principal rival. Por tanto, podría darse el caso de que quienes le auparon entonces hasta la dirección del partido sean ahora los promotores de su caída.

Estas federaciones intentarán que los pactos de Sánchez no cuenten en sus territorios con todo el apoyo que cabría esperar, si sus alidados de gobierno no son los deseados. Es más, su estrategia radica en la esperanza de que estas alianzas no lleguen a producirse. Los barones transigen a duras penas con el acercamiento a Podemos, pero se muestran radicalmente en contra de que La Moncloa se alcance con la complicidad activa o pasiva –mediante la abstención– de las fuerzas independentistas con presencia en el Parlamento: ERC y Democracia y Libertad. En caso de que Sánchez se sirviera de estos apoyos, está prácticamente asegurado que el Comité Federal tumbaría el acuerdo por contravenir la resolución del 28 de diciembre. En este escenario, Sánchez sólo puede lograr un acuerdo con el aval explícito de Podemos e IU y la abstención de Ciudadanos, ya que cualquier alternativa complementarias requiere necesariamente la abstención de los secesionistas.

Sin embargo, la correlación dispar de fuerzas –54% en contra, 45% a favor– cobra trascendencia en el escenario que valoran los barones: la eventual repetición de elecciones, ante la imposibilidad de Sánchez de pactar un gobierno con Podemos y Ciudadanos, alianza que desecha su líder, Albert Rivera. Si se vuelve a llamar a los españoles a las urnas, el PSOE iniciará «automáticamente, como un resorte» el proceso de primarias para elegir a su candidato. Es en esta situación en la que se hará valer la mayoría de apoyos en contra y Sánchez tendrá muy complicado repetir como cabeza de cartel de los socialistas a La Moncloa. El líder socialista quedará muy tocado tras la investidura fallida y los barones críticos le estarán esperando también en el 39º Congreso del partido para que abandone su último reducto de poder, la dirección del partido. La fecha de celebración del cónclave, en la que los barones lograron «doblarle el brazo» al secretario general, según informaba ayer este diario, no es baladí y los territorios se afanaron en acelerar los tiempos para evitar que Sánchez se intentase blindar como candidato para unas futuras elecciones, si –como defendía Ferraz– el Congreso ordinario se celebraba a mediados de junio.


La situación de desconfianza es total. El anuncio de someter los pactos a un referéndum entre la militancia no se consultó –como viene siendo habitual en el proceder de Sánchez– con carácter previo en las federaciones, a pesar de que sus líderes desfilaron por Ferraz durante la semana. El líder socialista sabe que cuenta con el favor de las bases y no de los barones, pero ha perdido de vista que son ellos quienes capitanean los territorios y a la militancia.

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