sábado, 13 de febrero de 2016

Las frases que retratan lo que piensa el líder de Podemos

Pablo Iglesias, el secretario general de Podemos
POR YAGO GONZÁLEZ
Los mayores enemigos del político madrileño son sus propias afirmaciones de los últimos años, que revelan sus planteamientos sobre estrategia política, libertad de expresión, economía y violencia social.

"Cuando los hechos cambian yo cambio de opinión. Y usted, señor, ¿qué hace?". El famoso economista John Maynard Keynes defendía así el derecho de las personas a cambiar de parecer. Sin duda es un planteamiento legítimo y muchos escritores, filósofos y políticos han ido modificando sus ideas con el paso del tiempo. El problema es que esas transiciones suelen ser fruto de años de reflexión o de la propia experiencia biográfica. Pero no parece ser éste el caso de Pablo Iglesias, que ahora sostiene un discurso socialdemócrata y aspira a formar parte de un Gobierno "progresista" con el PSOE y otras fuerzas, cuando hace dos años seguía definiéndose como "marxista" o "comunista".

¿Se debe esta mutación a una abrupta caída del caballo? ¿Cuál es el Pablo Iglesias auténtico, el de hace uno o dos años o el de ahora? La clave está en la respuesta que dio el propio líder de Podemos a Financial Times a finales de noviembre: "Claro que nos hemos moderado. Nos hemos dado cuenta en estos 18 meses de que no es lo mismo presentarse a unas elecciones europeas para darle una patada al sistema que concurrir a unas elecciones con la intención de ganar, convertirse en presidente y cambiar el país". Aunque unos días después decía esto en La Sexta: "No nos hemos moderado, nos hemos preparado para gobernar".

Es decir, que su presunto escoramiento hacia el centro responde a una mera cuestión estratégica, y que sus ideas de fondo nunca han cambiado. Es lo que el propio Iglesias define como la necesidad de ser "laicos": no proclamarse abiertamente de izquierdas ni ser dogmáticos en los principios o en la estrategia. O sea, que el fin justifica los medios, aunque éstos impliquen un giro en el discurso o incurrir en flagrantes contradicciones. La hemeroteca da fe del auténtico corpus ideológico del líder de Podemos.

"En política no se gana por tener el mejor discurso ni más votos... sino por tener poder"
El 26 de septiembre de 2014 Pablo Iglesias ya era eurodiputado por Podemos y viajó a La Paz, capital de Bolivia, donde dio una conferencia sobre su experiencia política junto al vicepresidente del Gobierno de Evo Morales, Álvaro García Linera. Allí dijo lo siguiente: "En política no se gana por tener el mejor discurso, ni siquiera por tener más poder, y eso tiene que ver con la capacidad de plantear la posibilidad de ser gobierno". Ésta es una idea en la que el secretario general de Podemos ha insistido varias veces: lo importante es conseguir objetivos palpables, por encima de consideraciones doctrinarias e ideológicas.

Es lo que se deduce, por ejemplo, de estas palabras en una entrevista con Jot Down en octubre de 2015: "Yo creo que me puedo sentir revolucionario en el diagnóstico, es decir, me considero marxista, pero soy consciente de que cambiar las cosas no depende de los principios sino de la correlación de fuerzas (...) Decir 'yo soy marxista-leninista...' es como ser punky. ¿Eso qué traducción tiene en tu praxis política? ¿Qué vas a hacer, te vas a montar una guerrilla y te vas a ir al monte a pegar tiros? No vas a hacer eso, ¿verdad?". Para Iglesias, como señaló en una conferencia en Valladolid en febrero de 2014, "la política no consiste en tener razón, sino en tener éxito (...) Tiene que ver con la fuerza, no con los deseos".

"Venezuela es una de las democracias más saludables del mundo"
"Que síiii, que ya estáis con Venezueeeeelaa...". Es habitual escuchar este reproche, entreverado de risas sarcásticas y mohínes de hartazgo, de los dirigentes de Podemos cuando se les muestran declaraciones o datos que apuntan a una relación entre la cúpula del partido y el régimen venezolano. Pero los hechos son los hechos. En marzo de 2013, poco después de la muerte de Hugo Chávez, Iglesias le elogiaba así en la cadena Venezolana de Televisión: "Me emociona escuchar al comandante, se le echa mucho de menos, cuántas verdades nos ha dicho este hombre... Lo que ha ocurrido en Venezuela es una referencia fundamental para los ciudadanos del sur de Europa". Pocos meses antes, en su programa de La Tuerka, decía que Venezuela "es una las democracias más saludables del mundo". La simpatía de Iglesias y sus colaboradores es extensiva a todo el "proceso bolivariano". En la conferencia de Bolivia, el dirigente reveló que en diciembre de 2005, invitado como observador de las elecciones que dieron el triunfo a Evo Morales, envío un mensaje a Íñigo Errejón celebrando el resultado: "No te imaginas lo que está pasando aquí, están ganando los nuestros".


"No se puede abolir la economía de mercado.Ya me gustaria a mi"
Iglesias tiene un análisis claramente marxista de la economía y la sociedad, aunque con su salto a la primera fila política ha adoptado un tono más moderado. Jordi Évole le entrevistó en Ecuador para el programa Salvados en octubre de 2014, cuando Iglesias argumentaba que "para salir de la crisis hacen falta políticas expansivas, es imposible que la gente consuma más si tiene unos salarios de miseria". Évole le replica que salir de una crisis consumiendo más es ceñirse a las reglas de la economía de mercado, a lo que el líder de Podemos responde: "Hasta que podamos lanzar una enmienda a la totalidad del capitalismo y de la lógica del crecimiento, hay que dar de comer a la gente (...) Un Gobierno no puede salir un día y abolir la economía de mercado, no se puede, ya me gustaría a mí (...) Somos muy pequeños para cargarnos el capitalismo nosotros solos, para eso necesitaríamos a Podemos en todo el mundo". Pocas veces Iglesias ha condensado mejor lo utópico de sus planteamientos. Pero su influencia en el campo del lenguaje es indudable: Iglesias no habla de "burguesía capitalista" como hacían los comunistas del siglo XX, sino que ha acuñado con éxito el concepto de "casta", reeditando la dialéctica marxista de "capital-proletario" con el antagonismo "casta-pueblo". En este sentido Iglesias, como explicó en Financial Times, ha seguido los consejos de Antonio Gramsci: "La realidad está definida con palabras. Por lo tanto, el que controla las palabras controla la realidad". Así se entiende este planteamiento expuesto durante las III Jornadas de las Juventudes Comunistas, en marzo de 2013: "Aunque podamos teorizar que la dictadura del proletariado es la máxima expresión de la democracia en la medida en que aspira a anular unas relaciones de clase injusta que en sí mismas, ontológicamente, anulan la posibilidad de la igualdad que es la base de la democracia, no hay a quien le vendas que la palabra dictadura mola. La palabra que hay que disputar es democracia".

"El mayor ataque contra la libertad de expresión es que haya medios de comunicación privados"
En septiembre de 2013, Iglesias expuso al canal alternativo gallego Galiza Ano Cero sus ideas sobre política de comunicación, "tomando como referencia a Ecuador, Argentina y Venezuela". Aseguraba entonces que cuando el derecho a la información "se convierte en un derecho susceptible de mercantilización y de ser una propiedad privada, se convierte en un privilegio. Por lo tanto lo que ataca la libertad de expresión es que la mayor parte de los medios sean privados. Incluso que existan medios privados ataca la libertad de expresión, hay que decirlo abiertamente. ¿Por qué esto de tener medios va a ser un privilegio de los ricos? Si alguien los tiene que tener, tiene que estar controlado por una cosa llamada Estado (...) Esto es una medida fundamental de cualquier gobierno". Dos años después, cuando ya había visitado decenas de veces todos los canales de televisión privados del país, Iglesias decía prácticamente lo contrario en una entrevista de Jot Down: "Tendría que haber más [medios de comunicación privados en España]. La tendencia a una concentración oligopólica de la propiedad de la mayor parte de los medios de comunicación en dos grupos afecta a la pluralidad. Tendría que haber muchos más medios privados y además habría que cortar las intervenciones públicas".

"Me ha emocionado ver a alguien jugársela contra un antidisturbios"

El 25 de septiembre de 2012 se produjo la movilización Rodea el Congreso. En un determinado momento, varios asistentes encapuchados agredieron con patadas, puñetazos y empujones a uno de los antidisturbios. Iglesias, que entonces presentaba La Tuerka, hizo el siguiente comentario al vídeo que mostraba los hechos: "Tengo que reconocer que me ha emocionado. Porque aunque no es agradable ver una agresión contra nadie, expresaba una rabia que está creciendo. Y cuando la rabia crece hasta el punto de que alguien es capaz de jugarse la integridad física atreviéndose con un funcionario público entrenado y con un casco y un arma de fuego, es que algo está pasando en la sociedad".

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